¿De qué se muere la gente en Málaga?

Vivimos más años que nunca, pero también se muere más gente que nunca. Lo que parece una paradoja es una consecuencia natural del envejecimiento de la población. Cada vez hay más malagueños que llegan a la barrera de la ancianidad y eso se refleja en un aumento sostenido de la mortalidad. El año pasado la provincia marcó un récord histórico de fallecimientos; al menos, desde 1980, cuando el INE empezó a publicar la estadística Defunciones según la Causa de Muerte: fenecieron 12.227 personas residentes en la provincia, un 5,1% más que el año anterior.

La principal causa de muerte en la provincia sigue siendo el grupo de enfermedades del sistema circulatorio, que provocó 4.180 fallecimientos en 2014, más de un tercio del total. Infartos de miocardio, isquemia, ictus, enfermedades hipertensivas y arteriosclerosis, entre otras, integran este grupo de patologías, que va seguida por el cáncer en sus múltiples versiones, con 3.257 muertes. Las enfermedades del sistema respiratorio (tales como neumonía, asma, gripe o insuficiencia respiratoria) ocupan el tercer lugar, con 1.227 fallecimientos; seguidas de las del sistema nervioso (con 643 muertes, de las que 421 corresponden al alzhéimer) y las del sistema digestivo (con 605 defunciones).

Sólo después de estas cinco causas naturales aparecen las no naturales: suicidios, asesinatos, accidentes de todo tipo, sobredosis... En total, se registraron 467 muertes violentas en 2014 en Málaga, que representan menos del 4% del total. El suicidio sigue estando a la cabeza de estas causas externas. En 2014 se registró una disminución de la mortalidad por este motivo del 10% respecto al año anterior, aunque su incidencia sigue en niveles superiores a los de hace diez años. Se trata de un problema eminentemente masculino: la proporción de suicidios es de cuatro hombres por cada mujer. La buena noticia es que los accidentes de tráfico, que hace una década constituían la segunda causa de muerte violenta en Málaga, han reducido un 70% su mortalidad desde entonces y en 2014 sólo provocaron 43 fallecimientos.

Las enfermedades directamente relacionadas con el envejecimiento léase alzhéimer y demencia senil son las que más han aumentado su índice de mortalidad en los últimos años. Por ejemplo, el alzhéimer provocó 421 fallecimientos en 2014, un 22% más que el año anterior y el doble que en 2004. La demencia senil también ha duplicado su número de muertes. En este tipo de enfermedades cabe destacar la sobremortalidad femenina: siete de cada diez fallecimientos corresponden a mujeres.

Y es que la casuística de la mortalidad varía sustancialmente por sexos. Para empezar, entre los hombres la principal causa de muerte es el cáncer, mientras que entre las mujeres ese puesto está ocupado por las enfermedades del aparato circulatorio. Además, la incidencia de las patologías digestivas y de las muertes violentas es mayor entre los hombres y la del alzhéimer y la demencia senil, mayor entre las mujeres, como ya se ha mencionado.

Las muertes provocadas por el cáncer han aumentado un 16% en una década, lo que supone un crecimiento más intenso que otras enfermedades como las cardiovasculares. Los tumores que provocan más mortalidad son los de pulmón, colon, mama, páncreas y próstata.