Así quedará el mercado de Bailén: Málaga hace el segundo intento de contratar la reforma

Con estos antecedentes, el Consistorio ha vuelto a activar el expediente. La reforma lleva años en la recámara (ya aparecía en los presupuestos de 2019) y vuelve casi a la casilla de salida ahora que había cogido impulso.

La baja sucesiva de las empresas estuvo motivada por el encarecimiento de los suministros y costes de obra y el bajo precio de la licitación. Ahora, el contrato sale a concurso por un 30%, 2,5 millones (3 con IVA). El plazo para acometer los trabajos es de año y medio y las empresas tienen para presentar ofertas hasta el 10 de enero.

Fue a comienzos de febrero de este año cuando la renovación de este equipamiento comercial fue encargada a la empresa con mayor puntuación en el anterior concurso, la sociedad Estudios y Ejecuciones, que se presentó con un presupuesto de 2 millones. Sin embargo, la adjudicación no llegó a formalizarse porque la compañía no constituyó la garantía que se exige en este tipo de actuaciones. Por tanto, quedó descartada esta oferta y se pasó a la segunda con mejor puntuación, la de Grulop 21 (2,07 millones). A la hora de requerirle la documentación el pasado marzo, la firma alegó que debido al tiempo transcurrido su oferta ya no estaba vigente.

Así que se repitió el proceso y se intentó adjudicar sucesivamente a Ejoc 2004, Construcciones Majoin y Construcciones Arjona con idéntico resultado hasta que se llegó a la sexta y última ofertante, la unión de empresas formada por Sociedad Andaluza de Servicios Múltiples (2,28 millones) y Obratec Ingeniería.

Al final de esta cadena desafortunada, el concurso de este edificio, construido en 1964, quedó declarado desierta.

Este establecimiento ha sido uno de los de mayor dinamismo comercial, pero en los últimos años ha decaído su actividad de forma considerable, hasta el punto de que han cerrado unos 35 puestos de los 121 de los que dispone.

Con esta remodelación se persigue hacerlo más atractivo y, como ocurre en otros equipamientos como Atarazanas o El Carmen, también incorporará bares junto a los puestos. La actuación, diseñada por el arquitecto Ignacio Dorao, contempla reubicar los puestos dispersos en ubicaciones vacantes, concentrándolos en dos zonas, de forma que se creará un nuevo eje longitudinal que despejará el flujo de público, «permitiendo a su vez la disposición en esquina de muchos puestos, mejorando y ampliando la superficie de venta», según se explica en las bases del contrato de las obras.

Además, como ya ha sucedido en otros mercados, se van a potenciar los usos hosteleros con la creación de un espacio para bares de 280 metros cuadrados en el que se habilitarán dos quioscos de restauración. Asimismo, habrá otro espacio diáfano en la zona más próxima a la fachada hacia la calle Natalia, que también va a ser remodelada, para realizar eventos de «promoción comercial u otros usos alternativos» porque, según se señala desde el Área de Comercio, se quiere que el mercado «funcione como punto de encuentro del barrio».

«Para modernizar la imagen del mercado se abrirá la fachada principal con grandes ventanales hacia la calle para dar luz al interior y permitir las vistas hacia la calle desde la zona diáfana», explica el proyecto, en el que se prevé realizar las obras en seis fases «para organizar los traslados de los puestos y la obra de forma que no se paralice la actividad comercial».

La nueva zona de restauración contará con una pérgola con lamas de fonoabsorbentes fabricadas con material reciclado, que atenuará y acondicionará acústicamente esa nueva plaza interior, que estará iluminada con los grandes ventanales de la nueva fachada.