José Antonio Guerrero, alias Rufo, en el grupo municipal de Con Málaga. P. R. Q.
La Casona del Parque

Rufo, el decano de los partidos cumple 38 años en el Ayuntamiento de Málaga

El técnico de Con Málaga lleva asombrosamente más años que el alcalde en el Consistorio. De su grupo municipal recuerda cómo Antonio Romero llegaba muy temprano y se afeitaba y se acicalaba en la oficina

Lunes, 24 de febrero 2025, 00:29

No hay una sola vez que se abra la puerta de Con Málaga (Podemos e IU), que José Antonio Guerrero, al que nadie conoce por ... este nombre, esboce una sonrisa. Incluso en los días chungos, esos en los que está revuelto el patio, que afortunadamente no son tantos. Su saludo, aunque es muy español, tiene tinte anglosajón: café con leche para todos. Lo que se llama diplomacia sin ventanilla. Porque su habitáculo, allí donde recibe, es uno de los sitios a los que peregrinan los ciudadanos que quieren protestar en los partidos de la oposición de la Casona del Parque. Es fácil llegar porque es el segundo grupo político, al fondo a la derecha, pero con José Antonio hay garantía de escucha. A veces, y salvando las distancias, así y sin dar muchos rodeos, parece un confesionario de estos de andar por casa.

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El que todos conocen por Rufo porque en su juventud trabajaba en Bodegas Rufino, y de ahí mote o su alias, cumple este mes de febrero, el de los enamorados, 38 años en la Casona. Lleva más años que el alcalde de Málaga, Paco de la Torre (entró de edil de Celia Villalobos en 1995), que dicen entre risas los suyos.

Pedro Moreno Brenes le hizo el 'concurso oposición interno' en IU; y de Toni Morillas afirma que es el «terremoto de Torredonjimeno»

El decano de los técnicos de los partidos ha sido y sigue siendo el hardware de su grupo municipal porque, por suerte, tiene una prolífica memoria que se remonta a los primeros mandatos de la democracia. Cuando alguien no se acuerda de algo, Rufo es el oráculo más socorrido al que acudir.

Se resistía a aparecer en el periódico, se quejó por este protagonismo y por el hecho de que no salieran otros compañeros suyos que también llevan toda una vida en la sede central del Ayuntamiento, pero lo cierto es que a excepción de los policías locales del retén de la entrada, que cuando se jubilan lo hacen saber a lo ancho y alto del edificio, y a los que en esta sección se les despide como corresponde, el resto de los funcionarios en general prefieren no salir en las fotos. Aguantarse con las cámaras les toca a los que trabajan el salón de plenos, donde los miembros de Secretaría General e Intervención General tienen su sitio en la presidencia y es un acto público, y donde los ordenanzas de Alcaldía y miembros del Centro Municipal de Informática (CEMI) van y vienen haciendo lo propio.

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Cuando se le hace la foto da como un respingo, pero luego se ríe. Es de otra generación, si fuera de la de ahora pondría morritos. Él, con su camiseta en invierno o en verano, llueva diluvie o truene, siempre sonríe. Rufo llegó siendo jovenzuelo cuando estaba a punto de expirar la segunda Corporación de la democracia, en febrero de 1987, y el portavoz del PCE era Manuel Sánchez Vicioso, que ya ha llovido. El alcalde era el fallecido socialista Pedro Aparicio. Detrás llegaron de portavoces a IU Inocencio Fernández, el mediático y también fallecido Antonio Romero, que siempre decía que era el alcalde moral de Málaga «porque los números salían para que lo hubiese hecho con el PSOE», aunque gobernó la popular Celia Villalobos. Más tarde, Rafael Rodríguez, que acabaría siendo consejero de Turismo por IU, hasta llegar en tiempos más recientes Pedro Moreno Brenes, ahora letrado del Tribunal Supremo, que acabó marchándose por problemas de salud, y que fue el que le hizo «el concurso oposición interno». Un examen de mecanografía de la época, que incluía un plan del PCA de la reforma agraria, que recuerda entre risas por lo serio que es Moreno Brenes con estos asuntos. Pasó Eduardo Zorrilla y en este mandato, Toni Morillas y ahora Nico Sguiglia, aunque en el pasado mandato y entre medias haya habido otros tantos. A todos los ha visto de pasar.

De Morillas, actual viceportavoz del grupo, subraya con mucha guasa que es el «terremoto de Torredonjimeno (su pueblo en Jaén)», «A las 7.00 de la mañana ya está mandando Whatsapps, es irrefrenable». Recuerda a Antonio Romero, que llegaba al Ayuntamiento a esa hora, y que tenía allí su espuma de afeitar y la maquinilla, y una corbata y chaqueta siempre disponibles. «Casi que se vestía aquí», indica entre risas. De él se acuerda mucho, y también del edil Manolo Ruiz, el marido fallecido de la que también fue portavoz del grupo, Remedios Ramos, y cómo no de Encarni Romero, la periodista de IU que da nombre a la sala de prensa de la sede provincial. «Era única», que dice emocionado. Es fácil asentir.

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Quedaba la duda de si Mari Carmen Moreno, la que fuera técnica del PSOE y en un momento dado llegara a portavoz socialista cuando dimitió María Gámez llevaba más tiempo que él. Pero lo resuelve más o menos rápido. «Llegaría en el 89 ó 90», puntualiza. El regidor Pedro Aparicio, cuenta, no quería un grupo socialista porque ya gobernaba y así tenía él todo el poder; tardó en crearlo.

El secretario y también tesorero del grupo Con Málaga indica que la química que tiene con el resto de empleados municipales es «buenísima», y se lamenta de la mala imagen que hay en la calle de los funcionarios, «que aquí curran mucho y bien». Pasa la mañana y Rufo sigue aporreando su ordenador. Él sí que es incansable.

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