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El empleo agrario languidece. No es algo nuevo. Fue uno de los efectos de la mecanización del campo desde mediados del siglo pasado. Pero es ... un proceso que parece no terminar nunca. Porque ya entrados en este último siglo, en concreto en la última década –o década larga, desde el año 2012, que es hasta donde llega el histórico que recoge en su página web el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones–, la caída del número de afiliados al régimen especial agrario en Málaga ha sido de un 36,51%, al pasar desde los 40.055 trabajadores de enero de 2012 a los 25.433 del mismo mes de este año. En menos de tres lustros se ha esfumado más de un tercio del total de los trabajadores del sector agrario de la provincia. Son 14.621 trabajadores menos.
En términos relativos, la de Málaga se trata de una pérdida de puestos de trabajo superior a la registrada en el conjunto de España, donde el descenso del régimen agrario es de un 21,26%, al pasar de los 857.542 cotizantes hasta los 675.265 en el mismo periodo, entre 2012 y 2024. Si en el conjunto de España ha desaparecido uno de cada cinco empleos del sector primario, en Málaga se ha eliminado uno de cada tres.
Esta reducción del 36,51% de los efectivos del sector primario convierte a Málaga en la séptima provincia en la que más empleo agrario se ha perdido, sólo por detrás de Álava, donde este segmento laboral ha quedado reducido a la mitad, mientras que en Valencia, Burgos, Castellón y Vizcaya el retroceso ha rondado el 40%. En las primeras posiciones en el ránking de destrucción de puestos de trabajo en el agro también se encuentran las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con una caída del 67% y del 42%, respectivamente, en el número de afiliados.
En Málaga este descenso en el empleo agrario ha tenido lugar en paralelo al importante incremento del número total de afiliados que ha registrado este territorio. Mientras los puestos de trabajo que ofrece el campo se han hundido, los del conjunto de la economía han aumentado de manera muy relevante en los últimos años. En Málaga, precisamente, el crecimiento desde enero de 2012 y hasta las últimas cifras correspondientes al mismo mes de 2024, es de un 35,5% –misma cifra que la evolución de los puestos de trabajo del agro, pero con signo contrario–, al pasar de los poco más de 501.000 afiliados de 2012 a alcanzar los 680.000 de principios de este ejercicio. Con esta variación, Málaga ha sido la provincia en la que más ha crecido el empleo total en este periodo estudiado, entre 2012 y 2024, seguida de Las Palmas (33,5%) y Madrid (31,45%), que son los otros dos puntos geográficos que han registrado aumentos por encima del 30%.
En el conjunto de España sucede algo parecido: a nivel nacional se ha registrado un incremento de los cotizantes a la totalidad de regímenes de la Seguridad Social del 21,50% –frente a la caída del 21,26% de los del agrario–, al haber pasado de los casi 17 millones a rebasar los 20,6 millones en estos últimos doce años.
Como el número total de empleos ha subido y el del régimen agrario ha registrado un fuerte descenso, el peso del sector primario en el conjunto del mercado laboral ha mermado de manera importante. En concreto, en Málaga, los afiliados del sector primario pesaban un 8% en el total del empleo en el año 2012, ponderación que ahora se ha reducido a menos de la mitad, para situarse en el 3,74%. En España, mientras tanto, se ha pasado desde el 5,06% de hace doce años al 3,28%.
Si bien en la provincia de Málaga el peso del empleo agrario sigue por encima de la media española, la brecha con la cifra del país se ha cerrado de forma significativa. Ello, debido a que, por un lado, el número total de afiliados ha crecido de manera mucho más dinámica que en el conjunto de España, al tiempo que los del sector primario han caído más que en el país. De esta forma, si hace doce años, el empleo agrario pesaba en Málaga tres puntos más que en el conjunto de España (8% malagueño frente al 5% nacional), ahora apenas distan medio punto porcentual (3,74% malagueño frente al 3,28% español).
Una variable más que da la medida de la caída de la importancia del sector agrario. Cada vez hay menos trabajadores extranjeros dedicados a esta actividad. En Málaga, en 2012, había 3.050 afiliados al régimen especial agrario de origen extranjero; doce años más tarde son un 32% menos, esto es, poco más de 2.000. Si en el año 2012 un 6,58% de los trabajadores extranjeros de la provincia –había en aquel entonces poco más de 46.000– se dedicaban a la agricultura, a cierre del año 2023 son apenas un 2% de los más de 100.000. En el conjunto de España, mientras tanto, en este mismo periodo la proporción de trabajadores extranjeros dedicados a la agricultura ha pasado del 16,55% hasta el 8,60%.
Los trabajadores agrarios pueden estar dados de alta en el Régimen General, en el sistema especial agrario, o bien en el Régimen de Autónomos, en el sistema especial para trabajadores agrarios por cuenta propia. Si los primeros, si los asalariados, han registrado un fuerte descenso en los últimos años en la provincia de Málaga y en su conjunto en España, no ha sucedido lo mismo con los autónomos del sector agrario, al menos en la provincia y en Andalucía. Desde 2012, ejercicio desde el que tiene sus datos disponibles el Ministerio de Inclusión en su página web, los trabajadores del campo por cuenta propia han aumentado en la provincia cerca de un 60%, aunque apenas son 2.461 en el arranque de este año. Los sólo 1.000 efectivos que han sumado en estos últimos doce años palidecen frente a la pérdida de los casi 15.000 cotizantes al régimen especial agrario en el mismo periodo y apenas la compensan.
En todo caso, este incremento registrado en el número de trabajadores por cuenta propia del sector de la agricultura en Málaga contrasta con la disminución que se ha contabilizado en el conjunto del país, que ha sido de prácticamente un 17%, al pasar de los casi 202.000 de 2012 hasta situarse en los poco más de 167.000 trabajadores por cuenta propia al cierre de este pasado mes de enero.
Málaga es, de hecho, una de las diez provincias que han registrado un incremento de los autónomos del sector agrario entre 2012 y 2024. Encabezan el ránking otras dos provincias andaluzas, Jaén y Granada, con ascensos de un 80% y un 77%, respectivamente, para a continuación colocarse Málaga y Sevilla, para luego situarse Cádiz y Almería. Las otras provincias en las que también ha crecido el trabajo autónomo agrario han sido Cáceres, Córdoba, Ciudad Real y Santa Cruz de Tenerife.
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