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¿Se imaginan poder llegar de Málaga a Marbella en sólo 15 minutos a bordo de un taxi aéreo autónomo? Suena a ciencia ficción de ... Julio Verne, pero en pocos años este y otros muchos trayectos serán una realidad, gracias al empleo de drones de pasajeros. En este escenario futurista, el aeropuerto de Málaga está a la vanguardia del desarrollo de la nueva movilidad aérea en España.
La empresa pública Enaire, que gestiona la navegación aérea en España, y Crida, su filial de I+D+i, buscaban un aeropuerto para probar esta nueva tecnología, «y en Málaga enseguida levantamos la mano», afirma Raúl Delgado, jefe de la torre de control, que es pionera en este y otros campos de investigación aeronáuticos. «Tenemos un equipo al que le encanta la aviación y queremos poner a la ciudad en el lugar que se merece».
Los controladores de la torre de Málaga participan en dos proyectos punteros en Europa, de los que el primero está enfocado a estudiar la convivencia segura de la navegación aérea tradicional y la nueva. Es la iniciativa que se denomina Ensure, para el control del tráfico de drones. En este marco, se están desarrollando procedimientos, legislación y tecnología para facilitar la convivencia entre los drones y los aviones.
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El segundo es el proyecto OperA. «Se trata de estudiar cómo se conecta el aeropuerto con la movilidad a bordo de aviones en los núcleos urbanos, prácticamente de puerta a puerta, de forma que puedan convivir los dos sistemas con seguridad».
La torre de control está inmersa en estos dos programas dentro del SESAR, un consorcio de la UE de empresas públicas y privadas, para el desarrollo de la aviación del futuro en el Cielo Único Europeo. «Málaga es punta de lanza, es el referente de Enaire en España para este tipo de tecnología».
Para los viajes urbanos, se emplearán vehículos de despegue y aterrizaje vertical y 100% eléctricos. Inicialmente, estas aeronaves irán tripuladas por un piloto, aunque a medio plazo se prevé que llegarán a ser autónomas. Se trata, recalca el experto, de que esa nueva movilidad urbana aérea sea accesible, «no solo para ricos».
El proyecto OperA también prevé construir un 'vertipuerto' en el aeropuerto, que es el equivalente a un helipuerto para drones, y estará equipado con puntos de carga eléctrica de alta potencia. También se estudia la posibilidad de tener una terminal anexa o servirse de las actuales. Aena, como responsable de la zona de tierra, está buscando posibles ubicaciones.
«El pasajero llegará en un avión procedente de Londres, pasará a la zona de 'vertipuerto' y se montará en un dron que le podrá llevar a Granada o a Marbella, pero incluso a su hotel en el Centro y a su vivienda en el campo». El vuelo de Málaga a Marbella tardará entre 15 y 20 minutos; y a Granada, unos 50.
Precisamente, las primeras operaciones de prueba se harán entre Málaga y Granada, y la idea es comenzar en la segunda mitad de 2025. Ya se están diseñando los pasillos para estas operaciones, de manera que sean compatibles con las trayectorias de los vuelos tradicionales.
¿Y cuándo se podrán subir los primeros viajeros? El marco normativo en la UE se está acelerando mucho porque la demanda y la tecnología ya existen. «En un plazo de tres a cuatro años podremos tenerlo, y me consta que incluso hay empresas de Málaga que ya están interesadas en esta tecnología», para convertirse en operadores y poner en circulación taxis aéreos. «La estructura del mercado está por hacer todavía, no sabemos si va a ser algo más parecido al mundo del taxi, a las aerolíneas o una mezcla de las dos». A modo de ejemplo, en Estados Unidos, la compañía Uber está muy volcada en esta nueva tecnología.
Málaga es un punto especialmente interesante para los futuros operadores aeronáuticos de proximidad, por la posibilidad de conectar con la Costa del Sol, que tiene carencias de movilidad evidentes. «Ya hemos tenido muchas peticiones de compañías que querían enlazar con helicópteros el aeropuerto con Marbella, pero con los procedimientos rígidos que hay ahora en toda Europa es muy complicado; con estos proyectos se pretende que esto sea real y a medio plazo», asegura Delgado.
En una década, las operaciones con drones serán de diez sobre una con respecto a los vuelos comerciales. Si en Málaga, en días punta, se llega a los 600 aterrizajes y despegues, eso significa que habrá hasta 6.000 vuelos de pequeñas aeronaves, cada día.
Esta afirmación se refiere a drones entendidos en todas sus facetas: vigilancia, agricultura, limpieza, etc. La novedad es que, a estos usos ya habituales, se van a sumar en breve otros, como la entrega de paquetería, y sobre todo, la movilidad urbana.
Otra línea de trabajo es la de los drones de paquetería, capaces de entregar pedidos a domicilio. «Se trata de crear corredores seguros, donde podrán volar sin que interfieran con las operaciones aéreas, desde los centros logísticos (puertos, polígonos industriales, etc) a las ciudades», explica el jefe de la torre.
Como cabe recordar, en Los Prados ya hay un centro de distribución de Amazon, que tiene muy avanzados este tipo de servicios en Estados Unidos. La idea es activar las zonas en determinados horarios para el vuelo de los drones, con un botón de seguridad que estará siempre en manos de los controladores.
Málaga es un punto especialmente interesante para los futuros operadores aeronáuticos de proximidad, por la posibilidad de conectar con la Costa del Sol, que tiene carencias de movilidad evidentes. «Ya hemos tenido muchas peticiones de compañías que querían enlazar con helicópteros el aeropuerto con Marbella, pero con los procedimientos rígidos que hay ahora en toda Europa es muy complicado; con estos proyectos se pretende que esto sea real y a medio plazo».
«Esto será cotidiano, los números son rotundos, incluso a día de hoy todo el envoltorio del aeropuerto de Málaga, que abarca desde Ardales hasta el mar de Alborán y desde Rincón de la Victoria al faro de Calaburras, que es la zona de protección, para volar drones hay que pedir un permiso a Enaire», añade.
De manera que ya se gestionan centenares de trabajos aéreos de todo tipo, para vigilancia, tráfico, limpieza, etc. «Pero con la herramienta que se está desarrollando, los permisos y la información serán en tiempo real». Para gestionar este tráfico se crea la figura del 'Dark manager' (responsable en la oscuridad), y precisamente se tendrá que definir qué profesional se ocupa de esta tarea, lo que supondrá más trabajo para los controladores.
El reto es, mediante herramientas tecnológicas, poder activar y desactivar en tiempo real zonas segregadas para el trabajo de esas aeronaves. «Si hay un helicóptero sanitario que tiene que cruzar, el controlador aéreo podrá, en tiempo real, enviar un mensaje al dron para que se vaya al suelo porque el helicóptero tiene prioridad».
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