Año de elecciones, año de inversiones. Con esa premisa, el Ayuntamiento de Málaga afrontará el año preelectoral con unos presupuestos diseñados no sólo para 2018 sino también para llegar hasta el final del mandato (mediados de 2019), en los que se ven notablemente incrementadas las partidas destinadas a proyectos de ciudad y a echar una mano a las familias que peor lo están pasando con la crisis. Los grandes números reflejan que las últimas cuentas municipales de la legislatura ascienden hasta los 790,5 millones de euros, un 5,5% más (41,2 millones) respecto a los del ejercicio anterior, que seguirán prorrogados hasta que los nuevos entren en vigor. ¿Cuándo? Previsiblemente a mediados de mayo y con el apoyo garantizado de Ciudadanos tras incluir el equipo de gobierno del PP las 61 medidas que su socio de investidura le puso sobre la mesa como la redacción de los proyectos para crear minipabellones deportivos en los barrios, mejoras en los accesos al PTA, la recuperación del monte Gibralfaro como parque o más dinero para el Cuerpo de Bomberos.
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Las dos grandes patas de los presupuestos presentados ayer por el alcalde, Francisco de la Torre, son el gasto social (que pasa de 82,6 a 101,3 millones, un 22% más) y las inversiones, que se disparan en idéntico porcentaje desde los 61,5 a los 74,9 millones, sin contar los 6 previstos como gasto corriente para planes de conservación en los barrios y en los polígonos. Si se echa la vista atrás hasta el inicio de la legislatura (2015), el incremento es del 53% y del 29%, respectivamente.
Al margen del presupuesto, a estas cantidades habría que sumar también los 37 millones del plan de actuaciones que se está ejecutando a través de las inversiones financieramente sostenibles de 2017 y las que se están preparando por una cuantía similar para 2018 y 2019. En conjunto, la inversión en este periodo rondará los 180 millones.
«Más inversiones significan más empleo», afirmó De la Torre, quien calificó el presupuesto como «el mejor posible en la actual coyuntura de salida de la crisis y de impulso de la economía». «Es un presupuesto que crece, que fortalece las líneas estratégicas de la ciudad como el gasto social, la inversión y el empleo, y que incrementa sus ingresos sin subir los impuestos», añadió. En este sentido, en Economía cuentan con más transferencias de otras administraciones y esperan una mayor recaudación de los tributos ligados a la construcción, mientras que la de la plusvalía se rebaja apenas cien mil euros respecto a la previsión de 2017 (46,76 millones) ya que aunque se esperan más operaciones de compraventa de inmuebles se ha tenido en cuenta la sentencia del Constitucional que anula el pago de este impuesto cuando la venta se hace por debajo de su valor.
En materia de inversiones urbanísticas, la mayor partida serán los 4,6 millones para la peatonalización de la Alameda Principal, seguidos de los 2,1 millones para la renovación urbana del eje Carretería-Álamos, el nuevo acceso a Portada Alta y Teatinos desde la autovía, la rehabilitación de las antiguas cocheras de la EMT en El Palo para uso público y la finalización de obras como las de la avenida Plutarco, Ancha del Carmen, la nueva plaza de Tabacalera o del parque urbano en el Acueducto de San Telmo.
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También aparecen tres millones para seguir avanzando en el parque del Benítez y otro millón para la puesta en valor del Monte Gibralfaro, pero nada para la integración urbana del Guadalmedina (más allá de 500.000 euros para la habilitación de una vía verde) ni para el futuro parque en los terrenos de Repsol debido a que aún les queda una larga tramitación para hacerse realidad. «Tendrán reflejo presupuestario cuando estén para ejecutarse», remarcó el regidor.
La promoción de VPO seguirá siendo una de las principales apuestas del Ayuntamiento, que ha reservado 9,7 millones para ejecutar siete promociones que suman 132 viviendas, a los que se sumarán otros 3,7 millones para continuar con las ayudas a la implantación de ascensores en edificios antiguos y 1,7 para el programa de subvenciones a la rehabilitación. Además, se incluyen 700.000 euros para continuar con la recuperación del convento de San Andrés, otra partida similar para la renovación del mercado de Salamanca (Molinillo) y una simbólica partida de 50.000 euros para iniciar la recuperación de la casa natal de Cánovas del Castillo con la idea de hacer un centro de interpretación.
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En el capítulo de gasto social, que sigue al alza desde los 60,8 consignados en 2013 hasta los 101,3 de 2018, destacan los 24 millones para ayuda a domicilio a personas dependientes (18,6 en 2017) y los 10,1 (5,8 en 2017) para un plan de lucha contra la pobreza en el que se incluyen ayudas al alquiler (2,7 millones), la cobertura de necesidades básicas para familias en exclusión (2,4), la red economatos sociales (400.000 euros), planes de empleo para personas sin recursos (145.000) o la ampliación de la unidad de emergencia social (282.659).
Por áreas, Medio Ambiente se lleva la mayor parte: 192,4 millones, incluidos los 97,5 para Limasa. Además, también figuran 80.000 euros para el estudio de viabilidad del nuevo modelo de gestión (la limpieza se dejará en manos privadas y la recogida de residuos será municipalizada). Asimismo, se continuará con la reforestación de los parques periurbanos y la sustitución del arbolado viario.
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La reacción de los grupos políticos tras la presentación de los presupuestos de 2018 fue ayer la previsible. Ciudadanos, socio de investidura del alcalde, ya ha garantizado su apoyo cuando las cuentas sean sometidas a la aprobación del Pleno en virtud del acuerdo escenificado la semana pasada, en la que el equipo de gobierno aceptaba las 60 medidas que la formación naranja puso sobre la mesa. «Está claro que no son nuestros presupuestos pero los vamos a apoyar, una vez que se ha cumplido con las exigencias de Ciudadanos», afirmó el portavoz, Juan Cassá.
En el bloque de izquierdas, el panorama era bien distinto y tachaban los presupuestos de «electoralistas». El portavoz socialista, Daniel Pérez, no sólo incidió en el «carácter electoralista» de las cuentas, sino que también consideró que están «vacías de contenido porque siguen sin dar respuesta a las verdaderas necesidades de la ciudad ni a los grandes proyectos inacabados como la integración del Guadalmedina, el Astoria o los terrenos de Repsol».
En la misma línea, Eduardo Zorrilla (IU-Málaga para la Gente), lo calificaba de «panfleto». «Que se aumenten las inversiones se debe a un mero afán electoralista. Además, nos parece inverosímil que anuncien nuevas actuaciones cuando en el presupuesto de 2017 no se ha ejecutado ni el 50% del dinero consignado».
Desde Málaga Ahora, Ysabel Torralbo no entró a valorar las cuentas «en función de esta nueva modalidad de anunciarlos en rueda de prensa sin haber entregado un solo documento a los grupos (se entregaron horas después de su presentación)», mientras el edil no adscrito, Juan José Espinosa, criticaba que el presupuesto «se ha hecho a escondidas» y lo consideró «escaso» teniendo en cuenta que se extenderán hasta 2019.
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