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Francisco Gutiérrez
Domingo, 14 de mayo 2017, 13:08
Su vocación, la Medicina, la ha llevado a mil kilómetros de Málaga. Paloma Aguado estudia en la Universidad de Santiago de Compostela esta carrera, que no pudo hacer en la Universidad de Málaga porque se quedó una décima por debajo de la nota de corte. Laura Bengoechea, una joven de Estepona, podría estar estudiando Bellas Artes en Sevilla, pero acudió a la Universidad del País Vasco para hacer la matrícula provisional y se enamoró de aquel campus, donde estudia el grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Y hay otros que tienen que cruzar el Atlántico para acudir a su universidad: 14 están matriculados en La Laguna y otros 27 en Las Palmas de Gran Canaria, la más alejada de Málaga, 1.600 kilómetros. Constituyen este mapa de la emigración universitaria, que obliga a más de ocho mil jóvenes a hacer cientos e incluso miles de kilómetros para poder estudiar.
Laura Bengoechea Universidad País Vasco
«Pude ir a Sevilla, pero vine a hacer la matrícula provisional y me gustó tanto, que me quedé»
Elena Morillas Escuela U. de Osuna
«Comparto piso y adaptarme a vivir fuera de casa ha sido más fácil de lo que pensaba»
Paloma Aguado Santiago de Compostela
«Me faltó una décima para entrar en la UMA, pero excepto por el tiempo, en Santiago se está muy bien»
Antonio Coín Granada
«Empezamos el doble grado de Matemáticas e Ingeniería Informática 60, y en segundo quedamos 40»
SUR ha consultado a todas las universidades españolas, públicas y privadas, para conocer el número de estudiantes malagueños matriculados en este curso escolar en algunos estudios de grado o máster. El resultado es que son casi ocho mil los jóvenes que tienen que salir de la provincia, unos 6.500 en universidades públicas y otros 1.200 en centros privados.
De Santiago de Compostela a Gerona, de Lérida a las Canarias, son muy pocas las universidades españolas donde no hay un estudiante malagueño. Llama la atención los 17 estudiantes en Lleida o los 13 de Girona. En la de Barcelona son 72 y en la Autónoma de esta misma capital son otros 43. Madrid suma casi 600 estudiantes, aunque la Autónoma no tiene los datos provincializados. Cerca, en Alcalá, hay otros 61.
Granada y Sevilla
Dentro de Andalucía, es Granada el destino preferido de los universitarios malagueños. Allí estudian más de tres mil alumnos, tanto carreras que se pueden cursar en la UMA como grados que no oferta la malagueña. Es el caso de Antonio Coín, joven que consiguió hace dos años la mejor nota de selectividad y que estudia en Granada el doble grado de Matemáticas e Ingeniería Informática, de cinco años. El curso pasado estuvo en una residencia y este se ha cambiado a un apartamento. Asegura que está «muy contento» con la carrera que ha elegido. Aunque es una de las más duras, a Antonio le va «muy bien». En primero empezaron 60, y ya este curso quedan 40 alumnos.
En la UMA tampoco se puede estudiar el grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (el antiguo INEF), la carrera de Fernando González, que ya está en el segundo curso. Dudó entre Arquitectura en Málaga y el grado que estudia en Granada, y se decantó por este último «por vivir una experiencia diferente». Se aloja en una residencia universitaria que está muy cerca de la facultad, en Maracena. Reconoce que después de un primer curso en el que «te lo tomas algo más relajado, por la novedad», en éste «estoy más centrado». En su clase hay varios malagueños y en todo el grado son 124. El año pasado comía en la residencia, pero ahora, en esa prueba de la madurez que adquieren los jóvenes al vivir fuera, cocina en su apartamento.
Conservación y Restauración es otro de los grados ausentes de la oferta académica de la UMA. Es lo que ha llevado a Laura Bengoechea de Estepona al País Vasco. «Me iba a ir a Sevilla, pero vine aquí para hacer la matrícula provisional mientras me concedían plaza en Sevilla; me encantó esta universidad y decidí quedarme aquí». En la Universidad del País Vasco hay matriculados 25 estudiantes malagueños. Laura estudia el grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales y vive en una residencia. Solo vuelve a casa por vacaciones y dice que está muy satisfecha de la decisión que tomó.
Otras carreras que no se estudian en Málaga cuentan con un elevado número de estudiantes malagueños. Por ejemplo, en Granada estudian Farmacia 180 personas y otras 69 Odontología. En Cádiz, Ingeniería Aeroespacial la estudian 16 personas (35 en Sevilla), y otras 20 Náutica. Caminos, Canales y Puertos en la Politécnica de Madrid tiene matriculados a 20 malagueños, y otros 60 en Aeronáutica. Ingeniería Agrícola ha llevado a 28 jóvenes a Sevilla y a 11 a Almería. Veterinaria se estudia en Murcia (12), Extremadura (14) o Zaragoza (4).
Cada curso, unos cuatro mil estudiantes se quedan a las puertas de la UMA. No hay más capacidad y la limitación de plazas se corresponde con los «medios y recursos limitados de que disponemos, no tenemos posibilidad de atender a más estudiantes», señala el rector, José Ángel Narváez. «Es una pena que ocho mil estudiantes se tengan que ir fuera, pero al mismo tiempo tenemos unos 40.000 estudiantes. La UMA tiene una oferta amplia y suficiente, que atiende a la mayoría de la población y de la mejor forma posible», señala. El rector se refiere también a una «cierta tradición», según algunas comarcas, de enviar a los alumnos a Granada o Sevilla. En todo caso, según Narváez, es «una satisfacción» que cualquier joven andaluz pueda estudiar en una universidad pública que está a menos de dos horas de su domicilio familiar. «El modelo andaluz proporciona la misma calidad y los mismos medios en las nueve universidades, no importa que el de Códoba venga a Málaga o que el malagueño estudie en Sevilla, en todas vamos a encontrar la misma calidad en un sistema de trabajo coordinado y con las mismas posibilidades para todos los universitarios, independiente de su lugar de procedencia», sostiene el rector de la UMA.
Estudiantes de Medicina malagueños hay por toda España. Prueba del buen nivel con el que acaban Bachillerato, pero también de la escasa oferta de plazas en la UMA (170 de nuevo ingreso). Así, en Cádiz es donde más hay 72, 61 en Granada, 34 en Sevilla, 20 en Zaragoza, 14 en Lleida, 12 en Alcalá, 10 en la Complutense de Madrid y 5 en Girona y la Rovira i Virgili de Tarragona.
¿Y qué estudian los malagueños que se van a Canarias? En Las Palmas hay 27, y Ciencias del Mar es el grado mayoritario. En La Laguna, cuatro hacen el doctorado en Astrofísica.
Colonia malagueña en Osuna
En Osuna se ha establecido una pequeña colonia de malagueños. Son 115 los jóvenes que estudian en el colegio universitario de la localidad, que depende de la Universidad de Sevilla, con el grado de Enfermería a la cabeza, con 56 alumnos. Es el caso de Elena Morillas, que no consiguió nota para estudiar en Málaga y se inclinó por Osuna. «Estoy muy contenta, es un pueblo tranquilo pero con muy buen ambiente, estamos muchos universitarios», comenta. Estar fuera del hogar familiar le ha costado «menos de lo que pensaba», dice. José Cordero es otro de los malagueños en Osuna y afirma que la mayoría «nos hemos aclimatado muy bien a la universidad y al pueblo».
Al menos otros 1.200 estudiantes malagueños optaron por universidades privadas, con la Universidad Europea de Madrid a la cabeza (267). En la Pontificia de Comillas estudian 167 y 150 en la de Navarra. También hay malagueños en la San Pablo CEU (122) y la Camilo José Cela (115). En la que menos, la de Deusto, con 9 malagueños en sus aulas.
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Rocío Mendoza | Madrid y Lidia Carvajal
Encarni Hinojosa | Málaga
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