Roto, la tienda de encuentro de nostálgicos y coleccionistas en Málaga

No es una librería, aunque vende libros; ni tampoco una juguetería, pero es posible comprar juguetes, así como objetos de coleccionismo de distinto tipo, artículos de decoración... Imposible concretar con una sola etiqueta a Roto Upcycling, como también resulta inevitable no emocionarse en este local, impregnado de nostalgia. Soldaditos de plomo, 'estampitas', el teléfono clásico de sobremesa con disco de marcar (algo desconocido para los más jovenes ya) o la figura de la gitana que durante tanto tiempo acompañaba las televisiones son algunos de los artículos emblemáticos que pueden encontrarse en este local, ubicado en el Centro de Málaga.

No es un anticuario al uso, ni mucho menos, aunque las antigüedades también forman parte de este comercio, que ni siquiera su responsable es capaz de calificar. «Es una tienda muy peculiar», asegura Javier Ruiz. En octubre cumplirá dos años de su apertura y destaca, orgulloso, que no tiene ni dos días iguales. «Aquí me divierto mucho. Todos los días digo que vengo a un cumpleaños, porque cada día es una sorpresa», añade. Y es que al estar junto al mercado de Atarazanas su pequeño local recibe a numerosos turistas, pero también a los que se acercan a curiosear animados por su escaparate -que reúne a Mazinger Z, discos, lámparas o cuadros, entre otros-. Los más lanzados, incluso, le llevan distintos objetos acumulados en casa por si tienen cabida en este lugar. «Muchos vienen a traerme cosas que tienen en el trastero o en casa sin usar, a veces me las regalan y otras me las venden. Cada vez que recibo algo tengo que revisar qué merece la pena y que no, hay también un trabajo detrás», asegura Ruiz, que incluso debe registrar lo que recoge en caso de inspección policial.

Libros, insectos, distintos artículos de electrónica, coches en miniatura, fotografías antiguas, guías de Semana Santa o complementos de moda también forman parte del catálogo de Roto, que recicla objetos cotidianos para darle una nueva vida, como por ejemplo para llaveros o pendientes a partir de chapas y partes de juguetes.

Ruiz reconoce que lleva «coleccionando toda la vida, desde siempre me ha gustado» y que cuando a los 50 años se quedó sin trabajo optó por reinventarse y dar forma a este proyecto, que arrancó allá por 2016 en la calle La Regente con la ayuda de su familia. Un tiempo después surgió la oportunidad de trasladarse al Centro y no dudó en aprovecharla. Ahora, tras casi dos años, admite estar «muy contento» del cambio y satisfecho por lo logrado. «Te haces una familia aquí también, entre los que trabajan cerca, los que vienen con frecuencia...».

Aunque no se deja llevar por modas, Ruiz apunta el coleccionismo «también va evolucionando, se transforma» y que hoy en día ni los sellos ni las monedas, hace años unos 'clásicos' imprescindibles entre los coleccionistas, cuenta con la afición de antaño. En su opinión, lo que más se aprecia actualmente es todo lo que recuerda a tiempos pasados, especialmente de la niñez: «La nostalgia se valora mucho», incide.

Evocar tiempos pasados, encontrar un obsequio original o simplemente comprobar cómo han evolucionado ciertos gustos y costumbres forman parte de este comercio de Málaga que recupera el sabor de antaño sin dejar de mirar al futuro.

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