Una de romanos en el Astoria

El equipo de gobierno municipal ve en esta fórmula de dejar en manos de privados la construcción aquí de un edificio el modo de generar un nuevo equipamiento para la ciudad y al mismo tiempo ingresar un canon económico por una parcela que le costó 21 millones de euros en dinero y suelo. Por eso se siente incómodo e inquieto ante la posibilidad de que la Consejería de Cultura, que tiene la última palabra sobre qué hacer con los restos romanos, musulmanes y de un antiguo hospital del siglo XVI encontrados, dictamine que hay que conservarlos 'in situ', algo que resulta «bastante probable», según una fuente solvente consultada por SUR. Esa obligación limitaría el uso del subsuelo de un vacío para el que el Ayuntamiento ha iniciado una modificación del planeamiento urbanístico que le permitiría tener manga ancha a la hora de excederse en volúmenes y destinos del espacio. Todo con el objetivo de procurar que sea rentable económicamente para una empresa asumir el proyecto que vendría a llenar ese hueco.

Sin embargo, el Consistorio se ha topado por ahora con dos informes negativos de Cultura respecto a ese cambio del Plan General, y le caería como un jarro de agua fría que, además, sus pretensiones se vieran mermadas por las condiciones de mantenimiento o puesta en valor de los restos de un muro que puede corresponder a la época romana, así como partes de calles y viviendas del arrabal musulmán que existió extramuros.

Por parte de la administración el hermetismo respecto a la importancia de estos hallazgos es absoluto y, según apuntaron algunas fuentes, la cuestión ha sido objeto de presiones que han terminado cayendo sobre los profesionales de la arqueología que han estado durante meses al pie de los tajos, haciendo su trabajo de la forma más escrupulosa e imparcial posible.

¿Qué importancia puede tener la aparición de estos vestigios romanos y medievales? Para el catedrático emérito de Arqueología de la Universidad de Málaga Pedro Rodríguez Oliva restos de la época romana en el Astoria «pueden ser más importante aquí que en otro lugar porque no conocemos cómo era el urbanismo de la ciudad en esta época». «Esto cambia la visión de la Málaga romana porque siempre se ha pensado que no aparecerían restos fuera del perímetro de la muralla medieval, por eso fue una sorpresa cuando se encontró el alfar romano en Martiricos», comentó este veterano experto.

El también catedrático de Arqueología de la UMA Bartolomé Mora coincidió en que se trata de un espacio urbano «a explorar y de un interés muy grande», y remarcó que «no hay que rasgarse las vestiduras si hay que modificar un proyecto para conservar los restos». «Hay muchos ejemplos a seguir como el Thyssen, el Museo Picasso o el Rectorado», recordó Mora, quien valoró la profesionalidad con la que han actuado los técnicos de la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas en el Astoria.

José Suárez, profesor de Prehistoria de la UMA, lamentó la discreción con las administraciones están llevando este asunto y abogó por «abrir la información a la ciudadanía» para que que sea público el debate sobre el destino de los restos. «Se ha generado la suficiente expectación y sensibilidad en torno al sitio como para dar mayor transparencia a este tema», opinó.

Por su parte, el arqueólogo conservador del Museo de Málaga, Eduardo García, se mostró partidario de no construir edificio alguno y hacer de los restos del Astoria el inicio de una ruta por los principales vestigios del pasado de la ciudad. «Dejar aquí una gran plaza es más impactante que un proyecto de bares y restaurantes que ya está agotado», argumentó. El final de la película se ve aún lejano.