Borrar
Imagen de los últimos inmigrantes que fueron localizados.
Las corrientes marinas empujan a las pateras hacia Málaga

Las corrientes marinas empujan a las pateras hacia Málaga

La Policía achaca a este fenómeno el aumento de las embarcaciones que se han localizado frente a las costas de la provincia en lo que va de año

Alvaro Frías

Lunes, 15 de febrero 2016, 00:46

Las últimas pateras que han sido localizadas próximas a las costas de Málaga han supuesto un verdadero cambio en la situación que se venía registrando en las aguas situadas frente a la provincia. Y es que si antes la mayoría de las embarcaciones que eran remolcadas hasta el puerto de la capital iban ocupadas por una media de una decena de inmigrantes, normalmente de origen magrebí, ahora éstas son de mucho mayor tamaño y en ellas suelen viajar más de medio centenar de personas, mayoritariamente procedentes del África subsahariana. Esto supone una fractura en la tendencia, que desde el Cuerpo Nacional de Policía achacan a un aspecto circunstancial, como son las corrientes marinas, y no a que haya variado la forma de actuar de las mafias.

El jefe de inteligencia de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF Central), José Nieto, explica que las aguas próximas al Estrecho son muy peligrosas por las fuertes corrientes que se registran en ellas, algo que marca una gran diferencia entre las embarcaciones que las mafias suelen poner en esta zona del mar. Por un lado están las lanchas que van cargadas de hachís, con potentes motores que les permiten ir planeando y cruzar desde la costa de Marruecos hasta la de España en línea recta, y por otro están las embarcaciones en las que viajan numerosos inmigrantes, que son mucho más pesadas y tienen una flotabilidad menor por el peso de tantas personas, por lo que quedan a merced de las corrientes marinas.

Hasta ahora la relevancia de Málaga en cuanto a la cifra de pateras era residual, siendo los puertos de Almería y Motril los de la zona este que recibían más embarcaciones ocupadas por un número alto de personas, normalmente de origen subsahariano. De hecho, en todo el año pasado, de las 303 pateras que se localizaron en la parte del Estrecho (incluyendo Melilla y Ceuta) con 4.124 inmigrantes a bordo, solo se contabilizaron en la provincia una docena de ellas con 207 personas. Pese a ello, José Nieto precisa que no se ha registrado un incremento en cuanto a este fenómeno este año, ya que en general las cifras son similares a las de 2015.

En Málaga se da la situación excepcional de que sí ha crecido la media de inmigrantes que han terminado en sus puertos por las corrientes. Solo en enero fueron localizadas frente a las costas de la provincia dos pateras, en las que viajaban 109 inmigrantes, lo que supone que en un mes ya han sido trasladadas hasta la capital más de la mitad de personas que en todo 2015.

El responsable de la UCRIF señala que también cambia la tendencia en cuanto a la ocupación de las pateras. Indica que antes había muchas personas de origen magrebí en ellas, pero que, después de que la economía del país haya crecido y de que se hayan establecido acuerdos bilaterales entre España y Marruecos por los que en 72 horas se efectúan las devoluciones, cada vez son menos los que se aventuran a cruzar el Estrecho. Por el contrario, sí siguen haciéndolo las personas procedentes del África subsahariana.

Presión excesiva en las fronteras y la no concesión de asilo

  • Las asociaciones denuncian

  • En las asociaciones que trabajan con inmigrantes tienen claro que las mafias existen debido a que no hay una vía de tránsito normalizada para las personas que deciden dejar atrás las situaciones extremas que viven en sus países para buscar una vida mejor. En este sentido, desde la Plataforma de Solidaridad con los Inmigrantes en Málaga, que engloba a una veintena de organizaciones de este ámbito, denuncian que se ha criminalizado el tema migratorio, lo que favorece la actual situación de presión en las fronteras. Helena Maleno, una voluntaria de Caminando Fronteras que se encuentra actualmente en Tánger, insiste en que no se concede asilo a los inmigrantes de origen subsahariano. Al respecto, indica que en las oficinas que se han instalado en Ceuta y en Melilla no se han iniciado los trámites para ninguna persona de esta procedencia, aunque sí a algunos refugiados sirios. «Sin embargo, tienen el mismo derecho que ellos a pedirlo», explica Luis Pernía, presidente de la citada plataforma. Al respecto, apunta que «muchas de las personas que intentan llegar a España lo hacen huyendo de países como el Congo, Malí, Camerún o Somalia, en la que hay conflictos bélicos cronificados desde hace años». De hecho, Helena Maleno asegura que el 60% de las personas que viajan en las pateras que son localizadas y remolcadas hasta las costas españolas son potenciales demandantes de asilo. «Pero no lo saben y no lo piden», concluye.

Detrás de estos viajes desde sus países de origen, como Mali o Camerún y que suelen durar meses, se encuentran las mafias dedicadas al tráfico de personas, que para José Nieto son las «más duras e inhumanas» que existen. Las redes de captación se despliegan por el África subsahariana, exigiendo sumas a los hombres que van desde los 2.000 hasta los 4.000 euros, dependiendo de la distancia, para llevarlos hasta Marruecos. Una vez allí, para subirse a una patera para cruzar a España, ya que existe la opción de intentar saltar la valla, tienen que pagar una media de 500 euros más, aunque el precio se puede incrementar dependiendo de la época del año y de la demanda.

La parte más dura la sufren las mujeres. El policía nacional indica que ellas deben pagar unos 50.000 euros a la red criminal, que les asegura que llegarán a España y no serán devueltas, algo que no ocurre en el caso de los hombres. Precisa que, en muchas ocasiones son utilizadas sexualmente para que el grupo de inmigrantes atraviese los pasos fronterizos.

José Nieto insiste en que la peor parte se produce una vez que se encuentran en España. Asegura que las redes de las mafias llegan hasta los centros a los que son llevadas las mujeres cuando son rescatadas por Salvamento Marítimo, de dónde las sacan y las obligan a prostituirse en la calle hasta que pagan su deuda de 50.000 euros.

«Desde la Policía queremos que la gente sea consciente de ello y que vean que estas chicas son verdaderas víctimas de las mafias, son sus esclavas», apunta. En este sentido, afirma que son obligadas a conseguir diariamente unos 100 euros, así hasta que llegan a los 50.000.

Las otras personas con las que negocian estas redes criminales son los niños que van en las pateras. El responsable de inteligencia expone que anteriormente se traficaba con ellos, algo que ahora es más difícil ya que se hacen pruebas de paternidad cuando llegan, si no tienen a sus padres controlados, pasan a centros de menores.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Las corrientes marinas empujan a las pateras hacia Málaga