Toni Morillas: «Lamine Yamal ha metido un gol al racismo»

El fútbol tiene esa noble capacidad de hacer país. Este miércoles era casi imposible hablar de otra cosa en los pasillos de la Casona, en el supermercado, en los ascensores, en el autobús. Lamine Yamal era el hombre. Bueno, más bien el niño de 16 años. El héroe de la selección nacional. La portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, que volvía a la capital de Torre del Mar, donde había estado en un encuentro con la 'Flotilla de la Libertad Rumbo a Gaza', no lo dudaba: «Lamine Yamal ha metido un gol al racismo».

No era ajena la portavoz a que el efecto Yamal se ha vuelto viral en las redes sociales. Los adolescentes quieren ser Lamine. Seguía Morillas muy de cerca la Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia, que se celebraba ayer en Tenerife, en la que el objetivo era abordar con las comunidades autónomas la reforma legal para el reparto de menores migrantes desde zonas tensionadas como Canarias.

«Creo que es el momento de escribirle una carta a De la Torre y pedirle que, Málaga, como ciudad hospitalaria y acogedora (lo que aparece en su escudo fundacional) colabore activamente con la Junta para facilitar la acogida de los niños migrantes desamparados», indica.

El martes buena parte del país, los menos futboleros, descubrieron quién era el joven que había colado un gol dando en el palo de la portería y subiendo por esa esquina a la que no llegó al portero. Morillas y su grupo de técnicos recordaban que Yamal es español de nacimiento, pero su padre es marroquí y su madre es de Guinea Ecuatorial. La portavoz de la coalición de Podemos e IU indica que son odiosos los que ahora hablan de la pureza de sangre. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Andalucía siempre ha sido un pueblo muy hospitalario, indicaba, por eso añadía que utilizar el acrónimo mena para referirse a la infancia, a los niños, como hace Vox, «deshumaniza» brutalmente. «Abascal vinculando días atrás a los que él llama menas con violaciones y robos; sólo quieren sembrar el odio y el miedo a la infancia en situación de desamparo», indicaba.

Por eso, se ponía manos a la obra para escribirle al alcalde de Málaga para que éste le diga a su partido que deje atrás definitivamente la idea de mandar a la Armada a vigilar las fronteras. «Hay 9.000 niños en Canarias y deben encontrar un hogar que les acoja en España; Málaga debe ser una ciudad acogedora, una ciudad que de hecho tiene el título de Ciudad Amiga de la Infancia, de la ONU, por eso el Ayuntamiento de Málaga está en la obligación de ayudar a la Junta a resolver este drama humanitario, de los que huyen de conflictos armados, catástrofes, guerras y hambre».

El centro de migrantes de Churriana, que fue motivo de debate en el pleno de la ciudad, también entra a colación. Antes estuvo en la zona este, como también indicó en una comisión el concejal popular Carlos Conde «y no ha habido ningún problema». La portavoz de Con Málaga asegura que no se puede desahuciar a una organización como Málaga Acoge porque la Junta vende un edificio entero en la calle Ollerías para que se construyan apartamentos turísticos. «El sistema de acogimiento debe garantizar los derechos humanos y un sistema de servicios públicos; antes emigrábamos los españoles a buscarnos la vida, y ahora vienen ellos. ¿Quién no tiene algún familiar que se fue a trabajar fuera de España?», explicaba con naturalidad. La verdad.

«Andalucía, Málaga, es una sociedad hospitalaria lo que se demuestra año tras año con los saharauis que vienen a pasar el verano; fortalecer el sistema de acogida de estos niños migrantes es necesario así como cambiar la Ley de Extranjería, que no está pensada para reconocer sus derechos», puntualiza.

Empleados de Urbanismo vuelven este jueves a concentrarse a las puertas de la Gerencia, donde una vez más pedirán al alcalde Paco de la Torre el cese del gerente, José Cardador, «como máximo responsable de los retrasos y demoras injustificadas en la emisión de informes urbanísticos, y en la resolución de trámites, así como por la falta de información y comunicación del estado de los expedientes, a los que hace alusión un informe de Servicio de Atención Ciudadana de este organismo público», como indica el comité de empresa.

La crítica pasa porque esta situación ya fue detectada en 2019, por eso centralizan en Cardador que no haya tomado ninguna «medida de refuerzo para apoyar los incrementos de las cargas de trabajo que se han estado produciendo». Esta inacción, a su juicio, ha provocado que, a día de hoy, el problema se haya agravado hasta el punto de generar un perjuicio para los ciudadanos y «un deterioro reputacional para la propia Gerencia», como afirman preparando para hoy una nueva concentración de protesta.

El comité de empresa lamenta «el linchamiento al que ha sido sometida la jefa de Departamento de Licencias y Protección Urbanística, Leonor Muñoz, porque ha sido »utilizada como escudo por el propio Cardador para traspasar a un empleado la responsabilidad de unos hechos de los que él es el máximo culpable, sin olvidar que fue él mismo quien, hace diez años, implementó la estructura orgánica que ahora está desmontando«, como puntualizan.