
Eugenio Cabezas
Domingo, 26 de julio 2015, 13:33
Las terrazas forman parte del paisaje urbano de la práctica totalidad de los municipios de la provincia, especialmente de los más turísticos. Sin embargo, desde 2002 una normativa andaluza impide que los bares de copas con música, los conocidos como pubs, ni las discotecas, dispongan de mesas y sillas en su zona exterior, una prohibición contra la que vienen luchando los dueños de estos establecimientos, con el apoyo de los Consistorios, desde hace ya varios años.
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Hasta el momento, las demandas han caído en saco roto, aunque el Gobierno andaluz parece haber decidido cambiar su postura oficial y se está planteando modificar el decreto 78/2002, de 26 de febrero, por el que se aprueban el Nomenclátor y el Catálogo de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
A pesar de esta prohibición, en localidades como Nerja las terrazas de los pubs se mantuvieron hasta el pasado octubre, cuando el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, decidió retirarlas ante el aumento de las denuncias vecinales por las molestias que ocasionaban los ruidos. En la última Semana Santa, los negocios de la plaza Tutti-Frutti pudieron montar durante varios días con un permiso temporal, pero con la llegada del mes de julio, los empresarios decidieron volver a instalarlas.
Entonces, la nueva alcaldesa, la socialista Rosa Arrabal, les ordenó retirarlas, a la espera de que se concreten los cambios que prepara el Gobierno andaluz. Al mismo tiempo, el equipo de gobierno (PSOE e IU) está estudiando otras alternativas para permitirlas, como una autorización temporal para seis meses del año.
Lo cierto es que la regulación andaluza no convence ni a los ayuntamientos ni a los empresarios. Así lo admite el delegado de la Junta de Andalucía en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, quien apunta que desde el Ejecutivo andaluz se están estudiando las fórmulas para cambiar el decreto de 2002. «Hay que hacerlo con consenso y respetando y conjugando perfectamente bien el derecho al descanso de los vecinos de las zonas de movida con la actividad económica de estos establecimientos», dice.
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Precisamente en este aspecto es en el que hacen más hincapié los empresarios afectados. «No se puede olvidar el aspecto turístico y la alternativa de ocio que ofrecen las terrazas, sobre todo, en municipios como Nerja, que ofrecen esta excelente opción para disfrutar del buen clima. La Junta debería tomar conciencia de esta necesidad económica y social sobre todo en aquellos municipios que, como Nerja, están declarados como Municipios Turísticos por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía», sostienen desde la Asociación de Empresarios de Nerja (AEN).
Los emprendedores están «muy preocupados» por la pérdida de puestos de trabajo que se ha producido, con alrededor de una treintena de empleos directos sólo en la zona de Tutti-Frutti, y solicitan al Consistorio que apoye su petición ante la Junta de Andalucía para cambiar el decreto andaluz. En concreto, consideran que «como municipio turístico debemos tener una consideración especial en éste y otros temas, ya que no es lo mismo un municipio de interior que el nuestro, que vive casi exclusivamente del turismo, y debemos adaptar toda nuestra infraestructura público y privada para ello, recalcando que es una normativa obsoleta y restrictiva, que pone en claro peligro el desarrollo de la actividad empresarial en el sector de la hostelería», consideran desde la AEN.
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Al mismo tiempo, destacan el párrafo concreto que debería cambiarse en el decreto 78/2002 para permitir que los bares de copas con música pudieran seguir teniendo terrazas. Dado que la problemática que exponen es de ámbito andaluz, además de solicitar el apoyo del Ayuntamiento, proponen que éste recabe el respaldo también de la Diputación, de otros ayuntamientos afectados y de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP).
La sentencia de El Copo
Por su parte, en Vélez-Málaga, donde aún escuece la sentencia de El Copo, que condenó al Ayuntamiento a pagar 5,5 millones a 18 vecinos del edificio Ipanema de Torre del Mar por no atajar los ruidos en los años noventa, la mayoría de los pubs que contaban con terrazas cambiaron su licencia a la de cafetería. El problema es que como cafetería deben cerrar una hora antes. Según la normativa andaluza, el horario de cierre de estos locales finaliza a las dos de la madrugada, y una hora más los viernes, sábados y vísperas de festivo. En cambio, los pubs con música pueden abrir una hora más, hasta las 3.00 horas.
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En la Costa Occidental las quejas de los empresarios se repiten. En Benalmádena el Ayuntamiento trata de evitar una condena como la de Vélez-Málaga. Mrbella asegura ser «escrupulosa» en el cumplimiento de la normativa. Los pubs con altavoces a toda mecha en las terrazas pasaron a mejor vida y no han dejado huella en el municipio.
No obstante, el ingenio de los empresariosburla al Nomenclátor con una fórmula legal: la división de grandes locales que han gestionado su licencia de discoteca o sala de fiesta y cafetería o restaurante o bar. A ojos del Consistorio marbellí se trata de establecimientos distintos, pese a que compartan fachada y en muchos exista incluso una puerta de conexión interior y sean propiedad del mismo dueño. No obstante, ni siquiera en estos casos la música del pub se cuela a la terraza del negocio anexo.
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