Tres profesores malagueños, nominados al Mejor Docente de España

La organización de estos premios da así a conocer los diez finalistas de cada una de las seis categorías una vez evaluados los méritos de los 1.306 candidatos de esta edición tomando en consideración su calidad docente y la satisfacción del alumnado; su proyección en la sociedad; la investigación y transferencia que hacen del conocimiento; su formación y reciclaje; la transmisión de valores, y la innovación y uso de TIC.

Málaga aspira a tres de ellas de la mano de Lourdes Zoraida Fernández Martín, del CEIP Mare Nostrum, de Torrox (Educación Primaria); Miguel Ángel Ronda Carracao, del IES Belén (FP), y María García Viñolo, del Espacio Educativo Meraki (Educación no formal).

Esta última, titulada en Magisterio de Educación Primaria, siempre tuvo la convicción de que podía aportar más fuera del sistema que dentro de él. «Llegué a prepararme unas oposiciones, pero nunca me presenté», recuerda María García, quien ya desde el instituto le encantaba dar clases particulares a los escolares. Continuó haciéndolo a estudiantes de Secundaria cuando estaba en la carrera y lo que planteó como algo esporádico para sacarse un dinero, se ha convertido en su oficio.

En 2019 se hizo autónoma y montó su particular academia, porque aunque imparte clases de apoyo en asignaturas de los diferentes niveles educativos, lo hace con una metodología que le ha valido este reconocimiento nacional. Da clases 'on line', pero también presenciales tras acondicionar el garaje de su abuela. Las clases de refuerzo que empezó dando el primer año a 15 niños se han hecho populares entre estudiantes y padres de Churriana, donde tiene su sede el Espacio Educativo Meraki. Un año después, ya acudían 30 niños; en 2021, fueron 50 y actualmente, hay inscritos 100. ¿La clave? María apostó siempre por una enseñanza creativa, alejada de las «típicas» fichas del cole, por la educación en valores y por trabajar las emociones, ayudando a los menores a superar sus inseguridades y mejorar su autoestima para que mejoraran sus resultados. Todo ello de la mano siempre de las familias, los alumnos y también los profesores. «Todo suma gracias a que somos un equipo», subraya María.

Como ella, Lourdes Zoraida Fernández siente también que su metodología ha calado y esta nominación es muestra de ello. «Me siento muy querida por la comunidad educativa; todo han sido mensajes de cariño», apunta. Su secreto está en «hacerlo bonito» como docente, que en palabras de Lourdes se traduce en una programación docente basada en proyectos y actividades en las que disfrute el alumno y se impliquen las familias. «Los niños tienen que aprender con ilusión, venir a la escuela felices y marcharse a sus casas felices», recalca Lourdes, quien durante el curso pasado se dejó la piel en la organización de un programa de educación en valores y en igualdad.

El objetivo era que conocieran a mujeres actuales que dejan huella en sus ámbitos, como Belén Rosado, matemática de la Universidad de Cádiz, que los alumnos pudieron entrevistar por videoconferencia cuando estaba investigando en la Antártida; María José Moreno, presidenta del Club Balonmano Femenino Málaga Costa del Sol, «con la que organizamos visitas a los encuentros y de la presidenta a nuestro colegio para que los alumnos comprobasen que las mujeres también ganan trofeos» y, finalmente, contactaron con la ingeniera aeroespacial de la NASA, Julee Powers, para que conocieran los entresijos de la próxima misión espacial a la Luna. «Cuando haces partícipe al alumno en su aprendizaje, es más fácil que se interese. Sin duda, implica más horas de trabajo, pero tengo un equipo que me apoya en todas mis locuras».

Por su parte, Miguel Ángel Ronda no oculta tampoco su satisfacción. «Estar entre los diez finalistas ya es un premio», admite este docente reconocido por su compromiso con los alumnos de FP básica del IES Belén. Allí impartía la asignatura Equipos Eléctricos y Electrónicos y sacó adelante un taller de recuperación de dispositivos móviles, que trascendía la mera labor educativa. «A la FP básica llegan alumnos que habiendo cumplido los 16 años no han superado la ESO. Es como la última salida para graduarse, formarse en un oficio, obtener un título de auxiliar informático y tener acceso directo a grado medio», precisa este docente, que más allá de la enseñanza formal trabaja por que sus alumnos, que suelen arrastrar también problemas familiares, ganen en habilidades sociales y en seguridad. «Muchos dudaban de sus capacidades y gracias a este proyecto ganaron en autoestima», explica Miguel Ángel, que este año imparte clases de Electrónica e Informática en el Centro Público Integrado.

Con su iniciativa, sus alumnos recrearon todo el proceso de creación de una empresa de reparación de móviles en el propio centro, lo que posteriormente les proporcionó experiencia para sus tres meses de prácticas en empresas reales. Sin embargo, para este docente, que lamenta el estigma que sufre todavía la FP, lo más gratificante fue comprobar como estos alumnos «logran reengancharse al sistema educativo y comprobar por ellos mismos que pueden hacer todo lo que se propongan», zanja.