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José Vicente Astorga
Lunes, 9 de noviembre 2015, 00:15
Estampas de Málaga se asoma ya los años 60 después de dos meses de viaje por el último siglo y de cita en los kioskos, junto al periódico del día. Hace más de medio siglo, aún quedaba una década para que la capital dejara de estar conectada apenas por la carretera de Los Montes con la península, pero no para estarlo con gran parte del mundo. Son los años de otras curvas llegadas del frío bajo los primeros biquinis, el tiempo de un despegue turístico en el que una incipiente Costa del Sol ya ponía su toque de glamur y hasta de aristocracia en hoteles pioneros como el Pez Espada, en Torremolinos. Comenzaba a forjarse el turismo como ese ensayo tímido de una nueva industria para un territorio en el que tocaba a su fin un agonizante modelo industrial. Con más empeño público que privado se impulsaban empresas como Intelhorce, Standard Eléctrica, Vers o Amoniaco para tratar de cubrir las grandes ausencias de talleres textiles y siderurgias nacidas en el XIX.
Con un aeropuerto que recibía a principios de los 60 los primeros vuelos chárter, y a falta de mejoras en las comunicaciones por carretera, otra forma de comunicación elevaba la curiosidad hasta niveles de acontecimiento. Año 1959. La llegada de la televisión a Málaga tiene fecha y huella en la memoria de quienes se acercaron hasta el escaparate de la tienda Taillefer en la plaza del Siglo. Junto a la TV, que tardaría aún un lustro en popularizarse discretamente, empezaba una tímida motorización sólo al alcance de una creciente minoría. Gran parte de esos cambios pueden rastrearse en las 85 imágenes que Estampas de Málaga ofrece a sus lectores a partir de este viernes.
Componen la memoria gráfica de pueblos que dejarían de ser apacibles núcleos de pescadores como Torremolinos o Marbella para latir con pulso cosmopolita. La capital, hasta bien entrado el siglo XX, no comenzaría a sentirse parte implicada del turismo que su entorno atraía de forma imparable y apenas era un centro administrativo e imán para la emigración desde el castigado mundo rural. Estampas de Málaga, fruto de la colaboración entre la UMA a través del Centro de Tecnología de la Imagen y SUR, ofrece una cuidada edición de fotos comentadas. Del total de 255, 24 de ellas evocan un tiempo, el de los 60, que se abría a una modernidad cargada con los males del desarrollismo de los 70, pero esos son otros fascículos.
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