Las quejas por el estado de la avenida Valle Inclán, en saco roto

Las quejas que se emiten repetidas veces sobre el estado de la avenida Valle Inclán caen en saco roto. Esa es la sensación que tienen los denunciantes (y este mismo redactor, que lleva escribiendo más de un año sobre los problemas que tiene la avenida). En primer lugar, el tiempo de los semáforos peatonales lleva siendo tema de debate durante meses: «El tiempo que hay para cruzar es de 38 segundos para cruzar siete carriles de los tres tramos de autovía, que tienen dos carriles cada uno, más uno adicional. Es difícil para una persona joven en buena forma completarlo en tiempo, e imposible para cualquier ciudadano mayor o con dificultad en su movilidad. Cuando suceda una desgracia tomarán medidas».

Por otro lado, otras quejas se han referido a un inconveniente para las motos, aunque comienza a serlo para cualquier vehículo. No obstante, pasados los meses (y años) este problema ha ido creciendo, y la profundidad de la grieta central ya es un obstáculo también para los coches por sus dimensiones, además de que han proliferado otros surcos alrededor de la primera. Las denuncias se han sucedido desde el año 2020 y hasta la fecha no se ha visto ninguna mejora, algo que no entienden los circulantes y vecinos de esa zona.

«No es normal que en tanto tiempo que llevamos quejándonos no se haya puesto remedio a ninguna cosa», comentaban lectores el pasado febrero. Meses después, casi en julio, las mejoras todavía están por llegar, es por ello que todos estos denunciantes piensan que las quejas caen en saco roto para el Distrito Bailén-Miraflores, al que se le acumulan los problemas.