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Gregorio Sánchez, mejor conocido como Chiquito de la Calzada, sigue logrando cosas que parecían impensables. El artista malagueño que revolucionó el humor creando un lenguaje propio ha conseguido que pararse ante un semáforo en rojo sea motivo de bienestar y de sonrisas. En una de las últimas entrevistas que concedió en vida, afirmó que era «más hiperactivo que la abeja maya». Da fe de ello el semáforo creado en su honor por los alumnos de las Escuelas del Ave María que, desde este jueves, ya se erige en Huelin, el barrio en el que residió en sus últimos años. Concretamente, lo hace en la calle Tomás Echeverría, frente al colegio Eduardo Ocón.
Con un acto al que asistieron numerosos representantes del Ayuntamiento, con el alcalde, Francisco de la Torre a la cabeza, se escenificó la puesta en marcha de este semáforo particular, que tendrá un uso exclusivamente ornamental. Es decir, no se utilizará para regular el tráfico. Seguramente, para disgusto de muchos conductores que no tendrían problema en pararse ante un dispositivo que salte al rojo y acompaña esta señal visual con un «quietorrr, te voy a meter una multa que no te la quita ni Perry Manso» o un «'te da cuen'».
Porque en esto consiste, precisamente, este semáforo. Ser un dispositivo que rinde tributo a Chiquito de la Calzada, jalonando la grandeza de este malagueño a través de algunas de sus frases más míticas que se reproducen coincidiendo con las distintas fases del semáforo: 60 segundos en verde y 40 en rojo. «¡Ahora! Ese caballo que viene de bonanza», sirve para indicar que es hora de proseguir con la marcha.
Que el semáforo de Chiquito luzca ya en Huelin pone también fin a un largo proceso, no exento de cierta polémica, que arrancó el pasado mes de mayo de 2021, cuando el pleno municipal acordó materializar una iniciativa propuesta por el grupo de Unidas Podemos, en la que se establecía la creación de una ruta por Málaga en homenaje al humorista y que incluyera un semáforo con siluetas que imiten los característicos movimientos de Chiquito.
Por medio, un informe del Área de Movilidad en octubre de 2021 que dejaba claro que el dispositivo, en ningún caso, podría servir para regular el tráfico o el paso de peatones. «El semáforo no sería apto para la regulación del tráfico ya que los sonidos podrían confundir a peatones con discapacidad visual», se concluyó.
En el desarrollo del dispositivo ha sido fundamental la implicación de los alumnos de FP de las Escuelas del Ave María. Ellos han puesto el 'know how' y la EMT una aportación económica de 1.000 euros. Monelec, empresa malagueña que ofrece servicios de electricidad, ha cedido la columna de 2,4 metros, un avisador-repetidor acústico, para el semáforo.
El cariño que despertaba Chiquito en el barrio de Huelin se constató con la presencia de numerosos vecinos y curiosos que se acercaron a la puesta en marcha de este peculiar semáforo. Lola Pérez, que vive en Tomás Echeverría recordó le recordó como «un buen hombre» que «se dejaba ver siempre en el barrio y que saludaba a todo el mundo». Por ejemplo, en sus desayunos en el Nevado o cuando acudía a por el pan en la panadería Gálvez. Rosario Carvajal regenta esta panadería y recuerda a Chiquito con ternura: «Amable y muy cercano. Primero venía su mujer Pepita, luego ya él. Muchos días me traía el café y me decía que era la más guapa. Si alguien le paraba para hacerse una foto con él, siempre accedía».
De la Torre, en un pequeño discurso, calificó a Chiquito como «irrepetible» y aseguró que había una «responsabilidad moral por colocar el semáforo en el barrio en el que él vivía». ¿Habrá más dispositivos en un futuro? Por ahora, es algo que no entra en los planes del Ayuntamiento, según dejó claro el alcalde.
Uno de los profesores del Ave María que ha contribuido en la realización de este semáforo, Francisco Pareja, quiso destacar el valor didáctico que tienen iniciativas de este tipo para los jóvenes: «Van a poder pasar por aquí y ver que algo que han hecho ellos contribuye a toda la ciudad». En este sentido, recordó que la escuela es una fundación y que está abierta a iniciativas que supongan contar con la implicación directa del alumnado.
Juan Tomás Sancho, sobrino de Chiquito, recordó a su tío como una persona que hizo del «humor un valor universal». «Él ha conseguido unir a todo tipo de personas, de toda clase e ideología política, a través de su arte», precisó. Como prueba, el propio acto, que contó con representación de concejales de todos los partidos que están en el Ayuntamiento de la capital.
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