Tras más de veinte años de análisis y estudios, y con un concurso de ideas de por medio, el equipo de gobierno municipal del PP en el Ayuntamiento de la capital dio por concretado su plan para la integración del río Guadalmedina en el año ... 2019. Como ayer informó SUR, la operación, que pretende facilitar la conexión de las dos partes de la ciudad que divide el cauce mediante el soterramiento del tráfico en sus laterales, los llamados 'puentes-plaza' y el embovedado de un tramo 344 metros entre los puentes de Armiñán y de la Aurora, para generar una gran plaza que conecte el Centro y la Trinidad, sigue sin avanzar, pendiente ahora de un nuevo informe encargado por Emasa a la consultora Narval para que estudie la ejecución de esas actuaciones en función del último análisis de la Junta sobre los caudales máximos del río, que han sido disminuidos, lo que facilita el desarrollo del plan.
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No obstante, la aprobación de esa gran operación de integración del Guadalmedina, valorada en más de 200 millones de euros por parte del Consistorio, depende de una tramitación ambiental previa ante la Junta que arrastra un considerable retraso. Como otros muchos proyectos contemplados en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de 2011, el Guadalmedina tiene que someterse, antes de su aprobación a nivel municipal, a lo que se denomina «evaluación ambiental estratégica».
Se trata de un trámite que se sigue ante la delegación territorial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y que tiene dos opciones: la simplificada (más corta) y la ordinaria (más larga). En el caso del Guadalmedina, tras una consulta realizada por la Gerencia Municipal de Urbanismo, la Junta aclaró que el plan para el río tenía que seguir la versión larga, dada la envergadura de la actuación.
En mayo del año 2022, la citada delegación de Desarrollo Sostenible admitió a trámite la documentación ambiental aportada por el Ayuntamiento para la evaluación ambiental ordinaria del plan. Según lo recogido por la propia Junta en su web, este procedimiento implica en primer lugar la emisión de lo que se denomina como un «documento de alcance» que viene a ser una primera revisión del proyecto tras varias consultas internas a otros departamentos de la administración regional para que sea adaptado o corregido, lo que deriva en un estudio ambiental que tiene que salir a exposición pública. Según explica la web de la consejería, ese documento de alcance debe emitirse «en un plazo máximo de tres meses».
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Pues bien, más de dos años después, todavía no ha sido evacuado por la administración regional, según ha podido confirmar este periódico. Así, la evaluación ambiental del plan para el Guadalmedina se encuentra aún en su primera etapa y ya ha superado el plazo total máximo estimado para este tipo de procedimientos, que está fijado en unos dos años.
En otros casos, la Junta declara un proyecto de interés autonómico, lo que hace que se agilicen los informes ambientales. Por ejemplo, el del tercer hospital para Málaga tardó solo tres meses en evacuarse. Pero en el caso del Guadalmedina sigue lastrado por una lentitud que padecen durante años un buen número de desarrollos urbanísticos pendientes en la capital.
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