Tanda de mociones del PSOE y Ciudadanos para bajarle el sueldo a Cassá y declararle tránsfuga, que el PP adelanta que votará en contra

El último pleno del año político antes del inhábil agosto promete no ser un paseo para el nuevo edil no adscrito o tránsfuga, según estimen unos y otros, Juan Cassá. El PSOE y Ciudadanos, su antiguo partido, presentan una tanda de mociones, concretamente sus dos urgentes (las más importantes) para arrinconar al concejal declarándole tránsfuga y darle traslado a la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo, que sería la socialista; y para rebajar el sueldo de Cassá a través de la asistencia a plenos y comisiones, actualmente 500 euros y 250 euros, respectivamente, a 50 euros, que proponen los naranjas. En esta segunda, la iniciativa tendría validez para cualquier concejal que cobrara de forma íntegra su sueldo en otra institución y que sólo asistiera a estos órganos de decisión del Ayuntamiento, pero mientras que en el pasado mandato municipal había varios ediles tales como Elías Bendodo, Gonzalo Sichard o Rosa Galindo, lo cierto es que en el actual solo está Cassá, así que es directamente una moción pensada para él en los actuales tiempos de divorcio y separación de bienes entre el concejal y su expartido.

El hecho es que Ciudadanos ya ha adelantado que grosso modo está de acuerdo con la moción que presenta el PSOE para declarar tránsfuga a su exedil, con lo cual saldrá adelante por unos ajustados 16 votos a favor (PSOE, Adelante y Cs) frente a los 15 del PP y de Cassá, se sobreentiende, pero lo realmente llamativo es que con la iniciativa para bajarle el sueldo será la primera vez en todo el mandato en que los socios de gobierno, PP y Ciudadanos, voten de forma diferente. Cuando se le preguntaba al alcalde por esta particularidad, por este hecho sin precedentes y por cuál era su relación con su socio de gobierno, explicaba sin ambages que la portavoz naranja, Noelia Losada, le había transmitido que la presenta porque «su partido se lo ordena», y que sus relaciones con Losada estaban en «un buen momento» y que hacía una buena valoración del pacto de gobierno que tienen suscrito. 

En fin, lo que realmente puede trascender es que la Secretaría General deba mandar por mandato expreso de la Corporación en pleno el acuerdo por el que declaran tránsfuga a Juan Cassá, si realmente nadie se echa atrás en el último momento. Lo que no tendrá ningún valor es aprobar en pleno la bajada del sueldo de Cassá a través de sus emolumentos por asistir a plenos y comisiones, porque esa es una potestad ejecutiva de la junta de gobierno y del alcalde, que tendrían que realizar primero el cambio y más tarde, llevarlo al pleno para su aprobación.

Así las cosas, el culebrón de primavera de Cassá se alarga hasta el verano hasta tal punto que, como comentaban los populares, los socialistas estaban pidiendo que el asturiano no pudiera sentarse en la bancada de la derecha habida cuenta de que todos los ediles no pueden ocupar sus antiguas posiciones para mantener la distancia de seguridad, y algunos tienen que situarse en la sillería. «Parece que quieren que lo pongamos detrás de la puerta«, afirmaba la portavoz popular, Elisa Pérez de Siles, tras la rueda de prensa, con cara de extrañeza. 

En la moción socialista, el portavoz Dani Pérez, hacía hincapié en que su iniciativa tiene por objeto la regeneración de a vida política en el Ayuntamiento de Málaga, y que había que llamar a Cassá tránsfuga porque así lo recoge la Real Academia Española, y así debía recogerlo también la comisión del Pacto Antitransfuguismo. Además, tendía la mano al equipo de gobierno para apoyar las iniciativas que fuesen necesarias poniendo a su favor a los ediles de su partido, siempre que se negociaran las cuestiones, con el objeto de que «Cassá en ningún momento tenga ninguna capacidad para decidir y aprovecharse de su posicionamiento», a lo que añadió que no querían que «esta legislatura estuviera marcada por una persona que no sabemos cuál es su interés más allá del interés personal» y que «había sido comprado a través de un pacto por el que cobrará 93.000 euros, un concejal adscrito que es mudo, una indecencia en estos momentos» y que había que medir su trabajo y lo que aporta a la ciudad de Málaga.

En el caso de la moción naranja para bajarle el sueldo a Cassá, pero que figura como 'para la reducción de la retribuciones a los concejales de esta corporación, que ya cuenten con dedicación exclusiva en otra administración pública', podían haberle puesto entre paréntesis el nombre de su exconcejal y excabeza de lista a las municipales porque es realmente al único al que le afecta. La portavoz naranja Noelia Losada hablaba de la racionalización y la optimización de los recursos públicos es un valor que propugna Ciudadanos, y que no había que retribuir a concejales que ya estaban siendo pagados por esas horas de trabajo en otras instituciones en las que tienen dedicación exclusiva. «No lleva nombre ni apellidos, pero en el contexto actual es a la persona a la que debe aplicársele», decía Losada hablando de Cassá, quien abundó en que le parecía «amoral» que en una crisis social, económica y sanitaria se cobren cantidades por asistencia, «un sobresueldo sin justificación».

Por su parte, el portavoz de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla, apuntó que su grupo votaría a favor de sendas mociones, que dejan en un mal brete a Cassá, pero que lo importante era poner el foco la responsabilidad del PP, «en la que es partícipe el alcalde, porque admite este pacto de la Diputación como bueno y hace declaraciones a favor de incluirlo en el equipo de gobierno y retocar el acuerdo con Ciudadanos».