Aunque sin presentación oficial y pública, el Ayuntamiento de Málaga desveló el pasado viernes el resultado del concurso de arquitectura que convocó hace un año para diseñar cómo podría ser la construcción de un centro escénico y cultural en la parcela que albergaron los cines Astoria y Victoria en la plaza de la Merced. A este concurso se presentaron un total de diez propuestas arquitectónicas de las que cinco fueron descartadas porque no superaban el umbral mínimo de calidad, según la puntuación de un comité de expertos, y otras tres también fueron rechazadas por no justificar suficientemente la rebaja de presupuesto que ofrecieron, entre ellas una de las favoritas, la encabezada por el arquitecto José Seguí.
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Así, quedaron como finalistas del concurso para contratar el diseño del futuro edificio cultural en el solar del Astoria la propuesta del equipo madrileño de Federico Soriano Peláez y Ruiz Barbarín, que aportó el presupuesto más alto de los presentados, y la del estudio barcelonés Barozzi Veiga, fundado en 2004 por el arquitecto italiano Fabrizio Barozzi y el español Alberto Veiga, que obtuvo la mejor valoración a nivel técnico, con un total de 38 puntos. Finalmente, la mesa de contratación de la Gerencia de Urbanismo realizó la propuesta de adjudicación a favor de estos últimos, que presentaron un presupuesto de 235.407 euros y un plazo de redacción de seis meses.
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La idea de este estudio de arquitectos, basada en un edificio rectangular cubierto por una pieza caliza para procurar su integración con el entorno monumental que lo rodea, ha recibido un respaldo ajustado pero mayoritario de los malagueños, según una encuesta realizada por SUR en la que han participado más de 2.400 personas. De ellas, un 56%, más de 1.300, se han mostrado a favor de la propuesta de estos arquitectos; y un 42%, en contra de su diseño. Solo a un 2% de los participantes en este sondeo le resulta indiferente.
La propuesta de Barozzi Veiga, respecto a la que todavía no se ha confirmado la adjudicación para redactar el proyecto, alberga una gran sala polivalente que podrá ejercer como teatro o para albergar eventos y congresos, al tener un graderío que se recoge por completo y deja un gran espacio libre, del que también se puede tener una visión desde la plaza de la Merced, con la que queda conectado a través una gran cristalera que se abre. Esa sala polivalente o escénica puede albergar un aforo de 650 personas con los graderíos desplegados, y de 800 personas si se tienen recogidos, incluido el espacio de unos balcones que recorren las paredes del interior a modo de galerías.
En la planta de sótano, se integran y se hacen visitables los restos arqueológicos que aparecieron en la parcela (que podrían disponer de un acceso independiente); y también se ganan espacios para situar el guardarropa y los aseos para el público (en el subsuelo de la parte más próxima a la calle Alcazabilla), y para los camerinos, en el sótano de la zona norte del edificio, donde se ubica, a nivel de planta baja, la escena y, tras ella, un espacio para la carga y descarga.
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En esa zona norte de la edificación, la más próxima a las Casas de Campos, se disponen también las instalaciones del centro coreográfico que pedía el Ayuntamiento, que tendrá un acceso independiente, con oficinas en la planta segunda, y salas y camerinos en la cuarta. En concreto, dispondrá de una sala de 150 metros cuadrados y otra de 60 metros cuadrados. En esa planta superior, que alcanza una altura de 18,5 metros, hasta igualar los edificios de la fachada norte de la plaza de la Merced, también destaca una zona amplia de terraza superior que podrá funcionar como un ambigú.
El comité de expertos que valoró las propuestas presentadas a el concurso estuvo presidido por Juan Jesús Suardíaz Pedrosa, titular de la Asesoría Jurídica del Ayuntamiento, y compuesto por Antonio Álvarez Gil, profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Málaga; Rafael Godoy Nateras, miembro del Teatro Cervantes de Málaga e Iniciativas Audiovisuales; Francisco Pitarch Rodríguez, miembro de Málaga Procultura; Luis Octavio Frade Torres, arquitecto representante del Colegio de Arquitectos; Natalia Muñoz Aguilar, arquitecta municipal, jefa de sección de Proyectos y Obras del Departamento de Arquitectura e Infraestructuras de la Gerencia Municipal de Urbanismo; y Beatriz Matos Castaño, doctora arquitecta en Estudio Matos Castillo y profesora de proyectos de la Universidad Europea de Madrid UEM.
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