
La llegada del calor es un caldo de cultivo inmejorable para la propagación de un virus gastrointestinal denominado norovirus que se contagia con gran facilidad y que se caracteriza por la aparición de náuseas, vómitos, diarrea líquida o blanda, malestar general y febrícula. Este cuadro vírico estomacal es autolimitado y en el plazo de 24 o 48 horas desaparecen los síntomas y el paciente se cura, han explicado a este periódico fuentes médicas de atención primaria.
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«Todos años cuando llega el calor es cuando se produce la mayor incidencia de casos de este virus gastrointestinal, que origina contagios durante dos o tres semanas y luego la situación se normaliza. Es algo habitual al comienzo del verano, no es que este año haya más casos de lo normal», han dicho las fuentes consultadas.
La infección por norovirus puede causar vómitos y diarreas. El norovirus es muy contagioso. Se propaga a través de alimentos o agua que se contaminan durante la preparación o a través de superficies contaminadas. También puede circular a través del contacto cercano con una persona que tiene la infección.
La diarrea, el dolor abdominal y los vómitos suelen comenzar entre 12 y 48 horas después de la exposición al virus. Los síntomas de la infección por norovirus generalmente duran entre 24 y 48 horas, aunque a veces se prolongan hasta tres días. La mayoría de los afectados se recuperan completamente sin tratamiento. Sin embargo, en el caso de algunas personas, especialmente niños pequeños, adultos mayores y personas con otras patologías, los vómitos y la diarrea pueden causar una deshidratación y necesitar atención médica.
La infección por norovirus se da con mayor frecuencia en entornos cerrados donde hay mucha gente como, por ejemplo, hospitales, asilos de ancianos, guarderías, escuelas y cruceros. Hay personas con una infección por norovirus que no presentan signos ni síntomas. Sin embargo, son contagiosas y pueden transmitir el virus a otros. Si la diarrea se mantiene durante varios días hay que consultar con un médico, así como si se sufren vómitos intensos, hay heces con sangre, dolor abdominal o deshidratación.
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Para prevenir el contagio es importante lavarse bien las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos, sobre todo después de ir al baño o de cambiar un pañal y antes de preparar alimentos y comer o beber. Los desinfectantes para manos a base de alcohol no son tan eficaces contra el norovirus como el uso de agua y jabón, indican expertos consultados. Hay que desechar cuidadosamente los vómitos y las heces.
Asimismo, hay que evitar los alimentos y el agua contaminados, incluidos comida que pueda haber preparado alguien que tuviera la enfermedad. Igualmente, hay que lavar las frutas y las verduras antes de comerlas y cocinar bien los mariscos. También hay que desinfectar las superficies que puedan haberse contaminado.
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Para frenar la cadena de transmisión, las personas infectadas por el virus deben quedarse en su casa y no ir a trabajar. Por su parte, los niños deben permanecer en su domicilio y no acudir a la escuela o a la guardería.
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