

Secciones
Servicios
Destacamos
El empeño de la junta de gobierno de la Academia de Bellas Artes de San Telmo, y en especial de su sección de Arquitectura, que lidera Ángel Asenjo, de ir en contra del proyecto de la torre del Puerto ha agravado la crisis interna que vive la institución. Un grupo de académicos han mostrado su desacuerdo frontal con la postura oficial y las últimas decisiones en este sentido, que se han vuelto a materializar esta misma semana con la presentación de un recurso de alzada ante la Delegación de Medio Ambiente de la Junta.
En esta reclamación, exigen que el trámite de evaluación ambiental del cambio de la calificación urbanística necesaria para una parte del suelo del Plan Especial se lleve por el procedimiento ordinario, que supondría más de 18 meses de trámites; frente a la apuesta inicial del Gobierno andaluz, que es llevarlo por el trámite simplificado (de cuatro a seis meses).
Varios miembros de la institución que preside José Manuel Cabra de Luna (que piden no ser citados) han puesto de relieve que existe una fractura interna, que ha hecho que dejen de participar en los encuentros. De hecho, aseguran que de los 38 académicos de número, apenas 15 asisten habitualmente a las reuniones en las que se han tomado decisiones como la de presentar el citado recurso contra la Junta. «Es un error la posición de la Academia en este sentido, muchos académicos están al margen de este tema», aseguran.
Otros miembros que sí continúan participando en las sesiones explican que la postura contraria a la construcción del hotel está liderada por Asenjo; aunque matizan que la sección de los arquitectos presentó meses atrás su informe desfavorable, este se llevó a pleno y se decidió que la Academia se manifestaba en contra, sin que nadie dentro de la institución se mostrara en desacuerdo con la decisión. Las fuentes consultadas reconocieron no tener aún una opinión formada, y reclamaron poder analizar informes de impacto paisajístico «que no sean de parte» para tomar una decisión. Sobre el grupo contrario, calificaron la situación como «una pataleta» que viene coleando desde las elecciones en las que ganó Cabra de Luna. «Son rencillas internas que no tienen nada que ver con el Puerto».
La institución justifica su demanda de un trámite medioambiental largo en que la modificación de elementos tendría supuestamente un carácter «estructural» sobre el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), en la medida en que se permite «un uso privado, vía concesión, en un suelo dotacional de dominio público». Además, vuelve sobre el tema de la altura prevista, lo que, a su juicio, sería un perjuicio grave para el paisaje de Málaga.
Básicamente, sigue la misma hoja de ruta contraria al proyecto que ha trazado el comité nacional español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). De hecho, en la convocatoria del pasado 27 de julio, donde se aprobó dar este paso, se aludía a las acciones legales de dicho organismo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.