Harri Tiidus y su mujer Veronika Vallimäe-Tiidus son dos personalidades en su Estonia natal. Nacidos en Tallín, hace justo un año decidieron emigrar a España por temor a la guerra y acabaron en Málaga. El radical cambio de vida lo decidieron casi de la ... noche a la mañana y fue tan sorprendente que se han convertido en protagonistas de su propio 'reality'.
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Pese a tener una vida acomodada, decidieron buscar un destino más seguro para sus hijos Artur, de 15 años, y Karlo, de diez. Ya asentado en la ciudad, relatan que decidieron abandonar su país por la guerra de Ucrania –Estonia tiene frontera con Rusia–, el clima extremo y el alto coste de la vida allí (es uno de los países con la inflación más alta de Europa). «Sentimos miedo por primera vez y me di cuenta de que nunca quiero que mis hijos vean y experimenten la guerra. Fue un impulso muy fuerte», expone ella.
Harri dirigía una empresa de restauración de coches clásicos y Veronika, bailarina de ballet, tenía una tienda de ropa vintage. En pocas semanas decidieron vender su casa y reducir sus recuerdos a todo lo que cabía en el maletero del coche para iniciar un viaje por Europa que les ha traído a Málaga. Veronika tiene un familiar que vive en Valencia, pero finalmente eligieron la ciudad malagueña «porque es el lugar más alejado de Rusia», añade Harri.
Una vez en Málaga se han instalado en Ciudad Jardín, justo en la primera casa que le ofrecieron los responsables de una inmobiliaria local. «Vivimos en lo alto de la colina y en realidad nos sentimos como si viviéramos en un pueblo. Desde nuestra terraza tenemos unas vistas increíbles y la sensación de sentir a Málaga en la palma de nuestra mano», dice Harri, que ahora es amo de casa.
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Para mimetizarse completamente con la ciudad, hace un mes y medio abrieron Oysters Vintage, una tienda de ropa de segunda mano en la calle Ollerías, 22. En ella ofrecen artículos de moda de entre los años 1960 y 2000 seleccionados por la propia Veronika. También han comenzado a apoyar a los artistas locales exponiendo sus obras de arte y diseños en las paredes. «Ofrecemos todo lo que necesitas para lucir bien».
Si hasta ahora ya era original la historia de esta familia estonia, lo más llamativo de todo es que Harri y Veronika tienen una legión de fans en su país, ya que son los protagonistas absolutos de un 'reality' que se ha estado emitiendo en Estonian TV3 y que ha narrado su aventura desde que decidieron hacer las maletas. 'Eluga Hispaaniasse', que en español significa algo así como 'Mudarse a España', ha llevado a los hogares estonios las andanzas de esta familia desde el pasado verano hasta esta misma primavera (el 8 de mayo se emitió el último capítulo). «El programa trata sobre nuestra idea loca de mudarnos a España. Documenta todo el proceso, desde vender todas nuestras cosas en Estonia, empaquetar nuestras pertenencias y conducir por toda Europa hasta Málaga, donde nunca antes habíamos puesto un pie».
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Los protagonistas de la historia aseguran que su historia y el programa de televisión han inspirado a mucha gente en su país, que ahora les escribe y contacta con la idea de hacer algo similar. «Ahora recibimos muchos mensajes de estonios que están considerando hacer algo similar. Dado que la ciudad de Málaga se ha vuelto muy popular entre los turistas, recibimos bastantes invitados estonios espontáneos que también pasan por la tienda a saludar», reconoce Harri.
Cuestionados por el futuro, no saben lo que les deparará, pero en su sonrisa se les atisba la tranquilidad de haber encontrado un nuevo hogar. «Nos consideramos muy afortunados. Sentimos que Málaga como ciudad lo tiene todo, cultura, historia, gente de diferentes culturas, buen clima y una energía vibrante», razona Harri. «Aunque no llevamos mucho tiempo viviendo aquí nos sentimos como en casa. El único desafío es que necesitamos aprender el idioma más rápido», añade.
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Ahora que ya están asentados en Málaga, explican que la vida aquí es mucho más económica que en su ciudad natal. «En nuestro país, nuestra bolsa diaria de comida cuesta alrededor de 40-50 euros. Es comida humilde y cotidiana. Aquí puedo alimentar a mi familia con 100 euros a la semana», reconoce Veronika. «Yo compro productos frescos en el mercado, donde todas las verduras cuestan alrededor de un euro el kilo. Desafortunadamente, esta es una diferencia muy grande», señala.
También se refieren al paso que ellos han dado y por el que muchos les preguntan: «Mucha gente que vuelve de un viaje a un país cálido tiene la sensación de que sería bonito vivir allí una temporada. Recógelo y hazlo, o al menos inténtalo. De lo contrario, te avergonzarás», anima Harri, un estonio reconvertido en malagueño por culpa de la guerra.
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