Francisco Pellicer, durante su intervención en el foro organizado por SUR. SALVADOR SALAS

Los riesgos de fracaso de una exposición internacional: el ejemplo de Zaragoza

Muchas de las expectativas que generó el evento que acogió la capital de Aragón en 2008 terminaron diluyéndose

Miércoles, 1 de marzo 2023

No todo es positivo en el proyecto de una exposición internacional como la que Málaga aspira a albergar en 2027. Desarrollar un cita de esa envergadura tiene también sus riesgos si no se hace bien, sobre unos planteamientos sólidos y realistas. Así lo ha puesto ... de manifiesto este miércoles uno de los principales responsables de la exposición internacional que albergó Zaragoza en 2008 con el agua como temática central. Francisco Pellicer, director general adjunto de contenidos de aquella expo, ha participado en el foro organizado por SUR para abordar la candidatura de Málaga a la Expo 2027 y ha hecho una llamativa advertencia respecto a los peligros que encierra una actuación de este calado. «Cada expo tiene un fantasma. Los fantasmas no existen, pero dan mucho miedo. Una ciudad que recibe un legado así necesita un tiempo para asimilarlo», ha admitido Pellicer.

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No obstante, ha reconocido que, en el caso de Zaragoza, no se logró atraer al número de visitantes esperados, especialmente extranjeros. «Fueron 5,5 millones de visitas y dijimos que iban a ser 6,5 millones, pero no se consiguió. No se logró presencia extranjera, pero vinieron ministros, empresarios... vino lo mejor de todo el mundo», ha comentado Pellicer.

Además, ha admitido que se abandonó el legado intelectual como «capital del agua» y no se ha conseguido la presencia de Zaragoza con ese papel en foros internacionales. «Se perdió la oportunidad de mantener una oficina internacional de la ONU por falta de voluntad y de recursos económicos», ha señalado Francisco Pellicer, quien ha comentado que «ni siquiera se mantiene la página web». «Se perdió el dominio y la información que ofrece Internet es de ínfima calidad. Tampoco hay documentación significativa del legado material e inmaterial de la Expo Zaragoza 2008 en el Museo Mundial de las Expo de Shanghai», ha relatado.

Asimismo, el Parque del Agua, el recinto de la Expo 2008 y las riberas del Ebro presentan «graves déficits en su mantenimiento, como jardines botánicos abandonados, un frente fluvial degradado, e intervenciones artísticas y puertos fluviales sin mantenimiento». «Los edificios emblemáticos no se han aprovechado hasta ahora (el pasado 20 de febrero se inauguró el museo tecnológico Mobility City en el pabellón-puente de la Expo zaragozana) y la coordinación institucional y participación social destruida», ha explicado.

En el lado positivo, Zaragoza 2008 fue «una oportunidad para dotar a la ciudad de infraestructuras y equipamientos» y la incorporación a la ciudad del espacio que ocupó la exposición fue inmediata, en el año 2009. «La imagen de la ciudad cambió, desde 2008 se habla de una nueva Zaragoza», ha remarcado este experto.

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