
Zorrilla y Ramos se encaraman a la torre del Atabal y piden mejoras
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Quieren que la ruta del bastión que da nombre al Puerto de la Torre se señalice, se mejore el camino de subida y tenga interpretación históricaSubir a la torre de El Atabal, que le da el nombre al Puerto de la Torre, cosas de la vecindad, no es un paseo cualquiera. La pendiente es de vértigo, y aunque el camino es relativamente corto, la subida tiene su aquel. No es para todos los públicos, al menos en las condiciones en las que está, ya que en cualquier guía indicaría un grado medio, pero encaramarse al montículo merece la pena. Y eso es lo que hacen en esta jornada el portavoz de IU-MPG, Eduardo Zorrilla, la edil Remedios Ramos y el consejero de esta formación en el distrito Enrique Armijo.
Para los que frecuentan poco el Puerto de la Torre, la torre de El Atabal no es especialmente conocida, como otras costeras que sí lo son. Sí saben de ellas, a buen seguro, los niños del colegio Los Olivos y la Universidad Laboral de allá por los años 80, ya que era una ruta muy socorrida en ciertas escapadas no lectivas a las que no le pondremos nombre. Entonces, estaba derruida, pero la Gerencia de Urbanismo la sometió a una restauración que no fue del gusto de los vecinos, ya que el bastión defensivo era «troncónico, es decir más ancho por la base que por la parte superior, y al final quedó como un perfecto cono, por lo que todos consideramos que fue un despropósito», explica Armijo, antes de subir por la calle Rosa García Ascot, números 2 y 4.
Lo cierto es que saber por dónde va el camino es cuestión de ciencia infusa, como hace valer Zorrilla, ya que no hay ningún cartel de señalización. Tras una pequeña subida de unos 300 metros, realmente empinada, se llega al montículo que preserva la torre, «que está dentro de una zona de protección y servidumbre, con límite en la plataforma que se ubica, así como un área de asentamiento en la meseta que corona el cerro», tal y como reza en la ficha de la Gerencia de Urbanismo.
Una vez arriba, Málaga en toda su extensión. Al sur, Torre Atalaya, hasta divisar el mar y las playas de Huelin y más allá, al este, Los Ramos, y al oeste, El Cañaveral y lo que sigue... La torre se levantó como defensiva en el periodo medieval cristiano, siglo XV, pero se presume que aprovecha los restos de una anterior en la época nazarí, entre los siglos XIII y XIV, como explica el oriundo Armijo, que hoy se ha aprendido la lección para guiar a la comitiva.
El montículo, que tiene seguramente las mejores vistas de Málaga desde el interior junto a algunos cerros de los Montes de Málaga y el monte de San Antón (éste último quizás con menos profundidad), formó parte de la red de atalayas que se construyó durante la Edad Media y Moderna para defensa de las ciudades. Al estar en segunda línea de defensa, la primera era el litoral, también tenía el objetivo primordial de guardar la zona de campo desde la vega baja del Guadalhorce, que se divisa a la perfección, así como el tránsito del Camino de Antequera y la dehesa de la Torre. Según medidas de Urbanismo, a Gibralfaro hay una distancia de seis kilómetros mientras que a Campanillas, tan sólo 4,2 kilómetros. La planta del bastión es circular y tiene un diámetro de siete metros, con un alzado de 5 metros de altura. Antaño se la conocía como el monte de la muela, porque de perfil de la torre desvencijada parecía una pieza dental, explica Armijo.
La visita se va acabando, con fotos que atestiguan la subida, y los miembros de IU-MPG piden poco en esta ocasión, por lo que parece fácilmente realizable: aconsejan que se señalice el camino de subida para ponerla en valor, que se mejoren los accesos (ahora ciertamente dificultosos para ciertas edades), que haya un letrero de interpretación histórica del monumento, que se limpien los horribles graffities que la circundan, que se mejore la iluminación o la inclinación de las farolas, ya que de arriba abajo resulta muy pobre. Los vecinos del Puerto de la Torre, dicen, gustan de ver su símbolo, santo y seña, iluminado.
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