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La Copa América del año pasado (2021) supuso un gran salto tecnológico, al introducir los 'foils' en las embarcaciones monocasco. Los nuevos AC75, definidos en la Regla de Clase de 2018 (las normas que rigen la competición), ofrecen avances en ingeniería y navegación pioneras en ... el mundo de la competición de vela. Primero, una definición rápida de esa pieza clave, el 'foil', que es una lámina sólida con una forma tal que, cuando se coloca en el mar en un ángulo adecuado, consigue una elevación sustancialmente mayor que la resistencia. Son, por tanto, las 'alas' que hacen que estos barcos literalmente vuelen sobre el mar.
Los AC75 son monocascos, frente a ediciones anteriores de la competición que emplearon embarcaciones multicasco (catamaranes). Pero lo más llamativo en estos casos es que la citada Regla de Clase mantuvo el uso de las también llamadas «hidroalas». Su peso ronda las 6,5 toneladas, aunque ello no le impide elevarse a una importante altura sobre los dos brazos que salen de cada lateral del barco. La tripulación está formada por ocho regatistas y el récord de velocidad lo tiene estipulado el 'American Magic' estadounidense, que alcanzó los 53 nudos (98 km/h).
Según el rumbo de navegación y la maniobra los barcos llevan en el agua el ala del lado de estribor o de babor. «Cuando vira o traslucha, la maniobra es muy compleja y sensible, con cualquier fallo, un error de coordinación o una racha de viento te puede descontrolar el barco y puede salir volando», explica Jaume Soler, periodista especializado en náutica y responsable del podcast Tripulante 18. «Son maniobras volantes que tienen riesgo y todo tiene que estar muy coordinado, volcar te puede suponer quedarte fuera de la competición por el tiempo de las reparaciones». Es lo que le ocurrió al 'American Magic', que se tuvo que retirar.
Durante una competición de Copa América es habitual que estas naves alcancen hasta 80 km/h, unos 44 nudos. «En tierra es algo normal, pero en el mar es mucho mas peligroso por que hay olas, la superficie no es estable. Esa velocidad es una barbaridad, pueden llegar a despegar 15 metros y luego caer contra el agua, y es como si se dieran contra un muro». De ahí que los tripulantes hagan mucho entrenamiento en caso de caída, además de ir fuertemente equipados con protecciones.
«El nivel tecnológico es brutal, se hacen continuos cálculos de rozamiento, influye el viento, las olas, una superficie que no es estable y el desafío permanente a la gravedad... Estos barcos tienen más tecnología que los coches de Fórmula Uno», y de hecho en los equipos hay ingenieros procedentes del mundo del motor, destaca Soler. «Es la unión de la aeronáutica y la navegación, con una evolución constante».
El experto aclara algunas cuestiones relativas a la operativa y las condiciones de la Bahía de Málaga para acoger esta regata. La primera pregunta, que muchos lectores han trasladado en los últimos días a SUR, es si el Mar de Alborán reúne las condiciones adecuadas de navegación. Y la respuesta es, rotundamente, sí. «Estos barcos con mucho viento tampoco pueden navegar, y la competición durará de tres a cuatro meses, es un abanico grande; con un viento medio, de 10-12 nudos, ya vuelan». Las regatas tendrían lugar entre primavera y verano (abril, mayo o junio, habitualmente). Y apunta que en Yeda (Arabia Saudí), una de las ciudades que es una directa competidora por hacerse con la sede, hay incluso menos viento que en Málaga.
Precisamente, en su valoración de las repercusiones que tendría para Málaga ser sede de la Copa América, el alcalde, Francisco de la Torre, destacó el refuerzo del protagonismo tecnológico que ya tiene la ciudad, dado el alto nivel técnico de los veleros y de sus equipos; y el acicate que supondría para la formación en materia náutica.
En la misma línea, Sergio Cuberos, presidente de la Cámara de Comercio, también valoró que la Copa América servirá como escaparate para la Málaga tecnológica y sostenible. «Son temas muy atractivos, cuando salimos siempre nos preguntan por la tecnología, por la 'smartcity'». El empresario abogó por que este evento sirva para mostrar las fortalezas en estos ámbitos.
Además de poder ver los AC75, en la próxima edición, como antesala de la gran regata, cada equipo deberá equipar un AC40, que será una versión más pequeña del primero, y llevará sólo cuatro tripulantes. Este barco se utilizará para las regatas preliminares, las llamadas 'challengers'. La primera Copa América Femenina también se disputará en un AC40.
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