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SUR
Sábado, 29 de junio 2024, 14:36
Hoy, 29 de junio de 2024, esta ciudad ha dicho basta.
Esta manifestación nace de un profundo malestar ampliamente compartido: la imposibilidad de acceder a una vivienda, la expulsión de las vecinas y los vecinos de sus barrios, el cierre de los comercios locales, la explotación de los trabajadores y las trabajadoras de esta ciudad turística, el abuso sistemático a inquilinas e inquilinos con precios y contratos imposibles, la rabia de ver cómo nos arrebatan la ciudad y nuestros lazos de vecindad.
La situación de la ciudad actual, de colapso turístico y rentismo carroñero, no es un fenómeno meteorológico, no surge por generación espontánea, es el resultado de un modelo de ciudad planificado para explotar y, a la vez, expulsar a su vecindad.
El uso residencial de una ciudad está concebido para que la gente viva, pueda pasear, descansar, comprar botones, barras de pan o una llave inglesa, así como para acudir a un centro de salud, una biblioteca de barrio o un centro cultural. Y, también, es donde la vida se desparrama en el espacio, donde nos reunimos, reímos y fantaseamos, donde surge la vecindad.
Esto, hoy, nos lo han arrebatado; resulta imposible porque el uso residencial ha sido sustituido irregularmente por el de hospedaje, porque el modelo de ciudad rentista se mantiene con los alquileres abusivos e impagables de los inquilinas e inquilinos explotados, y porque en esa ciudad no tiene cabida la vecindad.
Pero esta ciudad ha dicho basta.
La ciudad debe ser el proyecto colectivo de su vecindad. A veces se nos olvida que la ciudad es nuestra y la construimos y sostenemos cada día. Que este modelo de ciudad es una estafa antidemocrática y que solo la vecindad hace ciudad.
Sin nuestro trabajo, nuestro cuidado y nuestro sostén, la ciudad no funciona. Sin nuestra creatividad, nuestras ideas y nuestro conocimiento, la ciudad no funciona. Sin nuestro trabajo de limpieza, de servicio, de atención, o sin nuestro alquiler, la ciudad no funciona. La ciudad es nuestra porque no funciona sin nosotras.
Por eso hoy, 29 de junio de 2024, decimos alto y claro, en esta plaza a la que volvemos, que se acabó, que no vamos a permitir que nos expulsen de la ciudad y que nos sigan explotando. Nos quedamos. No vamos a permitir que la ciudad sea un parque de atracciones vaciado de vecinas y vecinos, no vamos a permitir que sustituyan las tiendas por franquicias, las aceras por terrazas, y los alquileres por cartas de desahucio.
Inversores, especuladores, rentistas y contrabandistas de nuestras casas y nuestras vidas, controlan la ciudad para explotarla. Pero lo único que hace ciudad es la vecindad.
De las calles, plazas y barrios, así como de la historia, hemos aprendido algo simple y claro: que la ciudad es siempre el resultado de sus luchas, y que toda lucha se construye paso a paso, codo a codo, en el roce alegre que nos saca de la soledad y nos permite gritar juntas: NOS QUEDAMOS.
El proceso de autoorganización y lucha abierto estos meses es ya un ejemplo de lo que viene, pero esto no ha hecho más que empezar. Por eso hoy aquí, en esta querida plaza a la que volvemos, en el corazón rentista de un modelo de ciudad que nos expulsa, lanzamos un grito a toda la ciudad y un aviso a los que nos gobiernan: ESTO SOLO ACABA DE EMPEZAR.
Vamos a defender hasta el final la función social de la vivienda, el derecho a la ciudad y todo lo que nos intentan arrebatar: la ciudad de las vecinas, nuestros barrios, nuestras casas, nuestras vidas.
Porque solo la vecindad hace ciudad.
Porque las ciudades y las viviendas son para vivir y no para especular.
Muchas gracias a todas por lo que juntas acabamos de desencadenar.
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