Urbanismo pone reparos a la cata arqueológica que pide la Junta en la iglesia del Sagrario de Málaga

Tras tener noticia de que la administración regional había exigido una nueva cata arqueológica, la Gerencia Municipal de Urbanismo emitió a finales del año pasado un escrito en el que mostraba sus reservas respecto a la realización de ese sondeo, planteado en una amplia superficie del tramo de la calle Santa María que separa la iglesia del Sagrario del antiguo hospital de Santo Tomás, también cerrado a la espera de su conversión en residencia de estudiantes.

En ese documento, los técnicos de conservación del Consistorio muestran su preocupación por los efectos dañinos que podría provocar en los cimientos de la iglesia la ejecución de la excavación que se plantea por la extensión que abarca en la calle. Según se apuntó desde el Obispado, tendría un plazo de ejecución de ocho meses y un coste de unos 300.000 euros, presupuesto que la diócesis no está dispuesta a asumir porque ya ha empleado 370.000 euros en estudios sobre las patologías del templo y las posibles soluciones.

Además, desde Urbanismo consideran que esta cata podría afectar no solo a la estructura de la iglesia del Sagrario, partida en dos por una enorme grieta debido a los problemas de cimentación que presenta este edificio del siglo XVIII, sino también a la de otros inmuebles colindantes, como el citado hospital de Santo Tomás. Así, los técnicos de la Gerencia, que siguen este asunto desde 2016, piden a la Junta que se busquen alternativas para avanzar en la reparación del Sagrario, sin tener que recurrir a una nueva excavación de ese calado.

Desde el Obispado se ha planteado la solución para reforzar esos cimientos con un método que procuraría dañar lo menos posible los restos arqueológicos encontrados en el subsuelo del templo. Se trata de inyecciones a baja presión para frenar el movimiento de la fractura causada por una diferente consistencia del subsuelo en uno y otro extremo de esta construcción.

Sin embargo, la Junta sigue sin ver con buenos ojos esa medida y desde Cultura han señalado a SUR que están estudiando la actuación «para ver si es posible plantear una alternativa al refuerzo de cimentación tal y como propone el equipo contratado por el Obispado, ya que la solución planteada podría afectar a los restos arqueológicos existentes en el subsuelo».

La postura del Gobierno andaluz en este caso está motivada por la importancia que dan sus técnicos al hallazgo, en los sondeos realizados hasta ahora, de muros y partes de la mezquita que inicialmente se utilizó como catedral tras la conquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos y sobre la que está construida la iglesia del Sagrario, cuya portada gótica norte corresponde a la intención inicial de levantar en este espacio el primer templo de la diócesis. Esto ha permitido lanzar la hipótesis de que la primitiva mezquita de Málaga fue construida entre los siglos VIII y X, mucho antes de lo que hasta ahora se había estimado.

Por ahora, después de tres años de clausura del templo, Junta, Obispado y Ayuntamiento no han encontrado un punto de acuerdo para reparar de forma eficaz uno de los edificios barrocos más significativos del Centro Histórico, cuyo deterioro sigue avanzando y afecta ya a las columnas de la galería que lo conecta con las dependencias de la Catedral. La Asociación Hispania Nostra lo tiene incluido en la Lista Roja del Patrimonio Español.