¿Realmente van con retraso las obras para llegar a la Alameda?

El último contrato, el de la instalación y puesta en marcha de los sistemas de seguridad y señalización en los túneles bajo la avenida de Andalucía, el río Guadalmedina y la Alameda, que está ejecutando Alstom, se adjudicó oficialmente en octubre, con un plazo de ejecución de 15 meses.

Por tanto, la multinacional ferroviaria tiene oficialmente hasta mediados de enero de 2023 para completar los trabajos, sin que hasta entonces se le pueda reclamar más que «un propósito de celeridad en la ejecución», al que no está obligada en ningún caso de manera contractual, y más cuando se trata de la seguridad de la operativa.

Por tanto, la confusión en los plazos proviene de lo que podríamos llamar la dimensión política de la gestión de las infraestructuras. Hasta llegar a la fase de pruebas, los trabajos iban a muy buen ritmo, gracias a un compromiso económico y de acción entre la Consejería de Fomento, las constructoras responsables (Acciona y Sando) y otras empresas.

Eso hizo pensar a los responsables de la Junta que sería posible adelantar sustancialmente los plazos. En ese contexto de bonanza, Elías Bendodo, entonces consejero de la Presidencia, hizo el anuncio relativo a la llegada en agosto, que resultó fallido.