En la calle Salitre y toda la zona del CAC –Centro de Arte Comtemporáneo– en dirección hacia el Centro se suceden signos de vandalismo. El más flagrante es el que sufre una de las figuras monumentales enfrente del museo que desde hace unas semanas tiene pintadas en toda su estructura: «Es increíble con el esfuerzo que se hace en esta ciudad y todavía no se da con la forma de parar con los grafitis que solo quieren causar daño» explica J. S., lector habitual de SUR, muy indignado con la situación, aunque confía en que poco a poco la sanciones sean mucho más ejemplares.
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A todo esto se unen papeleras rotas y restos de botellones de muchos jóvenes que utilizan este espacio para quedadas: «No nos importa que se lo pasen bien siempre que sea de manera civilizada», explicaba otra vecina de la zona de Salitre, a la que también llega el ruido.
Cabe recordar que el río Guadalmedina en muchos momento del día desprende un potente hedor, aunque ha disminuido desde el pasado verano: «La peste que tenemos que soportar es horrible, incluso nos planteamos siempre tener las ventanas cerradas. Hay una circunstancia que no acabamos de entender pero parece que incluso por las noches se intensifica el olor», comentaba Carlos P., vecino de la plaza Poeta Alfonso Canales, que linda con el río por su parte derecha.
La situación, hasta la fecha, sigue teniendo a muchos residentes enfadados.
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