Mucho reproche desde la bancada de la oposición por la falta de negociación previa, poco debate a la hora de tumbar las enmiendas presentadas por los grupos de izquierdas (PSOE y Adelante Málaga) y ninguna sorpresa. Tal y como estaba previsto, el equipo de ... gobierno PP-C's ha hecho valer este martes su mayoría en el Salón de Plenos para aprobar de forma inicial los presupuestos del Ayuntamiento de Málaga para 2020 que, como viene siendo costumbre desde el anterior mandato, entrarán en vigor con el año ya empezado. ¿Cuándo será? En el mejor de los casos, a comienzos de febrero, ya que tras el trámite de hoy el documento tendrá que salir publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), momento a partir del cual se abrirá un plazo de 15 días hábiles para la presentación de alegaciones. Si no hubiera, el proceso se agilizaría pudiendo aprobarse definitivamente en la primera semana de febrero. En caso contrario, habría que estudiarlas y volver a pasar el expediente por el pleno. «Son unos presupuestos que dan respuesta a muchos temas que han consolidado a Málaga como una gran ciudad de referencia en materia social, cultural, de esfuerzo en vivienda y medioambiental», ha destacado el alcalde, Francisco de la Torre, quien ha contrapuesto el aumento en inversiones con la congelación de los tributos además de reiterar su compromiso de rebajar las plusvalías por herencia de forma progresiva hasta reducirlas al mínimo legal en ocho años.
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Las cuentas, que ascienden a 843,9 millones de euros, han salido adelante con los únicos apoyos del equipo de gobierno, ya que tanto PSOE como Adelante Málaga han votado en contra al entender que «no dan respuesta a los verdaderos problemas de la ciudad» y al desestimarse sus enmiendas (20 los primeros y 50 los segundos) encaminadas a aumentar las inversiones en los barrios, a incrementar las ayudas sociales, a destinar más dinero a comprar viviendas para destinarlas al alquiler social o a impulsar políticas de empleo. En materia tributaria, los socialistas han insistido en que la anunciada rebaja de la plusvalía por herencia no se haya hecho efectiva, mientras la coalición de IU y Podemos planteaba aumentar los ingresos subiendo el IBI a las grandes empresas. «En esa subida fiscal que proponen, que también pueden estar pretendiendo a nivel nacional, no nos van a encontrar», ha asegurado el concejal de Hacienda, Carlos Conde, que ha defendido unos presupuestos que «son expansivos y que no escapan al drama social, mantienen la austeridad y recogen los compromisos adquiridos con los malagueños». En la misma línea, su socia de gobierno de Ciudadanos, Noelia Losada, también ha resaltado el «crecimiento de unas cuentas que permitirán dar solución a los grandes retos de la ciudad», poniendo el acento en los 101 millones para acción social con políticas para vivienda, la creación de una segunda unidad de emergencia social o el mantenimiento de los economatos para familias con menos recursos.
Una visión radicalmente contraria a la de la oposición. «Son una farsa, un fraude porque ahondan en la desigualdad entre los malagueños y también en los barrios», ha criticado el portavoz del PSOE, Daniel Pérez, quien ha afeado al equipo de gobierno que «ni siquiera hayan hecho una simple llamada» para tratar de consensuar los presupuestos. Un reproche que también ha recibido Conde de parte de Adelante Málaga, cuyo portavoz, Eduardo Zorrilla ha calificado los presupuestos de «improvisados, ineficientes e injustos».
En el capítulo de inversiones, las actuaciones más destacadas son los 3,8 millones consignados para acondicionar los terrenos del antiguo campamento Benítez como parque, los 1,2 para acometer la reurbanización de la calle Carretería y, aunque no estén reflejados, el millón reservado para iniciar el proyecto del auditorio. No así el anunciado como proyecto estrella del alcalde para este mandato, el del soterramiento del tráfico entre muelle de Heredia y la Malagueta, ya que todavía está en fase de estudios.
En un ejercicio en el que los impuestos quedan congelados, el Ayuntamiento prevé aumentar sus ingresos hasta los 845,7 millones gracias a los 13 millones más que percibirá de la participación de los impuestos del Estado y de los 20,7 millones que pretende embolsarse por la venta de suelo y aprovechamientos urbanísticos. En el apartado social, las cuentas contemplan un gasto de 101,7 millones, mientras que el servicio de limpieza viaria y recogida de residuos se llevará 109 millones, 7 más que en 2019 que servirán para atender las mejoras para la plantilla recogidas en el nuevo convenio laboral así como la liquidación de Limasa para dar lugar a la nueva empresa municipal Limpieza de Málaga.
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