«La obesidad afecta a todos nuestros órganos y aparatos de forma negativa y acorta la vida entre cinco y 10 años. Decimos que la obesidad es una enfermedad de la cabeza a los pies», manifestó a este periódico el jefe del servicio de endocrinología ... y nutrición del Hospital Clínico Virgen de la Victoria, Francisco Tinahones. Hoy se celebra el Día Mundial de la Obesidad.
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En un estudio publicado recientemente se sitúa la prevalencia de obesidad en España en el 22 por ciento y la de sobrepeso en el 36,1 por ciento, por lo que más de la mitad de los españoles no tienen un peso adecuado. En este mismo estudio la prevalencia de obesidad en Andalucía es del 26 por ciento y del 37,3 por ciento en el sobrepeso. Los datos de ese informe coinciden con estudios previos que indican que Andalucía es una de las comunidades de España donde el porcentaje de obesidad es más alto, explicó el doctor Tinahones, que es el director científico del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima). En ese sentido, significó que el nivel socioeconómico y educacional de la población influye en tener más peso de la cuenta.
La gordura guarda una relación directa con la diabetes tipo 2, que casi no existiría si no hubiese obesidad, que también se asocia con problemas respiratorios, digestivos, dermatológicos, cardiovasculares, articulares y con algunos tipos de cáncer. «La obesidad es, por tanto, una enfermedad grave que empeora de forma muy notable la salud de quienes la padecen», aseguró Tinahones, quien indicó que la causa del exceso de peso es multifactorial.
«Vivimos en una sociedad claramente obesogénica. A esto se añade que tenemos una genética más preparada para la hambruna que para el exceso. Para conseguir parar esta enfermedad hace falta un Plan Nacional de Lucha contra la Obesidad, como algunos países de nuestro entorno están empezando a plantear», argumenta este experto, que hasta hace poco era el presidente de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).
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A juicio de Tinahones, ese plan debe incluir medidas que afecten a todos los ministerios: Educación, Sanidad, Consumo, Infraestructuras, etcétera. Asimismo, «los ayuntamientos también tienen mucho que decir y, sin duda, también la industria alimentaria. Sin una alianza firme entre todos los implicados es difícil vencer una enfermedad tan compleja, que hay que tratar y, sobre todo, prevenir. En la prevención está la clave», dijo.
En relación con medicamentos que favorecen adelgazar, el jefe del servicio de endocrinología del Clínico informó de que hay fármacos que tienen unos resultados de reducción de peso importantes con descensos superiores al cinco por ciento y que hay nuevas moléculas, recientemente aprobadas por la FDA y dentro de poco por la Agencia Europea de Medicamento, con rebajas superiores al 10 por ciento.
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Sin embargo, los sistemas públicos de salud no financian todavía esos medicamentos, cuyo precio es caro. Si la obesidad afecta más a las clases más desfavorecidas económicamente y los medicamentos para la obesidad son prohibitivos para ellas difícilmente los van a utilizar. A ese respecto, el doctor Tinahones afirmó: «Esta falta de financiación de los tratamientos para la obesidad tiene que ver con que no se ha tomado conciencia social ni política de la gravedad del problema y se estigmatiza a los enfermos de obesidad».
Y es que la gordura no es vista por un alto porcentaje de la sociedad como una enfermedad más, por lo que se tiende a culpabilizar al obeso, apostilló este experto. Y dijo: «Está claro que la obesidad es una enfermedad relacionada con los estilos de vida, pero como casi todas las enfermedades más prevalentes en este momento, y no culpabilizamos a otros pacientes por ello». Tinahones se refirió a un estudio realizado en redes sociales en el que se comprobó que «casi siempre que se utiliza la palabra obesidad es para mofarse o como burla». Así, en una encuesta hecha por la SEEDO más de la mitad de los encuestados pensaban que la culpa de ser obeso la tiene solo el paciente.
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Para dar un giro a esa percepción errónea hace falta cambiar esas creencias de la población, señaló el director científico del Ibima. «Soy optimista, algo hemos avanzado, de la misma forma que en la concienciación de las autoridades sanitarias, que están empezando a ver el tsunami que se viene encima y están empezando a considerar que hay que actuar, pero no podemos tardar más en empezar a tomar medidas», destacó Francisco Tinahones como conclusión.
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