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Huntsville. Martín Sierra, bajo los motores Rocketdyne F1 del Saturno V en este centro de investigación espacial. SUR
El sueño espacial de un adolescente malagueño

El sueño espacial de un adolescente malagueño

Space Camp ·

Martín Sierra, de 15 años, ha participado en un campus de entrenamiento de verano que la NASA ofrece a jóvenes que quieren saber qué es ser astronauta. Ahora, su reto desde niño está más cerca

Francisco Gutiérrez

Lunes, 22 de agosto 2022, 00:24

Siendo un bebé, uno de sus primeros regalos fue un bodi de la NASA. Desde que tiene uso de razón, su mayor deseo es vestir el uniforme oficial de la Agencia Espacial de Estados Unidos. Martín Sierra ha dado un primer paso para alcanzar ese sueño: este mes de agosto ha participado en el 'Space camps', uno de los campamentos que organiza la NASA dirigidos a jóvenes que, como él, sueñan con los viajes espaciales.

Martín Sierra Pastor nació en Málaga en junio de 2007 y vivió en el barrio de Cerrado de Calderón hasta 2010. Sus abuelos maternos y sus tíos y primos aún viven en Málaga, aunque él se trasladó con su familia a Madrid. En su colegio madrileño, El Pilar, ha organizado un pequeño grupo de aficionados a los cohetes espaciales. Martín es el hijo mayor del escritor Javier Sierra (Premio Planeta 2017), de quien ha heredado el interés por la ciencia y la investigación. Este próximo curso va a estudiar en Estados Unidos, en concreto en Pennsylvania, porque «quiero aprender a adaptarme a cualquier tipo de situación y porque, quiera o no, Estados Unidos es el país principal en temas de exploración e investigación del cosmos, y debo acostumbrarme a él de cara a una posible futura carrera».

Su participación en este campamento de entrenamiento de la NASA no ha hecho sino acrecentar su vocación: «Quiero ser astronauta», afirma con rotundidad. Y dice «reafirmarme» porque en 2014 tuvo la oportunidad de conocer –«con mi padre»– a Stephen Hawking y «me preguntó qué quería ser de mayor. Yo le respondí 'astronauta' y desde entonces no he cambiado mi postura. Tal vez quiero también cumplir con esa palabra dada al doctor Hawking», apunta. Aunque añade, citando al astronauta de la Agencia Espacial Canadiense Chris Hadfield, que «uno sabe que quiere ser astronauta cuando acepta que va a disfrutar todos los pasos del camino. Y por ahora, no ha habido un solo momento en el que no haya disfrutado», dice. 

Recuerdos de su Málaga natal

A pesar sus sueños espaciales, su vínculo emocional con su tierra natal es grande. «Recuerdo Málaga con muchísimo cariño», afirma. «Es un gusto ser paisano de gente tan importante como Pablo Picasso, Cánovas del Castillo o Antonio Molina», dice el joven. Aunque lo que más le gusta de Málaga es su gente, la calidad de vida y «los churros de Casa Aranda». También tiene buenos recuerdos de la feria, que «ha formado parte de mi vida malagueña. Siempre que he estado allí me ha encantado recorrerla con mi abuela».

Música. Martín Sierra Pastor, a la izquierda, animando la reunión con su ukelele. SUR

En Huntsville (Alabama) se encuentra el U. S. Space Rocket Center, el segundo centro en importancia del país en investigación aeroespacial y también el cuartel general de sus populares 'Space camps', unos campamentos que se inauguraron en 1982 para reclutar a futuros exploradores del espacio. En este campamento, Martín Sierra se ha licenciado como cadete e incluso ha recibido la medalla al candidato más destacado de su promoción. Desde que descubrió esta iniciativa, hace cinco años, Martín estaba interesado en participar. Pero sus padres le aconsejaron esperar para que mejorara su inglés. Lo que la NASA se propone con estos campamentos, explica, es «enseñar el cómo y el porqué de sus viajes espaciales (tanto pasados, presentes o futuros) y, con suerte, inspirar a las nuevas generaciones para dedicar su carrera a la ciencia y la exploración». Para ello han recibido entrenamiento en las mismas máquinas que usan para los astronautas de verdad y han participado en 'misiones' a bordo de simuladores de naves y estaciones (algunos formaban parte de la flota de entrenamiento para astronautas). 

Trabajo en equipo

Para Martín Sierra Pastor, lo más importante que ha aprendido es la necesidad de trabajar en equipo: «La exploración espacial es un trabajo de mucha gente unida; no importa lo inteligente que seas o tus conocimientos sobre la exploración del espacio y el cosmos; lo que importa es que, si un compañero te necesita, sepas estar ahí para ayudarlo». 

Junto a la satisfacción por haber sido seleccionado para este campus, Martín ha tenido una segunda recompensa, haber sido elegido el joven más destacado de su promoción. Y no solo por sus conocimientos científicos o saber académico. El joven explica que se llevó al campus un 'amigo secreto', su ukelele, que tocaba siempre que podía para animar a los compañeros. La noche previa a la graduación, el científico y astronauta Larry de Lucas desveló a los chicos y chicas lo que la NASA busca de sus candidatos: personas formadas, pero también con habilidades sociales, empatía y capacidad de socializar. Lo que había demostrado Martín con sus compañeros. Él resta importancia al premio, que considera «un galardón de todo el equipo (14 chicos y chicas que se denominaron Isidis, en honor a la región de Marte de ese nombre), ya que nunca uno triunfa solo».

A una semana de que la NASA retome la carrera espacial con el envío de un cohete con el objetivo de instalar una base permanente cerca del polo Sur lunar, la actividad en Huntsville está siendo frenética, algo que Martín ha podido vivir y disfrutar en primer persona. En un futuro no muy lejano, cuando los viajes a la Luna sean habituales y la llegada del hombre a Marte esté más cercana, Martín Sierra Pastor podría ser uno de los tripulantes de estas futuras misiones. El sueño espacial de un joven nacido en Málaga que está cada día más cerca de hacerse realidad.

Pruebas. Los jóvenes se entrenan en simuladores de vuelo de cazas de combate y del transbordador espacial. SUR
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