Remedios Ramos, el patito feo

Su día, su verdadera jornada, hubiese estado en la presentación de la nueva candidatura de 'borrón y cuenta nueva' de Podemos, Izquierda Unida y compañía para las municipales del 28M. Ramos había sumado y confluido, desde IU con Equo, Más País e Iniciativa del Pueblo Andaluz , y tras unas primarias había salido elegida candidata a la Alcaldía de Málaga. Hace un par de semanas, la asamblea local de IU se negó a ir junto a Podemos porque los morados vetaban a Ramos como número uno, y desplazaban a la trasera a todas las personas elegidas en las primarias de los partidos minoritarios. Pero, la última intentona, la de este fin de semana, era la definitiva, y los popes de Podemos e IU, sin contar con la asamblea local esta vez, jerarquía por delante, confluían vetando de nuevo a Ramos como número uno, o en el peor de los casos, dos. Contaban con el beneplácito de todos. Con el de Remedios también pese al rechinar de dientes. «Donde manda patrón, no manda marinero», que decía sin entrar en profundidades cuando llegaba ayer al Ayuntamiento literalmente deshecha. La militante del PCE, puño en alto, no podía quedarse callada. Va contra su más íntima forma de ser. Sus compañeros lo saben en el pleno, como Ramos coja la hebra...apaga y vámonos. Sin embargo, cuenta con las simpatías de las dos bancadas. No todos pueden decir lo mismo.

Ramos volvía ayer a perder en el tablero político. A perder por goleada. Con esta confluencia, de «generosidad», que hablaban unos y otros. Con Ramos precisamente no la han tenido; esa es la verdad. Entró como número dos de Eduardo Zorrilla en 2015 cuando eran Málaga para la Gente, pero en 2019 al confluir con Podemos, y querer mantener de cabeza de cartel a Zorrilla llevó a IU a que los dos puestos siguientes se los quedaran Podemos, es decir Paqui Macías, que era la voz cantante, y Nicolás Sguiglia, que al final acabó imponiéndose a su compañera y llegando a ser portavoz en la actual Corporación pasando de número tres a uno, surfeando como nadie la ola política. Hay que reconocerle su mérito. Vivió en primera persona la explosión de Málaga Ahora como asesor del integrante de Podemos Juanjo Espinosa, que acabó quedándose fuera de la lista en 2019 a cuenta de un juicio por unos gastos en el Ayuntamiento, aunque finalmente quedó absuelto. Ese fue el momento de Sguiglia, que consiguió entrar de número tres por Unidas Podemos, subió, como ya hemos dicho a portavoz en la actualidad, y tiene muchas opciones de volver a tener un acta de concejal. Ni tan mal.

Mientras tanto, Ramos, que iba camino de dejar de ser el patito feo y convertirse en el cisne, vuelve a la casilla de salida. Cuando entró de segundas, en febrero de 2021 tras la marcha de Zorrilla, se hablaba entre bambalinas que le habían pedido que diera un paso atrás para que su puesto lo ocupara uno de los siguientes de la lista, y ella se negó. Desde ahí viene trabajándose su sitio -un trabajo que le reconocen-, y el lugar de su partido dentro del grupo Unidas Podemos, y no han sido pocas las broncas que han trascendido a otros grupos municipales de la escisión que hay entre Podemos e IU, intramuros, en la actualidad. Lo cierto es que no disimulan.

Sguiglia tiene la suerte de jugar bien a las dos bandas. De hecho es la pareja de una García Sempere, Ana, y su hermana, Eva, sigue pitando en Izquierda Unida, al igual que su marido Efraín Campos. Así que su ascendencia en Podemos es fuerte, pero en IU también. De hecho, él mismo empezó siendo simpatizante de IU. Todos estos contactos le han valido para confluir con IU en esa foto de ayer para la posteridad. Hace meses sonó Eva como la elegida, pero finalmente sería Toni Morillas, actual directora del Instituto de las Mujeres del Gobierno, y anterior concejala del Ayuntamiento (con Pedro Moreno Brenes), quien ha dado el salto a la primera posición. De dos, Nicolás Sguiglia. De tres, la eterna aspirante, Remedios Ramos, y de cuatro, la otrora portavoz de UP Paqui Macías. A falta de una encuesta más actual, el barómetro del Centra (Centro de Estudios Andaluces) del pasado mes de enero estimaba que Adelante Andalucía (que cambió a mitad de mandato su nombre por UP) obtendría dos concejales, uno menos que ahora, por lo que Ramos volvería a quedarse fuera. Sguiglia ha jugado sus cartas con suma destreza, zozobrando una primera vez en las negociaciones pero saliéndose con la suya en el segundo round. Si de una batalla por el poder se trata o tratara, el asunto quedaría así: Sguiglia, 2; Ramos, 0.

A estas alturas de la precampaña electoral, y a pocos días de tener que presentar las candidaturas ante la Junta Electoral de Zona (JEZ), del 18 al 23 de abril, la portavoz de Ciudadanos y por vez primera candidata a la Alcaldía, Noelia Losada, presentaba ayer a su número dos muy cerca de la Casona: en los jardines de Pedro Luis Alonso. En este caso, cuenta con una de sus manos derechas en el Ayuntamiento, el asesor de Deportes, Alejandro Carballo, que ya fuera concejal en el pasado mandato (junto al actual edil no adscrito Juan Cassá y el por ahora retirado de la política activa Gonzalo Sichar).

Sin dar más claves del resto de candidatos naranjas, Losada explicaba que Alejandro Carballo será (lo daba por hecho) concejal de nuevo en el próximo mandato, y lo hacían ambos acompañados del coordinador provincial de la formación, José María Real.