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Los cientos de turistas que visitan este martes la Catedral de Málaga pueden contemplar, junto al valioso patrimonio de arte sacro que atesora, la triste imagen de las goteras que brotan desde el techo a raíz de las intensas lluvias de los últimos días. El Cabildo del templo se está afanando en tomar medidas para evitar esta situación, pero la obra del tejado se encuentra aún en plena fase de ejecución, por lo que resulta complicado frenar totalmente las humedades y la penetración del líquido elemento en las bóvedas.
Este martes se encuentra acotada para el público la zona de la girola a la altura de la capilla de Santa Bárbara, donde se han dispuesto casi una veintena de cubos que recogen el agua que no para de caer desde el techo, formando un considerable charco. Asimismo, se han colocado un par de cubos más a la altura de la puerta del Postigo de los Abades.
Desde el Obispado han señalado que «la cantidad de agua que ha caído en los últimos días ha provocado las típicas filtraciones que viene sufriendo con este motivo, desde hace décadas, el primer templo de la ciudad». Asimismo, han apuntado, como informó ayer SUR, que la imagen del Cristo de la Victoria, obra de Alonso de Mena, ha sido trasladada desde su capilla, al pie de la torre inacabada, al altar mayor, «con el fin de evitar daños» provocados por las goteras.
Según han informado desde la diócesis, «estamos cerca de terminar con las filtraciones de las terrazas intermedias» de la basílica. «Hasta ahora se ha impermeabilizado la terraza norte y la girola. Falta por impermeabilizar la terraza sur. Esta terraza tiene su punto más sensible en la capilla del Cristo de la Victoria, a la que se le ha dado una solución provisional», han explicado desde el Obispado.
Respecto a la cubierta superior, donde la construcción del tejado está todavía en una etapa inicial, han apuntado que están «solventando las filtraciones de manera provisional». «Hay alguna zona que tendrá que esperar como son las bóvedas más cercanas a la fachada principal», han agregado.
Existe un protocolo establecido en la construcción del tejado, que dirigen los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto, para evitar las goteras en momentos de lluvias con la colocación de una lámina EPDM, que está compuesta por un material de plástico grueso diseñado para que no se rompa al pisarlo.
En el caso de la cubierta superior, se aplicó un producto de impermeabilización en las juntas de las láminas de plomo que recubren el exterior de las bóvedas, y que han quedado a la vista tras retirarle la 'piel' de ladrillos que se colocó sobre ellas, dentro del proyecto que la Junta promovió hace 15 años para intentar solucionar el problema de las humedades de este monumento. Esas láminas, que constituyen actualmente la única protección de las bóvedas, no se van a retirar hasta que esté colocado el nuevo tejado.
No obstante, estas medidas no han logrado frenar totalmente la penetración del líquido elemento en el interior de la Catedral cuando se registran intensas lluvias como las de estos días.
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