Obra sobre obra: Urbanismo rompe el acerado que colocó hace un año junto al solar del Astoria

Desde Urbanismo han explicado que «esta fase de la obra estaba prevista» y que el acerado que se colocó el año pasado en la zona sur de la parcela que dejó el Astoria «era provisional». Como informó SUR, esa zona peatonal se trazó sobre un espacio en el que fueron encontrados los vestigios de dos tumbas de la época romana que podrían haber enmarcado un camino de entrada a la ciudad, según se explicó en la visita a las excavaciones que se llevó a cabo el 5 de octubre de 2020.

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Asimismo, en el resto de la excavación del solar, realizada por la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas para la Gerencia Municipal de Urbanismo, aparecieron piletas romanas de los siglos I y II después de Cristo que posiblemente se emplearían para almacenar aceite y vino, restos del arrabal de la época medieval del siglo XI (viviendas y un horno), del hospital de Santa Ana del siglo XVI y más de trescientos enterramientos asociados muchos de ellos a la batalla que se libró para la toma de Málaga por los Reyes Católicos.

Consultadas sobre si esta obra sobre el colector que acomete la constructora Ielco cuenta con vigilancia arqueológica, las fuentes de Urbanismo han señalado que «está informada por Cultura» de la Junta de Andalucía.

En su informe sobre las excavaciones que se realizaron en el solar del Astoria, la Junta precisó que las tumbas localizadas al sur de la parcela «presentan restos de un remate en 'opus signinum' (material formado por tejas partidas en trozos pequeños mezcladas con cal), en forma de media caña, que se asocia a la tipología de tumbas en 'mensae', relacionadas con el intento de monumentalización de la estructura». Además, en esta zona se localizaron dos retazos de un muro realizado con grandes piedras, sobre una cimentación de cantos de un considerable tamaño, al este del solar, que se ha relacionado con un antiguo camino de salida de la ciudad antigua hacia el norte. Cultura dictaminó que todo lo encontrado en el subsuelo de los cines debía conservarse 'in situ', «de forma que cualquier actuación futura evite su alteración».