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El congreso del Comité Internacional de Museos y Colecciones de Arte Moderno (Cimam), que se celebra este fin de semana en Palma, ha supuesto un golpe de efecto inesperado para las reivindicaciones de la Casa Invisible, frente al intento del Ayuntamiento de Málaga de desalojar ... este espacio cultural. El arquitecto malagueño Kike España, de 34 años, acudió como representante de la Invisible, invitado a hacer una ponencia, cuando se encontró cenando en la misma mesa que el Rey, Felipe VI, y que el jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, entre otras destacadas autoridades del mundo de la política y la cultura.
La cena inaugural constaba de varias mesas, y en la distribución de los comensales la organización de Cimam propuso que el activista malagueño se sentara en la del monarca como representante de todos los ponentes, ante lo que la Casa Real no tuvo inconveniente. Desde el entorno de este colectivo se ha visto este gesto como un reconocimiento implícito de la institución alternativa malagueña, alojada en un inmueble okupado del Centro.
«No se ya a qué nivel hay que llegar para que el gobierno de nuestra ciudad valore y se dé cuenta de lo que hacemos en la Casa Invisible», exclama España. Esta situación tampoco esconde el hecho de que el Comité Internacional de Museos y Colecciones de Arte Moderno, un organismo formado por los centros más importantes del mundo, haya invitado a un representante de la Casa Invisible para mostrar su experiencia.
Cada año, la conferencia anual se celebra en una ciudad del mundo ligada a un museo contemporáneo. Este año es el 60 aniversario y se celebra en Palma de Mallorca, vinculado al espacio Es Baluard, que dirige Imma Prieto. Esta, junto a la presidenta de Cimam, Mami Kataoka, directora del centro Mori Art Museum de Tokio, lideran la organización del encuentro, en el que participan representantes de los principales centros de arte contemporáneo, así como artistas independientes y centros culturales informales que hayan destacado por su trabajo. De hecho, la Invisible era la única entidad de este tipo que había sido invitada como ponente.
Así fue como Kike España se vio en la cena inaugural del pasado jueves en el Colegio de Arquitectos de Baleares, en una mesa en la que, junto al Rey y al jefe de la Casa Real, también estaban la presidenta de Baleares, Francina Armengol; el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, y otros destacados representantes del mundo de la cultura. En declaraciones a SUR, España explica que tuvo la oportunidad de saludar a Felipe VI al llegar, pero no pudo conversar con él durante el ágape por la distancia a la que se encontraba.
Además, en su discurso antes de la cena, como institución anfitriona, delante del Rey la directora de Es Baluard mencionó a la Casa Invisible como ejemplo de buenas prácticas, de las que los museos tienen que aprender y valorar. «El objetivo de este encuentro es precisamente reflexionar sobre el museo atento, y se subtitula ‘prácticas permeables para un terreno común’. Es un título que viene al pelo de la situación de Málaga y que al alcalde (Francisco de la Torre) le conviene oír».
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