

Secciones
Servicios
Destacamos
Lejos quedan los vientos de cambio que soplaron con el 15-M, el movimiento de indignación política que abarrotó las plazas en 2011. Podemos, el partido que articuló aquel hartazgo, no ha parado de debilitarse desde que hace tres años, en coalición con Izquierda Unida, alcanzase su techo electoral obteniendo 71 escaños. Meses antes, en solitario, había sumado 69 diputados. Anoche cayó hasta los 35 representantes. Desde 2016 se ha dejado por el camino más de dos millones de votos y la mitad de su bancada. La entrada en un posible Gobierno de coalición liderado por el PSOE podría maquillar el desgastado liderazgo de Pablo Iglesias, con Irene Montero y Alberto Garzón en la retaguardia, pero los malos resultados de este 10 de noviembre y el ascenso de Vox, que la formación morada ha tratado de frenar sin éxito en las dos últimas campañas, abren nuevos escenarios que la Ejecutiva del partido deberá analizar en los próximos días.
La coalición ha sufrido en Málaga una de sus derrotas más dolorosas. Una hemorragia de 20.000 votos saca del Congreso a la número dos provincial, Eva García Sempere, una de las diputadas más respetadas y queridas de su grupo parlamentario. Garzón se queda solo como representante malagueño de Unidas Podemos. El coordinador federal de Izquierda Unida siempre confió en la posibilidad de retener el segundo escaño obtenido en abril. Consciente de que se lo disputarían con Vox, desde la formación morada lanzaron una ofensiva electoral bajo el lema «Eva se queda». En caso de que el partido de Santiago Abascal conquistara ese segundo diputado, Garzón contemplaba otra posibilidad: pelear el último escaño con el PP. De ambas contiendas salieron vencidos: los populares y Vox aumentan su representación hasta los tres y dos escaños, respectivamente. Unidas Podemos se queda con un solo diputado.
La irrupción de Más País, el proyecto de Íñigo Errejón, que en la provincia ha arrancado más de 14.000 votos, y los llamamientos socialistas apelando al «voto útil» ayudan a entender el tropiezo de Unidas Podemos en Málaga, donde la formación de Pablo Iglesias nunca ha superado los dos escaños. En 2011, cuando el PP acaparó casi el 50 por ciento de los votos, Izquierda Unida apenas arañó un nueve por ciento de las papeletas. Cuatro años después, en 2015, ya con Podemos organizado, el partido morado convenció al 17 por ciento de los votantes frente al 6,8 por ciento conquistado por IU. Meses más tarde se presentaron por primera vez en coalición y obtuvieron un 18 por ciento de los votos. El porcentaje descendió hasta el 14 por ciento en abril de este año, suficiente para mantener dos diputados, objetivo que no alcanzaron este domingo.
Con su progresivo declive, la coalición entre Podemos e Izquierda Unida baja hasta un único escaño en Málaga después de tres citas electorales consecutivas sumando dos diputados, una merma electoral que ambas formaciones tienen ahora que evaluar.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.