El proceso, por libre designación, o lo que viene siendo a dedo, lo finalizó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el pasado viernes al nombrar como secretaria general del pleno a la actual secretaria general de la Diputación Provincial, Alicia Elena García Avilés, parece que ya está trayendo cola.
En un tiempo récord y sin esperar siquiera a la notificación del resultado por parte del Ayuntamiento, un procedimiento obligatorio, ya está sobre la mesa de Alcaldía la primera queja formal por registro de entrada: la del secretario general de Vélez-Málaga, Benedicto Carrión, que indica en el escrito que su currículo como habilitado nacional es mejor que el de la elegida, la secretaria general de la Diputación. Desgrana en una tabla por qué considera que tiene más méritos que ella. A saber: él es doctor en Derecho y la elegida no lo es; dice tener varios artículos jurídicos publicados en revista de ámbito nacional, y que la designada no ha escrito «ninguno»; que tiene el mejor baremo nacional de la provincia de Málaga de los funcionarios de administración local con habilitación nacional subescala secretario categoría superior (del Ministerio de Política Territorial y Función Pública), y que García Avilés tiene el cuarto mejor de los presentados; que ha realizado trabajos de forma «personal» para la administración electrónica y la secretaria general de Diputación «ninguno de forma personal»; su experiencia en municipios de gran población como secretario general, el caso de Vélez (seis años) frente a que García Avilés no tiene ninguno, como explica. Y por último, que tiene experiencia en confección de planes generales urbanísticos, el de Xátiva y Bétera, mientras que la secretaria de la Diputación «no se sabe que tenga experiencia».
Carrión, que avanza que esto es una queja formal previa a presentar un recurso de reposición, explicó ayer a este periódico, que «se queda muy sorprendido por la designación» de De la Torre y que los méritos de García Avilés «sólo se circunscriben al desempeño de puestos de trabajo» mientras que él aporta «una actividad intelectual extra», al tiempo que explica que ser secretario en la Diputación Provincial no conlleva experiencia en urbanismo porque los municipios desarrollan cada uno su plan, entre otra serie de cuestiones en las que también profundiza.
Carrión lamentaba ayer que un puesto en el que han estado grandes secretarios como Federico Romero y Venancio Gutiérrez Colomina se vea en esta situación por una libre designación.«La libre designación es una espada de Damocles para el habilitado nacional», reseñó.
El asunto de la elección discrecional del secretario general de pleno por parte del alcalde, aunque fundamentada en la experiencia profesional de la elegida, parece que va a darle algunos quebraderos de cabeza. Para empezar, el proceso lo inició la junta de gobierno local, organismo que la oposición, PSOE y Adelante Málaga, consideran «manifiestamente incompetente», así como Moreno Brenes, que ya interpuso en julio un contencioso-administrativo, que ya tiene fecha de juicio (septiembre de 2022). Esta cuestión parece haber querido resolverla el alcalde eligiendo él mismo al habilitado nacional y no la junta de gobierno local, con lo que el proceso lo empieza un órgano (junta de gobierno local) y lo acaba otro (la presidencia del pleno, que recae en el alcalde). Cuando menos curioso.
El último pleno de Moreno Brenes como secretario general fue ayer. Aunque, como subrayó, no puede ser tan taxativo como el general McArthur y decir que va a volver, «de forma más modesta y sin trasfondo bélico, puede que vuelva».. ¿Quién da más?
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