Los vecinos de El Palo manifestándose a las puertas de Costas, el pasado verano. Marilú Báez

Situación de bloqueo para las casas de El Palo: cobra fuerza la idea de cambiar la Ley de Costas

570 propietarios llevan décadas esperando a una solución que sí tuvieron los de la Araña y Pedregalejo. Mover el límite costero desde Salvador Allende al paseo marítimo para sacar fuera del dominio público a las casas es complejo

Miércoles, 5 de febrero 2025, 00:16

«Estamos esperando la reunión que salió en la moción que tuvimos en el pleno del Ayuntamiento y le llegó al subdelegado el 11 de enero. En la inciativa, se le pide una reunión con una mesa redonda, donde estarían, Subdelegación, Costas, Ayuntamiento, Junta de ... Andalucía y demás partidos políticos que quieren participar. No tenemos respuesta». Es el minuto y resultado de la situación de las casas de El Palo y aporta Manuel Benavides, presidente de la Asociación de Vecinos El Rebalaje.

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«Seguimos en la espera y continuamos con nuestras concentraciones los jueves a las puertas de Subdelegación y Costas. Son las únicas armas que tenemos. Y así seguiremos», añade.

Manuel Benavides, presidente Asociación de Vecinos El Rebalaje

«Seguimos en la espera y continuamos con nuestras concentraciones los jueves a las puertas de Subdelegación y Costas. Son las únicas armas que tenemos. Y así seguiremos»

Pasear por El Palo hace inevitable ver los carteles reivindicativos en las fachadas de las casas: 'Deslinde ya'. Pero la cosa sigue en un limbo legal que constituye un verdadero rompecabezas. Para los vecinos y para los técnicos. Porque no es tan sencillo como poner voluntad. O hay que proceder al deslinde o hay que cambiar incluso la Ley de Costas. Esta segunda opción, según ha sabido SUR de fuentes ministeriales, cobra incluso más fuerza. En todo caso, la situación actual es de bloqueo. Eso motiva serios problemas para escriturar propiedades. Si se logra, llevan la apostilla de que el suelo es de Costas. O para demoler una casa en mal estado y hacer otra. Sólo se permiten reformas, según cuentan los vecinos.

¿Qué significa la palabra deslinde?

Lo primero que hay que entender es lo que significa un deslinde. Es algo tan sencillo como el de la línea imaginaria que divide el dominio público marítimo-terrestre de los suelos urbanos y privados. Deslindar permite actuar en las costas, proteger el litoral, estudiar usos lúdicos y de esparcimiento, ofrece seguridad ante los embates del mar, pero también otra seguridad, en este caso jurídica. Y es aquí donde se encuentran con el problema los vecinos de El Palo, 570 propietarios en total.

La Ley de Costas de 2013 obligaba a revisar los deslindes anteriores (Ley del 88). En el caso de El Palo, el límite es la Avenida Salvador Allende. Eso significa que, desde ahí hacia abajo, es suelo de Costas. Aunque ya se reconozca abiertamente que son terrenos urbanos consolidados y que desde el punto de vista ambiental está claro que ya no supone ningún deterioro del litoral, ni ningún estorbo. Esa línea lo que quieren los vecinos es que se 'trace' en el Paseo Marítimo. Eso dejaría sus casas fuera del dominio público.

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Desafectar

Una vez que se pudiera deslindar, habría un proceso para desafectar, para que Costas dijera adiós a esos suelos, lo cual lleva su propio trámite de traspaso. Pero desde el Ministerio de Transición Ecológica no se termina de dar esa orden a la Demarcación de Málaga. Tampoco se ha iniciado ningún trámite para reformar la última Ley de Costas, que, en 2013, dio esperanzas a estos vecinos, que llegaron a celebrar la buena noticia.

Manuel Benavides, presidente Asociación de Vecinos El Rebalaje

«Estamos esperando la reunión que salió en la moción que tuvimos en el pleno del Ayuntamiento y le llegó al subdelegado el 11 de enero. En la inciativa, se le pide una reunión con una mesa redonda, donde estarían, Subdelegación, Costas, Ayuntamiento, Junta de Andalucía y demás partidos políticos que quieren participar. No tenemos respuesta»

Si el mero hecho de deslindar y desafectar puede parecer sencillo, no lo es desde el punto de vista jurídico y técnico. Si, además, hay dos sentencias del Tribunal Constitucional posteriores, la cosa aún termina por embrollarse más.

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En los últimos meses se han intensificado, como se ha dicho, las protestas de los residentes de estas viviendas para exigir al Gobierno central que les ofrezca una garantía jurídica respecto a sus propiedades, más allá de declarar que estas antiguas casas de pescadores no son necesarias para el dominio público marítimo.

La odisea de los vecinos de este popular barrio malagueño, donde se asentaron desde antiguo las familias de pescadores, no parece tener fin. Sueñan con verse igual que los propietarios de Pedregalejo, donde el asunto se arregló satisfactoriamente, y, más recientemente, que los de la Araña.

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