La banalización del mensaje político y el intento por ridiculizar al adversario político van de la mano en los últimos años. El encuentro que protagonizaron Francisco de la Torre, Manuela Carmena y Celia Villalobos brilló por lo contrario. Los tres dirigentes debatieron y contrastaron posturas ... basando la fuerza en los argumentos.
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El alcalde de Málaga defendió, en este sentido, que en su dilatada trayectoria ha podido confrontar con vehemencia, pero nunca traspasando una línea que consideró sagrada. «Jamás he insultado a nadie en política», dijo. Por su parte, Villalobos también apeló a la necesidad de mantener las formas en política. «La palabra es esencial para que nos entendamos, lo que pasa que la palabra ahora se ha convertido en algo para atacar al contrario», lamentó.
El Aula de Cultura de SUR se convirtió, con el paso de los minutos, en un catalizador para la ese pensamiento en mayúsculas que Carmena calificó de «grandioso». También en una ocasión para conocer la exigencia mental de ocupar un cargo de responsabilidad como lo es el de alcalde. En la soledad del despacho, tanto Villalobos como Carmena confesaron haber llorado en alguna ocasión.
«Te llegan los problemas de la gente y hay veces que te emocionas y se te caen las lágrimas por dentro o por fuera», describió De la Torre. «Llorar no tiene nada malo», añadió Carmena y pidió que se normalizara la figura del político: «La política tiene que ser una actividad más normal». Otra de las muchas conclusiones que dejó el encuentro.
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