Borrar
Vehículos en el arcén en la playa de La Araña.
Aparcar junto a la playa, un calvario por la falta de plazas y el miedo a las multas

Aparcar junto a la playa, un calvario por la falta de plazas y el miedo a las multas

Hosteleros, comerciantes y bañistas reclaman que se habiliten bolsas de estacionamiento para dar respuesta al aumento de la demanda en verano

Francisco Jiménez

Jueves, 20 de agosto 2015, 00:19

Antonio Cabello y su familia son fijos todos los veranos en El Palo. Residen en Córdoba, pero poco les importa madrugar y echarse 160 kilómetros a la espalda si con ello consiguen clavar la sombrilla en primera línea de playa. Por regla general, las horas quitadas al sueño tienen su recompensa en El Chanquete, pero lo que es «una misión imposible» es encontrar aparcamiento relativamente cerca. «Es una pena que un lugar tan espectacular tenga estos problemas de aparcamiento. Siempre venimos a esta playa porque nos encanta pasar el día aquí, pero lo de dejar el coche está peor que nunca, así que seguramente nos planteemos seguir viniendo», afirma este cordobés mientras debate con dos amigos sobre la idoneidad de estacionar en el arcén. «Mientras no moleste, la policía suele ser comprensiva y no multa», le comenta un gorrilla, el mismo que aconseja a una pareja que aparque sobre la acera situada justo a la espalda del chiringuito El Tintero y el mismo que toma nota de dónde va a comer cada familia que deja su coche en doble fila para avisarle cuando estorbe. «Así evitamos que el que está taponado llame a la policía y acaben multando a todos», explica Francisco Fernández. Son poco más de las diez de la mañana y hasta los taludes están ocupados por una hilera de vehículos cuyos conductores han tenido que demostrar sus dotes al volante para dejarlos prácticamente sobre dos ruedas.

«La gente aparca donde puede», comenta Salvador García, que regenta un restaurante en Pedregalejo. Lejos de ser un problema exclusivo de una zona tan deficitaria de aparcamientos durante todo el año como es El Palo, la realidad es que entre la escasez de plazas y el miedo a las multas, aparcar junto a la playa se convierte cada día en una odisea en la mayor parte de los 161 kilómetros de la Costa del Sol, con especial incidencia municipios como Torremolinos, Fuengirola, Marbella o Rincón de la Victoria, que llegan a duplicar e incluso triplicar su población en verano.

Más gente y más vehículos, porque un tercio de quienes tienen fijada su segunda residencia en la Costa del Sol vienen en su propio coche, al igual que la mayoría de los turistas nacionales. Entre los extranjeros, el avión es la opción mayoritaria, aunque una vez en el destino uno de cada cinco tira de rent a car para desplazarse.

Quejas de los empresarios

«El déficit de aparcamientos en las zonas costeras supone un perjuicio importante para el sector, porque si el cliente no tiene dónde dejar el coche acaba optando por ir a otro sitio», advierte el presidente de la Asociación de Empresarios de Playa, Manuel Villafaina, quien además de resaltar «la comprensión de la policía, ya que por regla general suele actuar solo a requerimiento», también apuesta por la construcción de parkings bajo los paseos marítimos para resolver uno de los principales lastres del destino. No le falta razón al representante de los chiringuitos. Según el Observatorio Turístico de la Costa del Sol, la falta de aparcamientos y el tráfico son, con diferencia, los aspectos peor valorados por quienes visitan la provincia.

En Marbella, la avalancha de turistas pone al descubierto la débil red de aparcamientos del centro de la ciudad. Un problema que, sobre todo, se hace evidente en el entorno del paseo marítimo debido a la alta afluencia que registran las playas urbanas ubicadas en el tramo de litoral que se extiende entre La Fontanilla y La Bajadilla. El avance del plan de peatonalización que emprendió el anterior gobierno municipal del PP en 2011 para cambiar la imagen del entorno sur de Ricardo Soriano no ha contribuido precisamente a mejorar la situación, pues se han eliminado plazas de aparcamiento. Ni siquiera la entrada en funcionamiento el pasado mes de noviembre del parking subterráneo Francisco Norte, ligado al futbolista Sergio Ramos, y que ha aportado 327 plazas para rotación en el centro, ha compensado el déficit.

La escasez de aparcamiento contribuye, además, a la falta de fluidez del tráfico en el centro de Marbella por las vueltas que dan los sufridos conductores en busca de hueco. Ante esta situación, los comerciantes alzan la voz. «Este año estamos notando el incremento de turistas y, por tanto, de vehículos. Se han peatonalizado muchas calles y los parking privados se llenan. No son pocos los visitantes que se terminan marchando porque no tienen donde dejar el coche», lamenta Enrique Guerrero, presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana empresa de Marbella (Apymem).

En Estepona, las mayores carencias se dan en las playas urbanas como la de La Rada, donde la única opción para aparcar cerca de la arena es a través de los parkings privados situados a lo largo del paseo marítimo.

Más complicado aún resulta aparcar junto a las playas de Fuengirola, todas urbanas y con la zona azul habilitada en todo el paseo marítimo. La única bolsa de aparcamientos en sus apenas diez kilómetros de término municipal se encuentra a los pies del castillo Sohail. En Torremolinos, la explanada habilitada en Los Álamos alivia la situación en el límite con la capital, pero entre Playamar y La Carihuela encontrar hueco es todo un reto estos días.

Axarquía

Respecto a la Axarquía, el panorama en los núcleos urbanos resulta igual o más desolador. Especialmente complicado resulta en las playas de Rincón de la Victoria, donde en el entorno de la antigua N-340 la única alternativa posible es el aparcamiento subterráneo del Llano de Torroba. En Torre de Benagalbón, desde hace dos años el acceso de vehículos está prohibido al carril de la playa, lo que ha complicado aún más la situación. Los empresarios de la zona reclaman su reapertura, pero los vecinos se oponen.

Del mismo modo, en Torre del Mar (Vélez) también es muy difícil dejar el coche en las horas centrales del día, y la zona azul implantada por el Ayuntamiento el pasado abril apenas cuenta con una treintena de plazas. Los empresarios exigen su extensión hasta sumar unas 150. La zona toroxeña de El Peñoncillo también está muy concurrida con coches aparcados en los arcenes. En Nerja, la apertura hace tres semanas del primer parking en la playa de Burriana ha aliviado algo la situación, aunque aún se ven coches en los arcenes.

En esta información han colaborado: Mónica Pérez, Nieves Castro, Eugenio Cabezas y Leandro Pavón.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Aparcar junto a la playa, un calvario por la falta de plazas y el miedo a las multas