Uno de cada tres vecinos soporta más ruido de tráfico del recomendable

La respuesta a esa y otras cientos de cuestiones aparecen recogidas en el tercer Mapa Estratégico de Ruido de la Aglomeración de Málaga (MER), un documento que se elabora cada cinco años y que responde a una normativa europea que vincula a las ciudades de más de 100.000 habitantes. El extenso informe, que esta semana se ha aprobado inicialmente en la Comisión de Medio Ambiente y que estará durante un mes en periodo de alegaciones, permite establecer con nitidez, entre otros detalles, cuáles son las calles más ruidosas, las diferencias de emisiones según el tramo del día o los distritos cuyos habitantes están por encima de ese hito de los 65 decibelios.

Este último ránking lo encabezan, con una notable diferencia sobre los demás, Cruz de Humilladero (el 54,59% de sus residentes están por encima del umbral deseable en cuanto a ruido de tráfico), seguido de Carretera de Cádiz (43,45%), el Centro (41,97% ), Bailén Miraflores (39,40%) y Teatinos Universidad (38,91%). A una distancia considerable se sitúan Ciudad Jardín (24,79%), Palma Palmilla (23,87%), Churriana (22,85%) y la zona Este (19,89%); y cierran la lista Campanillas (12,23%) y Puerto de la Torre, con un escueto 5,59% de población afectada. Cabe destacar, como datos relevantes, que Cruz de Humilladero está también en cabeza en cuanto a número de vecinos que soportan tramos por encima de hasta 70 decibelios (26,21%) e incluso cercanos a los 75 (24,88%). En el lado opuesto están los casos de Ciudad Jardín, Palma Palmilla, Churriana, Puerto de la Torre y Teatinos-Universidad, sin residentes afectados por encima de la cota de los 75 decibelios (0%).

El análisis global de los datos del MER refleja no obstante que, en general, el residente en la capital está dentro de la zona de confort que recomienda la ley: el 64,18% de la población censada vive en el margen de los 65 decibelios o menos, mientras que el resto (35,82%, uno de cada tres residentes) ocupa la franja más expuesta a los efectos del ruido del tráfico.

Existen más conclusiones generales tras el repaso a este mapa, sobre todo si se compara con los datos de los dos anteriores MER (realizados en 2007 y 2012) y las cotas de las 21 calles que fueron analizadas a lo largo de los años para ver la evolución del tráfico: la primera de ellas es que el ruido en el periodo del día (de 7 de la mañana a siete de la tarde) y de tarde (de siete de la tarde a once de la noche) se ha incrementado en un 7% con respecto a las mediciones de 2012, y en el periodo de noche (de once de la noche a siete de la mañana) se ha mantenido estable. Si la referencia, en cambio, es el año 2007, existe un dato llamativo: en el tramo de día-tarde las emisiones acústicas vinculadas al tráfico han descendido un 0,5% en el nuevo MER y durante la noche esta reducción se amplía al 10%. La causa de este leve descenso en el arco de siete de la mañana a once de la noche hay que buscarla en el hecho de que en 2007 la actividad económica en Málaga era más dinámica, y eso indudablemente tiene un impacto directo en las mediciones de este tipo de ruidos.

Llegados a este punto, conviene hacer una aclaración: el MER recoge únicamente mediciones vinculadas al tráfico, es decir, al tráfico rodado, ferroviario, aéreo, industrial y terciario. En el más reciente, además, se ha ampliado el estudio al impacto acústico del metro. Pero nada más. «Desde hace unos años se está pidiendo que este informe incorpore también otro tipo de ruido como el del ocio, pero por ahora la obligación que establece la UE sólo se refiere al tráfico», constata el director general del Área de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Málaga, Luis Medina-Montoya, quien añade una reflexión lógica para el caso de Málaga y sus problemas de ruidos más allá del tráfico: «Es una normativa pensada y diseñada para una realidad que no se ajusta a la nuestra». Aun así, las conclusiones del MER servirán para diseñar, a lo largo de este año, los Planes de Acción contra el Ruido (PAR), destinados a «intervenir sobre los puntos de conflicto».

Teniendo en cuenta estas circunstancias específicas en la capital, los responsables municipales constataron que a la hora de presentar las conclusiones del MER en los distritos, la mayoría de las quejas de los ciudadanos se referían efectivamente al ruido del ocio, más que al derivado del tráfico u otras fuentes. De ahí surgieron, a partir del año 2011 y con carácter bianual, estudios paralelos e independientes con la clasificación de esos otros emisores sonoros; y en efecto, de las 20.071 quejas y denuncias analizadas en el periodo 2015-2016, la mayoría de ellas están relacionadas con el ruido derivado de actividades y comportamientos incívicos (el 43% del total) y actividades vecinales (29,05%). La tercera posición en el ranking de denuncias la ocupa, con un 19,25%, la actividad hostelera, con el distrito Centro como principal emisor –de lejos– de todo ese otro catálogo de acciones molestas al margen del tráfico.