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Una mediadora de la ACP pega un cartel de la campaña contra la sumisión química. SUR
«Si me tocan el culo, ¿es agresión?»

«Si me tocan el culo, ¿es agresión?»

Los puntos violetas habilitados en la Feria reciben cientos de consultas sobre qué hacer en caso de acoso

Miércoles, 15 de agosto 2018, 00:31

Como un martillo sobre la conciencia, cientos de carteles recuerdan durante la feria que «no es no» y que el uso de sustancias para anular la voluntad de las mujeres, lejos de ser un juego, constituye un delito: «¿Para ti es diversión? Para nosotras es violación». Al despliegue de información impresa se suman los puntos violetas distribuidos en más de una veintena de casetas, con personal formado específicamente en igualdad, y la labor didáctica que la Asociación Cívica de Prevención (ACP) realiza sobre el terreno. Dos equipos de seis personas cada uno, en turnos de día y noche, reparten preservativos, ofrecen pruebas gratuitas de alcoholemia y drogas y atienden las dudas de cientos de jóvenes para quienes la violencia sexual ha dejado de suponer un tabú.

Las movilizaciones feministas y la oleada de indignación generada ante casos como 'La Manada' han sacudido el letargo patriarcal hasta el punto de cuestionar prácticas tradicionalmente normalizadas. «Si me tocan el culo, ¿es agresión?», pregunta una de las jóvenes atendidas por los grupos de ACP. En otros casos, simbolizando la resistencia al cambio, estos mediadores recogen las críticas de algunos hombres: «Son casos aislados, porque la mayor parte de mensajes que recibimos son de agradecimiento, pero es cierto que algunos jóvenes nos muestran su rechazo ante estas campañas municipales porque consideran que el género masculino queda criminalizado, algo que es falso», explica el profesor y coordinador de proyectos de la ACP, Rafael Arredondo, en referencia a las estrategias puestas en marcha por el Ayuntamiento para evitar abusos y agresiones sexuales.

Recogiendo el testigo del 8M, el Consistorio ha redoblado esfuerzos este año para prevenir la violencia machista. A la ya clásica campaña «No es no» se ha incorporado un plan específico contra el uso de sustancias, desde alcohol hasta fármacos o drogas como la burundanga, destinadas a anular la voluntad y el recuerdo de las víctimas, una técnica denominada «sumisión química» y utilizada en una de cada tres agresiones sexuales. Más allá del material informativo habitual, la estrategia, financiada por el Plan Nacional sobre Drogas, contempla una medida hasta ahora insólita en España: el suministro gratuito de pajitas detectoras de drogas en bares y discotecas, una idea que el Ayuntamiento confía en materializar en octubre. «Aún nos encontramos con que muchos jóvenes desconocen qué es la sumisión química, por eso hay que informarles, para que se animen a denunciar este tipo de comportamientos cuando los detecten en su entorno», explica la concejala de Derechos Sociales, Ruth Sarabia.

Desde la ACP, que atiende a más de mil personas cada día y cuyos mediadores trabajan en las zonas más concurridas, como botellones o frente a las casetas más populares, inciden en la necesidad de «seguir concienciando» para vencer el desconocimiento. «Con estas campañas, muchas mujeres se sienten empoderadas, capaces de plantarse y decir: Que no me toques, que me dejes. Pero tendrán que pasar muchos años para que cambien los roles y determinadas actitudes», sostiene Arredondo. En caso de que una mujer utilice los servicios de la ACP para denunciar una agresión, el protocolo pasa por avisar a la Policía y acompañar a las víctimas.

En cuanto a las consultas más realizadas, María Cortés, una de las mediadoras de la ACP, relata que los jóvenes se muestran especialmente preocupados «por los límites en los niveles de alcohol permitidos para conducir y los efectos de combinar alcohol y bebidas energéticas con drogas como cocaína, marihuana, setas alucinógenas o LSD». Muchos optan por no coger el coche hasta dar negativo en estas pruebas de alcohol y drogas. Las mujeres suelen preguntar «qué hacer en caso de ser acosadas, porque hay mucho pesado».

También el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha intensificado su servicio de atención inmediata tras observar «un repunte» de los delitos machistas en zonas de ocio nocturno y grandes fiestas. Psicólogos y abogados atienden a las víctimas y les recomiendan actuar con celeridad, especialmente en los casos de sumisión química debido a que los efectos de la mayoría de sustancias desaparece del cuerpo en un periodo máximo de 24 horas y su detección resulta fundamental para perseguir el delito. El servicio de atención jurídica del Ayuntamiento y el número de teléfono habilitado por el Colegio de Abogados completan la mayor cobertura institucional producida en feria contra la violencia machista.

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