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La concejala popular Teresa Porras saltaba literalmente de su asiento durante el debate de las mociones de Semana Santa del PSOE y Vox cuando la portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, conseguía incluir una enmienda en la socialista para que en la Semana Santa no ... se haga apología ni exhibición pública de elementos franquistas ni del alzamiento militar en alusión al polémico estandarte que procesionaba la Cofradía de El Mutilado (Clemencia), en el que figuraban inscripciones de la dictadura. A colación de esta inclusión, Porras no dudaba en decirle a Toni Morillas: «No va a ser usted la protagonista sin traer moción. Yo cuando murió Franco tenía 15 años, y usted, 10».
La frase provocó la algarabía de las distintas bancadas, ya que la izquierda pretendía que el PP votase a favor de la citada declaración, que el alcalde Paco de la Torre no veía porque entendía que era darle demasiado bombo a un asunto, el del estandarte, que tildó de «anecdótico». Además, en los pasillos, más tarde los concejales se reían de que Porras, incluso, había tirado para casa, echándole a Toni Morillas al menos 10 años más encima. Lo que sí quería decir Porras, que todos entendieron, es que la época franquista es una época pasada.
La discusión de las dos mociones del PSOE y Vox generaron un sainete en el pleno, en el que incluso hubo tres repeticiones en la votación de la iniciativa socialista. La primera, la de rigor; la segunda, a petición de Vox porque una vez que Dani Pérez les había hecho ver que votaban a favor de la declaración en contra de los símbolos franquistas, la viceportavoz de Vox, Yolanda Gómez se daba cuenta, y pedía otra para desquitarse, votando ya toda la moción socialista en contra; y una tercera porque el socialista Jorge Quero se había levantado y alguien había votado por él y la secretaria Alicia García Avilés reprimía, enfadada, a la bancada socialista, «Cada voto es personal e intransferible', decía la secretaria, pero el alcalde les daba de nuevo la opción de votar para dejar claro la postura. Toca decir que es habitual que en el pleno, si el edil está dentro de la sala, que otros de su grupo aprietan el botón, es una costumbre antigua, pero García Avilés reiteró que »no bajo su mandato«.
En fin, que al final, entre el toma y daca, las risas de las bancadas, y el asombro en la sillería ante el espectáculo de las votaciones, los resultados los monopolizó el PP, que tiene mayoría absoluta y votó en contra de todo y no salieron adelante ni las mociones del PSOE y Vox para que hubiese cambios en la Semana Santa, que iban por el camino de que hubiese más permeabilidad, menos sillas, menos vallas, o incluso volver al antiguo recorrido, que proponía Vox. También votaron, obviamente, en contra de la enmienda de Morillas para que no haya símbolos franquistas en la Semana Santa de Málaga.
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