Los vecinos del Centro no viven cómodos

Puede resultar paradójico, pero en pleno auge de revalorización del suelo del Centro histórico, puede que sea uno de los momentos en los que peor se viva. Así lo explican varios vecinos de la zona, que explican que cada vez se hace más difícil vivir allí. «Vivo en la plaza de la Merced. Todas las viviendas de mi bloque son alquileres turísticos, con el ruido y el poco civismo que ello conlleva. A mis 70 años mi movilidad es reducida y caminar plácidamente por mi barrio se acabó hace mucho tiempo. Las terrazas se llenan los fines de semana de turistas, sobre todo en esta parte, que acaban orinando en los portales y pegando voces a deshoras» se queja un vecino.

Pablo C., otro residente, pero esta vez del entorno de la calle Mariblanca, comenta que todas las mañanas tiene que soportar el hedor y las malas condiciones de la calle Peña: «En cuanto te alejas un poco del casco histórico está todo bastante descuidado. Los adoquines sueltos, suciedad y cableado descolgado. Es una pena que solo se invierta en lo visible para los turistas. Además, los fines de semana tenemos que lidiar con un ruido que nos hace replantearnos vivir aquí. Todo esto sin contar la mala imagen que dan las obras» reflexiona y piensa que «a la larga» todos los edificios estarán ocupados por viviendas de alquiler vacacional.

Por último, recordar la queja de Belén, que explicaba que la plaza San Francisco es uno de los puntos más sucios y decadente. «Hay pintadas, excrementos y un ruido horrible».

Puede parecer una obviedad, pero los vecinos de la zona de Playa Virginia explican en declaraciones a este periódico que el hedor que desprenden los contenedores de la zona de El Tintero, justo en la Playa del Dedo, es cada semana más insoportable: «Pasas de paseo por la zona y tienes que taparte la nariz, e incluso llega a las casas más cercanas al paseo marítimo. El pescado en mal estado deberían recogerlo cuanto antes y que pase el menor tiempo posible en dichas dependencias. No sé si es posible, pero las administraciones deberían mirar por este tipo de comida en descomposición y actuar con la máxima rapidez».

La situación de Carlinda no mejora, sino todo lo contrario, y desde hace mucho. Lo explicaban los mismos vecinos que hace unos meses denunciaban el estado de alguno de los enclaves del barrio, como el de la calle Ana Solo de Zaldívar: «No sé si es por casualidad, pero tras vuestra publicación se desbrozó parte de la zona, no toda, aunque la limpieza no se ha producido. Quería denunciar, al margen de la limpieza, el abandono de la zona, que lleva urbanizada 15 años y los vecinos ya estamos cansados del abandono total», comenta Isabel, lectora habitual de SUR.

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