Borrar
Diseminado en el distrito de Campanillas.
La proliferación de diseminados en Málaga deja a muchos vecinos sin servicios básicos

La proliferación de diseminados en Málaga deja a muchos vecinos sin servicios básicos

El aumento de viviendas aisladas en la periferia en la mayoría de municipios de la provincia deja en el tejado de los ayuntamientos prestaciones a los que no están obligados

Iván Gelibter

Domingo, 12 de julio 2015, 00:30

La evidencia de que España ha sido un país en el que el urbanismo no ha estado bien gestionado es algo pocos se atreven a discutir. No en vano, una gran parte de la crisis que dura ya siete años fue la burbuja inmobiliaria y una salvaje política a este respecto. De todas las consecuencias al respecto, una de ellas es la de la situación actual de los diseminados, las viviendas aisladas de los núcleos de los municipios de la provincia y que, en muchas ocasiones, carecen de los servicios básicos que el resto de sus convecinos. Esta situación más alegal que irregular deja, además, a los ayuntamientos en una posición compleja, ya que si bien no tendrían la obligación de prestar según qué servicios, los ciudadanos de estos diseminados carecen de cosas tan asumidas como la recogida de basura, el agua corriente o la red de alcantarillado. La génesis de esta situación, sin embargo, hay que buscarla en los años 80. El urbanismo, en aquel momento, no era la principal industria nacional, y por tanto las cuestiones relacionadas con los delitos urbanísticos no eran prioridad para la mayor parte de administraciones, que sumado al menor coste del suelo agrícola en comparación con el urbano dio paso a la situación que se vive a día de hoy.

En la Axarquía, 23 de los 31 pueblos que conforman la comarca, prestan el servicio de recogida de basuras a través del Consorcio Provincial de Residuos Sólidos Urbanos de la Diputación, Este consorcio se encarga de la retirada de residuos en un total de 48 municipio de toda la provincia. En uno presta la recogida completa y en otros el servicio es mixto, es decir, los ayuntamientos retiran de las viviendas (casco urbano) las bolsas de residuos y las depositan en un punto limpio desde que el cual los camiones del Consorcio se llevan las basuras. La razón es que las calles de muchos pueblos no permiten la entrada de los coches de basuras del consorcio. En los diseminados, el servicio no se presta de la misma manera. Como tampoco lo es en las miles de casas que existen en el campo. Sólo en la Axarquía se estima que existen unas 22.000 viviendas residenciales en el suelo no urbanizable. Existen en la mayoría de los casos puntos de recogidas hasta los cuales los vecinos deben llevar sus bolsas de basuras. Entre los casos más concretos, están Aldea Alta, donde el Ayuntamiento no cobra recibo de basura. La tasa figura incluida en el recibo del IBI, y en el campo este impuesto es menor. Sin embargo, en Arenas el Ayuntamiento ha optado por no cobrar la tasa de basura a los vecinos que viven en el campo porque no prestar el mismo servicio de recogida que disfrutan aquellos que residen en los núcleos urbanos (Arenas, Daimalos y Los Vados). En el campo los vecinos están obligados a transportar sus basuras hasta los puntos en los que está situados los contenedores, junto a la carretera del pueblo. Uno de estos puntos de recogida es el conocido como El Ventorrrillo.

Otro de los inconvenientes de vivir en los diseminados o en viviendas aisladas es no disponer de reparto de correspondencia puerta a puerta. La solución pasa por ejecutar buzones agrupados en un determinado punto, algo que deben sufragar los afectados, como única salida para que el cartero les reparta el correo. En otros casos la única opción es contratar un apartado y acudir cada día a Correos a recoger la correspondencia. Esto sucede en la multitud de diseminados dispersos en la localidad de Mijas, unas viviendas que exigen de numerosos servicios que, una población cada vez más joven, demanda. Un ejemplo de ello ocurre en Valtocado, en los que en los últimos meses se han centrado en ampliar el número de buzoneras existentes, o mejorado el asfaltado de los caminos.

En el caso de Ronda, la ciudad del Tajo cuenta con un gran término municipal en lo que a extensión se refiere. Ésta supera los 480 kilómetros cuadrados y además de la ciudad, se asientan en ella siete pedanías: La Indiana, Llano de la Cruz, La Cimada, Los Prados, Fuente de la Higuera, Los Villalones y Puerto Saúco. En la mayoría, los vecinos tienen problemas con el estado de los caminos, pero el correo también trae de cabeza a los rondeños. Respecto al resto de la comarca, es reseñable el caso de la Estación de Gaucín o El Colmenar, un núcleo de población que depende de Cortes de la Frontera. Históricamente los vecinos tienen problemas con el correo ya que es frecuente la confusión, por el nombre, con otro municipio de Málaga: Colmenar.

En el Valle del Guadalhorce, son Cártama, Alhaurín el Grande y Coín los tres municipios que cuentan con un mayor número de viviendas diseminadas. Aunque comparten con el resto de comarcas la problemática del correo o la basura lo más habituales, en zonas como Urique (Alhaurín el Grande), el suministro de agua no llega a la mayor parte de las viviendas. Esta situación, que se alarga ya 30 años, se vive de manera drástica en la zona de baja de Urique, La Raja y Las Torres. Los vecinos de estos diseminados llevan años conviviendo con pozos que ellos mismos han tenido que fabricar y financiar, y que en muchas ocasiones llegan a costar casi 10.000 euros, además del constante mantenimiento de la instalación. Respecto a la basura, estos alhaurinos ven con cierta resignación como, pese a pagar tasa de basuras, deben llevar la misma en sus coches hasta la carretera de Mijas, donde se encuentran los contenedores, una situación similar en el Pontón, en Antequera, o en el Valle de Abdalajís, donde 40 familias y seis ganaderías están esperando la llegada del servicio de agua a sus viviendas tras años de reivindicaciones.

Aunque, como es evidente, estas viviendas no están regularizadas, la situación económica ha provocado que sean muchas las familias que tienen estos domicilios como única vivienda, y por tanto carecen de servicios básicos para el día a día. La cuestión, por tanto, es si los ayuntamientos y las administraciones están o no en la obligación de solucionar este ya longevo problema. Si algo tienen en común estos vecinos es la resignación, y mientras tanto, tendrán que seguir como hasta ahora.

En esta información han colaborado : A. Peláez, M. C. Jaime, Mar García, Vanessa Melgar y Antonio J. Guerrero

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur La proliferación de diseminados en Málaga deja a muchos vecinos sin servicios básicos