Prieto durante su anuncio del abandono de Ciudadanos.

Ciudadanos pierde casi el 20% de sus concejales en la provincia de Málaga

Seis de los 33 ediles electos en las elecciones municipales han dejado la formación naranja, al igual que ha hecho la parlamentaria andaluza Mari Carmen Prieto

Antonio M. Romero

Lunes, 10 de abril 2017, 01:17

María del Carmen Prieto, parlamentaria andaluza por Málaga, oficializó hace unos días su paso al grupo de no adscritos en la Cámara regional y su baja de Ciudadanos «por la persecución y la marginación a la que me ha sometido el partido» después de que la dirección nacional la suspendiera cautelarmente de militancia. Su caso es el último de una lista en la que cargos públicos, fundamentalmente concejales, de la formación naranja en la provincia han dejado el partido liderado por Albert Rivera en ocasiones por saltarse las normas internas y en otras por desavenencias con la cúpula de la formación. En ese sentido, tras la marcha de Prieto, Ciudadanos se ha quedado con uno Carlos Hernández White de los dos parlamentarios andaluces que logró en las elecciones de marzo de 2015 y ha perdido casi un 20% de los ediles conseguidos en los comicios locales de mayo de hace dos años. Unas circunstancias que han provocado que la formación naranja pierda representación institucional en la provincia.

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En las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015, Ciudadanos se presentó en dieciocho municipios de la provincia, logrando representación en catorce (la capital, Alcaucín, Alhaurín de la Torre, Benalmádena, Canillas de Aceituno, Cártama, Colmenar, Fuengirola, Mijas, Mollina, Nerja, Rincón de la Victoria, Torremolinos y Vélez-Málaga) con un total de 33 ediles; de ellos seis se han pasado a los grupos de no adscritos en sus respectivos ayuntamientos.

Es el caso de Antonio Pérez, candidato a la Alcaldía de Rincón de la Victoria, quien dejó Ciudadanos pocas semanas después de su elección arremetiendo contra la formación naranja, a la que calificó como un partido «veleta, donde todo es postureo, marketing, apariencia y humo».

Por incumplimiento de los estatutos al cometer una falta muy grave fue expulsado José Antonio Moreno, el único concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, después de haber triplicado la tasa de alcoholemia en un control de la Policía Local. La dirección de Ciudadanos también expulsó de la formación por infringir las normas internas a Juan Machío, uno de los cuatro ediles que la formación obtuvo en Torremolinos, por colocar a su cuñado en una empresa municipal.

En Benalmádena, Ciudadanos se quedó sin grupo municipal propio al expulsar a sus tres concejales, Bernardo Jiménez fue candidato a la Alcaldía, Beatriz Olmedo y Óscar Ramundo, por tener un pacto encubierto con el PSOE y cobrar como ediles del equipo de gobierno a pesar de estar en la oposición; meses después, una vez que ya abandonaron el partido, se materializó su entrada en el gobierno.

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Equilibrios con Gonzalo Sichar

  • En Ciudadanos, a nivel provincial, regional y nacional, hay malestar con Gonzalo Sichar, portavoz en la Diputación, alineado con el sector crítico con Albert Rivera y que días atrás respaldó la plataforma cívica impulsada por el exlíder de UPyD Gorka Maneiro y que apunta a embrión de un nuevo partido político de centro. En la formación naranja hay sectores que abogan por apartarlo de esta responsabilidad, pero temen que si llevan a cabo la operación, Sichar se pase al grupo de los no adscritos y haga perder a Ciudadanos su posición de partido clave para la gobernabilidad en la Diputación y, fundamentalmente, en el Ayuntamiento de la capital, donde sus tres votos son decisivos para cualquier actuación política.

En el caso de Nerja, Ciudadanos conserva las dos concejalas logradas en la corporación, aunque Lola Sánchez y Mari Carmen López mantienen posturas divergentes sobre el respaldo a una posible moción de censura contra la alcaldesa socialista, Rosa Arrabal. López es proclive a apoyar al PP, mientras que Sánchez no es partidaria y ha dejado entrever que en caso de ser expulsada por negarse a firmar la moción de censura, estaría dispuesta a pasarse al grupo de no adscritos.

Por lo que respecta al apartado orgánico, las aguas también bajan revueltas en los últimos tiempos. Esta semana ha presentado su baja como militante la abogada Ana Alonso, una de las líderes del movimiento crítico TransCsparencia, y lo ha hecho porque «Ciudadanos no es lo que debería ser. He visto cómo tratan a los suyos por el simple hecho de discrepar y no comparto su proyecto».

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En la misma línea, una veintena de militantes, alineados con el sector crítico, también han abandonado la formación naranja «decepcionados». «Ya no nos sentimos identificados con este proyecto. Ciudadanos ya no es el partido al que llegamos», relató a este periódico uno de los ya exafiliado.

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