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Son cuatro cajas que contienen dos mil páginas y 250 planos. El proyecto para dotar a la Catedral de una cubierta que acabe con el grave problema de filtraciones que padece el monumento se encuentra ya en los despachos de la delegación provincial de la ... Consejería de Cultura, organismo regional que tiene las competencias para fiscalizar esta propuesta y decidir si se acomete o no. El primer templo de la ciudad y uno de sus principales monumentos encara unos meses decisivos para su futuro, condicionado actualmente por un deterioro que cada vez se hace más evidente en la anchura de las grietas del recubrimiento externo que se aplicó a las bóvedas hace más de una década, y en los cada vez más frecuentes desprendimientos de arenilla y trozos de cúpula en el interior de la basílica.
La Catedral presenta síntomas de que su deterioro se acelera y agrava notablemente, por lo que resulta necesaria y urgente una intervención que le ponga freno para que no termine como su iglesia compañera del Sagrario, actualmente clausurada a la espera de que se resuelva el problema de cimentación que padece.
Para evitar llegar a ese extremo, el Obispado ha remitido a la Junta un proyecto de cubierta a dos aguas que es heredero del que dejó dibujado en planos el arquitecto Ventura Rodríguez en 1764 y que nunca llegó a realizarse. Durante más de dos años, los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto, junto con un equipo de especialistas en estructuras, cálculo de instalaciones, restauración e historia, capítulo que ha sido elaborado por el catedrático de Historia del Arte Juan Antonio Sánchez López, han elaborado un minucioso proyecto de ejecución de un tejado a dos aguas formado por una estructura de madera laminada y acero que podrá visitarse por dentro y por fuera, y que estará cubierto con tejas de cerámica vidriada en dos colores, miel y crema, para asemejarse a los tejados de la iglesia del Sagrario y del palacio episcopal.
Según ha podido conocer este periódico, se ha estimado un presupuesto de ejecución material para este proyecto de unos siete millones de euros, cantidad a la que habría que añadirle los impuestos habituales para las obras de construcción, por lo que lo más probable es que supere esa cantidad. El Obispado confía en poder contar con la ayuda de las administraciones públicas para financiar esta singular intervención, si es que finalmente recibe la luz verde del Gobierno andaluz, que fue quien promovió en 2009 la realización del actual recubrimiento de las bóvedas con una solución 'a la catalana', formada por una piel de láminas de plomo recubierta con ladrillos, que no ha dado los resultados esperados. Entonces también fueron las instituciones estatal, regional y local las que sufragaron los casi dos millones de euros de aquella actuación, que hace cuatro años era aún considerada como útil por los técnicos de Cultura pese a que empezaba a dar claros síntomas de ineficacia.
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«El sistema 'a la catalana' sirve para cubiertas planas, pero no para unas bóvedas con planos inclinados. No existen juntas de dilatación, por eso todo se está resquebrajando», apunta Juan Manuel Sánchez La Chica, cuyos análisis han detectado que las fracturas se producen en las uniones de las láminas de plomo. Tras un concienzudo trabajo técnico de estudio, está convencido de que la mejor solución es un colocar una cubierta a dos aguas que asegura que tendría un impacto «escaso» en la percepción del monumento desde las calles de su entorno. Además, su peso sería inferior al recubrimiento actual de las bóvedas, sobre las que no apoyaría el tejado, ya que estaría soportado por el recrecido de los muros que forman la estructura del templo.
El proyecto elaborado por la diócesis ha estudiado en detalle el sistema de evacuación de aguas de esa nueva cubierta, que tendría la ventaja de que sería «registrable» en todo momento para reparar cualquier incidencia. Para ello se ha previsto realizar nuevos canales sobre los originales, que no se perderían, y bajantes más eficaces que recogerían el agua no solo de la cubierta superior, sino también de las intermedias situadas sobre las capillas del edificio. Asimismo, contempla la construcción de una nueva cubierta a cuatro aguas para la sacristía, ya que la actual se encuentra muy deteriorada.
A nivel estético, el diseño planteado también añade la opción de construir la balconada que bordea el perímetro de la cubierta superior en el diseño del siglo XVIII, y que hace pocos años se completó en uno de los tramos de la fachada principal como un guiño a la necesidad de terminar la Catedral, una de las metas del actual obispo, Jesús Catalá, desde su llegada a Málaga.
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