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Aunque el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ya ha expresado su deseo de seguir al pie del cañón dirigiendo el timón de la ciudad mientras dure su convalecencia en casa (que además puede coincidir con el periodo de confinamiento que aún dicte ... el Gobierno, ya que al menos su reposo exige un mes), lo cierto es que hoy, por mucho que lo intentara tras salir del hospital Chip, donde fue intervenido el sábado, lo que tocaba era llegar a su domicilio y enfrentarse a una recuperación en los próximos diez días hasta que el equipo de Neurocirugía del Hospital Regional de Málaga (Carlos Haya), dirigido por Miguel Ángel Arráez, le haga una evaluación clínica para, posteriormente, redefinir los siguientes estadios en la evolución del primer edil.
Por estos motivos, esta mañana la primera teniente de alcalde y concejala de Nuevas Tecnologías, Susana Carillo, ha hecho las veces de alcaldesa accidental de Málaga en un encuentro por videconferencia en el que han participado los regidores siete ciudades con más población del país (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga y Murcia; con sus titulares, José Luis Martínez-Almeida, Ada Colau, Joan Ribó, Juan Espadas, Jorge Azcón, Susana Carillo (alcaldesa accidental de Málaga) y José Ballesta, respectivamente, para abordar las metas y logros que deben abordar estas urbes para luchar contra los desafíos que supone la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19.
En el encuentro, los regidores y la alcaldesa accidental de Málaga han demandado más competencias y recursos para lidiar con esta nueva situación al tiempo que han exigido un marco financiero más flexible para hacer frente a esta situación de estado de alarma, de excepcionalidad. Para sellar su compromiso por luchar contra esta nueva situación, que exigirá grandes esfuerzos y unión entre los ciudadanos, los siete responsables han suscrito la declaración 'Ciudades fuertes cívicas y solidarias para salir de la crisis', del que nos hacemos eco a continuación.
«Los gobiernos municipales de las siete ciudades más pobladas de España -Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Málaga y Murcia-, ante los graves problemas y desafíos que plantea la crisis sanitaria y socioeconómica generada por la pandemia mundial del COVID-19, suscribimos la siguiente Declaración, que se plantea como una llamada fraternal al conjunto de la ciudadanía y al resto de administraciones públicas del Estado con el objetivo de reforzar la unidad, la responsabilidad, la solidaridad, la coordinación y la cooperación como elementos esenciales para superar el reto de mayor envergadura que ha sufrido la sociedad española en su actual etapa democrática.
Pocas cosas han sabido expresar mejor la idea de avance de la humanidad como la ciudad, que nació para facilitar la vida de las personas, pero sobre todo como territorio de convivencia, donde necesitamos unos de otros. Vivimos en un mundo de ciudades y nuestro planeta es cada vez más urbano. Las ciudades son los nuevos motores de la economía global, y al mismo tiempo pueden ser los principales actores ante los retos del cambio climático y la lucha contra la desigualdad y la pobreza.
En 1950, aproximadamente el 30% de la población podría considerarse urbana. En el año 2000 el porcentaje de la población urbana era ya del 50%. Según ciertas previsiones solventes, en el año 2025, cerca del 70% de la población mundial será urbana. Por primera vez en la historia de la humanidad la mayor parte de la población del planeta vive en ciudades. Nunca el mundo había sido tan urbano.
Las ciudades que representamos acogen más de 8 millones de habitantes (17% de la población española) en apenas el 0.64% de la superficie del territorio nacional. Sin embargo, en nuestros términos municipales se sitúan el 25% de las empresas españolas, el 50% de las universidades, y lo que es más importante, los territorios cuya capitalidad representamos acogen el 71.8% del gasto de I+D, el 72% del personal investigador a tiempo completo y alrededor del 80% de la innovación tecnológica y científica.
No estamos viviendo una época de cambios, sino un cambio de época. Se superponen crisis diversas por su naturaleza: sanitaria, económica, medioambiental, de cohesión social; crisis que son diferentes pero que a la vez están profundamente interconectadas. Las ciudades son los espacios de referencia para afrontar estos retos y son también los espacios de autoridad social y cultural por excelencia. La ciencia, el arte y la innovación tecnológica emergen con más facilitad en las ciudades, y también, el cambio social y los avances que hacen posible mejoras universales de la calidad de vida de las personas.
Con estos valores y principios surge este grupo, abierto a la incorporación de otras grandes ciudades españolas, en el que gobiernos municipales de diferentes ideologías asumen la responsabilidad de generar proyectos de futuro que ilusionen a nuestros conciudadanos. Creemos que gobernar no es asumir una intendencia rutinaria sino imaginar un futuro mejor. La mera gestión de los presupuestos municipales tiene efectos muy limitados sobre el potencial de transformación de la ciudad.
Creemos en proyectos de ciudad que dinamicen los diferentes actores de la vida ciudadana y pongan en valor el capital humano de nuestros municipios. Creemos que el éxito de nuestros proyectos de ciudad deberá basarse en un equilibrio inteligente entre los siguientes factores: competitividad económica, personalidad cultural propia, cohesión social y sostenibilidad ambiental.
Las grandes ciudades presentamos unas condiciones de concentración y densidad de población y actividades industriales y económicas que nos sitúan en la primera línea de incidencia de la pandemia del coronavirus. Son nuestros municipios y sus habitantes los que afrontan de forma más aguda tanto el daño terrible de la enfermedad en los pacientes y sus familias como las duras repercusiones de la enfermedad en el tejido social, la actividad económica y la prestación de servicios públicos esenciales como el transporte, la seguridad pública o la asistencia social, muchas veces asumiendo competencias impropias.
Al igual que todas las entidades locales, somos la administración más cercana a la ciudadanía, la primera puerta donde nuestros vecinos y vecinas acuden legítimamente para plantear sus necesidades y recabar ayuda y soluciones. Una circunstancia que asumimos como un deber incuestionable que nos convierte muchas veces en gestores de las medidas adoptadas desde otros ámbitos administrativos y que, en estas circunstancias excepcionales, requiere maximizar la coordinación, la empatía y la lealtad entre instituciones.
Los ayuntamientos necesitamos contar con el respaldo del Gobierno de la Nación y de las Comunidades Autónomas para disponer de capacidad y recursos oportunos que nos permitan garantizar respuestas eficientes a los problemas que está generando el coronavirus y, muy especialmente, a los que van a generar durante los próximos meses las necesarias medidas adoptadas para atajar su propagación.
Como gobiernos municipales queremos potenciar ante este desafío nuestro papel imprescindible al servicio de nuestros vecinos y vecinas. Hay que resaltar que, en su inmensa mayoría, los ciudadanos de toda España están demostrando un comportamiento ejemplar aceptando con responsabilidad y sacrificio el esfuerzo que suponen las estrictas e inevitables medidas contra el COVID-19.
Como administraciones locales, es nuestra obligación estar a la altura de esa respuesta vecinal, prestando especial atención a las personas más vulnerables y a los profesionales sanitarios y del ámbito social, que son esenciales para doblegar al coronavirus y proteger a los enfermos y a la población con más riesgo de contraer la enfermedad. Igualmente, debemos estar alerta para ayudar en todo lo posible a las personas que perderán el empleo a causa de esta crisis y para alentar la recuperación del tejido productivo, ayudando sobre todo a los autónomos y las pequeñas y medianas empresas para intentar recuperar la normalidad cuanto antes.
Por todo ello, para poder hacer frente a esas necesidades, y en consonancia con la declaración institucional de la Federación Española de Municipios y Provincias del pasado 2 de abril, reclamamos un cambio del marco financiero global en el que se recojan los siguientes puntos:
1- Que se nos permita hacer uso de los remanentes acumulados de ejercicios económicos anteriores sin ningún tipo de limitación. No hay mejor destino posible para esos ahorros conseguidos con esfuerzo y disciplina en la administración municipal que colaborar en la lucha contra el COVID-19, proteger a los más vulnerables y participar en la muy necesaria reactivación económica.
2- Que se suspendan los plazos establecidos para la presentación de los planes económico-financieros mientras dure el estado de alarma.
3- Que se flexibilicen los criterios de estabilidad presupuestaria y la regla de gasto para aumentar el gasto público.
4- Que los grandes ayuntamientos tengamos acceso a los fondos europeos extraordinarios para la mitigación de la crisis.
5- Que se habiliten fondos nacionales en los que podamos participar para financiar los grandes déficits de tarifa que se están generando en el transporte municipal, incrementar la prestación de servicios sociales y participar en el desarrollo de políticas de empleo.
6-Ante la crisis económica que ha empezado a crecer con inusitada fuerza, es preciso establecer mecanismos de financiación y recursos para que se desarrollen programas de empleo en las grandes ciudades coordinados desde los ayuntamientos.
7- Que el Estado nos permita avalar líneas de crédito para ayudar a autónomos y pymes.
Del mismo modo, consideramos esencial que se desplieguen con la mayor rapidez posible medidas normativas y fiscales de ámbito estatal y municipal para los ayuntamientos podamos adoptar en coherencia con ellas nuestras propias decisiones con espíritu complementario y la máxima inmediatez que requieren estas circunstancias.
Resulta también esencial, por todo lo expuesto, que los grandes ayuntamientos de España tengamos participación activa en los planes estatales y autonómicos relacionados con la crisis del coronavirus y en los que sea precisa nuestra participación como administración municipal. Estamos en la primera línea de exposición, estamos participando activamente en la lucha contra la pandemia y sus consecuencias y queremos seguir haciéndolo. Necesitamos para ello esa colaboración, esa participación en la toma de decisiones y la disposición de recursos suficientes. Hay que resaltar también la importancia de la innovación tecnológica, que se está acrecentando con la crisis, para que los municipios podamos establecer redes de colaboración eficaces entre nosotros y con el resto de administraciones.
Para finalizar, expresamos nuestro pésame a las familias y allegados de las personas fallecidas por esta terrible enfermedad, que han visto acrecentado su dolor por las duras limitaciones que ha sido obligatorio disponer en funerales y entierros. Nuestro ánimo y apoyo también, con los mejores deseos de recuperación, a los enfermos que sufren en los hospitales y a quienes cumplen aislamiento por un posible contagio.
Queremos, del mismo modo, explicitar nuestro agradecimiento de corazón tanto a las personas que cumplen las normas de confinamiento como a aquellos que siguen trabajando porque sus servicios son esenciales en estos duros momentos para que las ciudades y el país sigan funcionando.
Agradecimiento y reconocimiento infinito a todos, muy especialmente a los profesionales y auxiliares del ámbito sanitario y de los servicios sociales, que trabajáis con máximo riesgo y exposición al contagio, pero también a los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, de las policías locales, de los cuerpos de Bomberos y Protección Civil. Gracias igualmente a todos quienes seguís trabajando para que continúe el abastecimiento, la comunicación y el transporte. A los agricultores y ganaderos, a los profesionales de la distribución alimentaria, a transportistas, taxistas y periodistas, a quienes trabajáis en los supermercados, a los pequeños comerciantes, a los farmacéuticos, a todas las personas que seguís garantizando la apertura de instituciones y establecimientos de todo tipo que son necesarios.
Gracias a todos, con una mención especial a los empleados públicos de los ayuntamientos y a los de las contratas municipales por hacer que nuestras ciudades continúen funcionando en medio de esta crisis. Estáis haciendo un trabajo excelente e imprescindible desde el compromiso con el servicio público para recuperarnos cuanto antes de los efectos de esta pandemia.
Podemos estar orgullosos de cómo estamos afrontando como ciudades y como sociedad esta situación inédita y extraordinariamente compleja. Es importante recordar que tenemos que seguir igual y que no va a ser sencillo. La crisis y sus efectos durarán un tiempo y nos toca seguir peleando, pero estamos seguros que juntos vamos a ganar y vamos a salir fortalecidos.
Y para eso es fundamental que sigamos haciendo bien las cosas. Que sigamos acatando las normas con responsabilidad y perseverancia. Que sigamos haciendo caso de los expertos sanitarios y de las autoridades competentes.
En definitiva, que ciudades y ciudadanos sigamos siendo fuertes, cívicos y solidarios para dejar atrás cuanto antes esta etapa aciaga y construir un futuro mejor para todos.»
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