Málaga se asegura la venta de las tres torres en los terrenos de Repsol y atraer a arquitectos de prestigio

El Ayuntamiento de Málaga tiene prácticamente garantizada la venta de su parte de los antiguos terrenos de Repsol (tres torres de hasta 32 plantas para viviendas y oficinas, y dos edificios de cuatro plantas para uso comercial y oficinas). Y además, que algunas de las empresas y fondos de inversión vengan acompañados con la firma de arquitectos de prestigio como son los dos premios Pritzker (el mayor galardón del urbanismo), el español Rafael Moneo y el japonés Toyo Ito.

Una vez cerrado el plazo para la recepción de propuestas, la Gerencia Municipal de Urbanismo tiene sobre la mesa 17 ofertas de compra para hacerse con estos suelos, de las que al menos tres aspiran a hacerse con las cinco parcelas que conforman el lote. Con esta competencia entre grandes compañías, también se da por hecho que los 43,7 millones de euros que como mínimo esperaba embolsarse el Consistorio serán superados con creces. En cualquier caso, tampoco se prevé que el montante final se acerque a los 70,3 millones en los que fueron tasados cuando en 2012 el Ayuntamiento se hizo con estos derechos como pago en especie del dinero que le debía la promotora original del convenio urbanístico (Comarex).

Aunque el primer sobre con las distintas ofertas no se abrirá hasta el jueves, fuentes consultadas por este periódico confirman la puja por las cinco parcelas por parte de al menos tres empresas y fondos de inversión. Uno de ellos sería Urbania, que actualmente está impulsando en Málaga el Distrito Zeta (la promoción inmobiliaria más moderna de la ciudad), que se presenta con la firma de dos arquitectos de renombre: la primera, la de Toyo Ito, que fue galardonado con el Pritzker en 2013, y la segunda, la del danés Bjarke Ingels, cuyo nombre viene sonando con fuerza para recibir también este premio.

Del mismo modo, el fondo suizo Stonewerg apuesta por Málaga para continuar sus inversiones en España con un proyecto en el que ha confiado en la figura de Rafael Moneo, el primer arquitecto español en lograr el Pritzker en 1996, que estará respaldado por el malagueño José Seguí.

Sin entrar a valorar estos detalles a la espera de la apertura de sobres, el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, sí que se ha mostrado «muy satisfecho» por el hecho de que se hayan recibido ofertas para todos los aprovechamientos, incluidos los de los dos edificios de uso comercial y oficinas. «Es una muestra más del músculo de Málaga para atraer a grandes inversores y a urbanistas de calidad», ha afirmado el edil.

Según el desglose recogido en el expediente, las cinco parcelas salieron con un precio de salida total de 43,7 millones de euros. La más cara, obviamente, es la reservada para un rascacielos de 32 plantas (9,96 millones), seguida por la de 30 (9,28 millones) y la de 28 (8,59 millones). Las tres están reservadas a uso residencial con aparcamientos, aunque el planeamiento vigente deja la puerta abierta a destinar la mitad de las mismas a oficinas. En cuanto a los dos terrenos para dos edificios de cuatro plantas para uso comercial, cada una de ellas salió al mercado por un precio de 7,95 millones de euros

A la hora de adjudicar las parcelas, siempre que haya más de un interesado, el primer criterio a tener en cuenta será el económico, pero no será el único. También se tendrá en cuenta el diseño y la calidad arquitectónica, las funcionalidades de los edificios y su integración con el entorno, la eficiencia energética e incluso que el equipo redactor del anteproyecto tenga algún premio de arquitectura de ámbito nacional o internacional.

Junto a los aprovechamientos de titularidad municipal, también hay otros derechos urbanísticos, como los que están en manos de la Sareb para la construcción de una cuarta torre, que sería de 34 plantas y, por tanto, la más alta del sector. El desarrollo se completará con otros cuatro edificios de diez plantas para VPO y un parque de 65.000 metros cuadrados.

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